Da indignación y arrechera santa, la actitud del connotado nobel, catedrático, escritor y pare usted de contar, con ínfulas de semi dios bajado del empíreo, que en su epifanía al tiempo que insuflaba un poquito de aliento al oposicionismo colonial y a la azarosa y sempiterna lucha por retomar el poder, segregaba su veneno avernal en contra del Comandante Eterno, Fidel, Maduro y el Pueblo Venezolano.
El susodicho, de seguro bien tarifado en verdes, llegó libremente a la patria de Bolívar, en donde según él impera una dictadura, se persigue la disidencia política y no hay libertad de expresión, para encabezar un foro de dos días organizado por la asociación civil Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), que propugna las libertades individuales, la propiedad privada y el libre mercado. Y, tiene la desfachatez de decir a plena voz, full cobertura por los medios de desinformación que: El pueblo venezolano se equivocó al darle apoyo a Chávez, un señor carismático. En Perú se equivocaron con Alberto Fujimori, que impuso una dictadura sanguinaria, lo hicieron en Alemania con Hitler. Afortunadamente se puede rectificar. Todos los pueblos se han equivocado, lo que no hay es que persistir en el error. ¡Ey! Para el divo todos los pueblos se han equivocado.
Y eso no es todo, manifestó a viva voz que lo que ocurre en Venezuela es un anacronismo radical y recalcó y que sin el movimiento de resistencia, o sea, las guarimbas asesinas, terrorismo, degollamientos, francotiradores, mercenarios, paramilitares incendios de universidades, escuelas con niños adentro, instituciones, establecimientos y vehículos con comida que se expresa en las calles contra el modelo bolivariano, Venezuela, sería una segunda Cuba con más pobreza y exclusión, excepto para una pequeña nomenclatura en el poder. ¡Semejante barbaridad!
Déjeme decirle, poeta, que el pueblo nunca estuvo más acertado al escoger a ese líder carismático, como usted despectivamente lo llama. Un hombre de pueblo que como pueblo supo entenderlo, hasta dar su vida, labor que continúa Maduro, el hijo de Chávez, algo que usted y sus idólatras nunca entenderán por la poquísima humanidad que poseen. Para ustedes lo que se haga en beneficio del pueblo no cuenta.
¡Ah!, y sin temor a equivocarme ,le aseguro que si Hitler y su tercer Reich hubiesen triunfado, usted los defendería su perfil neo-nazi-fascista le resuella hasta por la ropa como a personeros de la extrema derecha de su intimidad Aznar, Flores, Piñera, que manifiesta al apoyar a los terroristas en Venezuela y a sus líderes negativos y que quedó demostrado en 1976 cuando, por diferencias ideológicas, asunto de faldas, o, por lo que fuere, en ataque histérico propio de su ralea, asestó un golpe en un ojo a García Márquez, acción vergonzosa que el caballero revolucionario no devolvió dándole una gran lección al igual que a otras dos deidades de las letras, Susan Sontag y Octavio Paz, luego de que estos condenaran su deshonestidad intelectual por su amistad con Fidel Castro.
Para colmo, señor, califica las protestas contra Maduro como un movimiento libertario que enfrenta la represión de un gobierno totalitario, semejante disparate. Sin lugar a dudas, un excelente decano de Patas Arriba, La Escuela del Mundo al Revés, de Galeano. Claro, como usted, semi dios, vive en las alturas, oye y habla mucho, pero lee poco, ni se toma la molestia de investigar como todo buen periodista o escritor, en buscar fuentes fidedignas antes de anunciar o escribir para no hacer tremendo ridículo académico y todo. Dedíquese a lo que sabe hacer, deje de defender a ultranza lo indefendible. Zapatero, a sus zapatos, diría Apeles. Venezuela, es otra, no es la que le han pintado y que usted ciegamente critica mintiendo descaradamente.