Llega junio, atrás quedan 108 días de conspiración, 42 personas asesinadas, un guión continuado que tiene como fin último dar al traste con el proyecto político venezolano basado en los ideales libertarios y emancipadores de Bolívar y que es diametralmente opuesto a las aspiraciones de una derecha que sueña con restaurar el modelo neocolonial que durante años mantuvo el control de la riqueza petrolera a favor de intereses foráneos.
No ha podido la derecha lograr sus propósitos a pesar del aparataje mediático trasnacional que se pone a su servicio, a pesar de las alianzas foráneas con gobiernos proimperiales, no logra desbaratar la unidad de los factores de la revolución y socavar el apoyo del pueblo mayoritario que sigue apostando a mantener el legado de Chávez.
Los jefes imperiales ocupan posiciones estratégicas y en la guerra de la diplomacia apuestan a ganar un round, después que sus agentes locales han demostrado incapacidad a pesar de todo el dinero y el apoyo que malbaratan sin que se logre lo que los inversionistas extranjeros esperan, reapropiarse de la riqueza petrolera.
El pueblo que nunca antes tuvo las opciones de estudiar, de recibir salud, de acceder a los alimentos, de recibir seguridad social, de acceder a bienes y servicios, etc., y tantos otros beneficios que la Revolución le trajo ve incrédulo y desconfiado a una clase media oportunista que viaja como nunca, que raspa cupos de dólares, que permanece enchufada en la administración pública, que participa de componendas y corruptelas de los fondos públicos (empresas de maletín) y sobretodo que grita a todo gañote, con los ojos desorbitados que no aguanta el castrocomunismo que no la deja vivir.
Nunca antes el pueblo tuvo tanta claridad política, nunca antes la clase media venezolana fue tan manipulada y engañada por quienes manejan y controlan los intereses imperiales sedientos del petróleo que el capitalismo requiere para alimentarse.
Llega junio y el calor caribe, que por estos días debería estar atenuado con el comienzo del período de lluvias en Venezuela apenas es sofocado por vaguadas que nos recuerdan que el cambio climático llego para quedarse y el racionamiento del agua es otro indicador de lo acertado del V objetivo del Plan de la Patria que Chávez nos legara.