El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha lanzado la propuesta de creación del “Banco Popular y Obrero de Venezuela…”. Ante tal oferta, es bueno recordar y tener presente, que hubo en el pasado un Banco de los Trabajadores de Venezuela (BTV), que fue una gran estafa para la clase trabajadora del país en ese entonces. Los fondos fueron empleados por las cúpulas enquistadas en la aun deambulante Confederación de los Trabajadores de Venezuela (CTV), para el abuso, derroche y burla por parte quienes (des)dirigían los intereses de buena parte de los trabajadores venezolanos. Nunca hubo justicia ante tal atropello contra la clase obrera venezolana, que es lo mismo decir contra el pueblo de la patria bolivariana. Ese nefasto precedente debe ser un buen ejemplo de los errores que en la Venezuela de hoy, que lucha por el establecimiento de un modelo político de avanzada, progresista, no puede ni está permitido se repita.
En lo que respecta a las Cajas de Ahorros y préstamos e instituciones afines, constituyen organizaciones que vinculan, según estimaciones, a más de quince millones (dije más de 15.000.000) de venezolanos. Es decir, cobijan y respaldan con su sistema nacional de ahorro y préstamo a trabajadores y familiares que constituyen más de la mitad de la población venezolana. Visto esto y si le sumamos las prestaciones sociales de los trabajadores, no es poca cosa de lo que estamos hablando. Nuestros capitales, actualmente están depositados y manejados por instituciones bancarias del sector privado de la economía, en su mayoría. Mucho del “éxito” manifiesto que proclaman esas instituciones bancarias, nos lo deben a nosotros. Son las mismas instituciones financieras que cuando ofrecen remuneraciones por intereses de nuestras colocaciones o aportes de intereses se constituyen en una burla al soberano pueblo trabajador, por lo pírrico de los intereses que ofrecen a los capitales de nuestras cajas de ahorro. Sin embargo, esos mismos trabajadores cuando hacemos uso de un servicio bancario; cual sea, desde uso de los cajeros hasta un crédito de vivienda, salud, adquisición de bienes y servicios nos pechan con intereses cercanos al treinta por ciento (30%). La distancia especulativa es evidente y no necesita mayores demostraciones.
En una República Bolivariana de Venezuela que pregona dentro y fuera de nuestras fronteras un sistema político, social, económico, ambientalista, humano, solidario, Bolivariano, y Chavista, es decir, el Socialismo del siglo XXI, tiene entonces que demostrarse con hechos que realmente se quiere favorecer a las grandes mayorías que esperan y luchan por un mañana de empoderamiento real de la clase obrera, que está dispuesta a demostrar su mayoría de edad en dirigirse a sí misma sin tutoría de ningún poder de clase explotador y hegemónico.
Ante la oferta del primer presidente obrero, bolivariano y chavista de Venezuela, esperamos muestras contundentes, más allá de los anuncios. Propongo que el directorio que se constituya para dirigir los destinos de los capitales sociales de los trabajadores venezolanos de las Cajas de Ahorro y préstamo e instituciones afines y prestaciones sociales, que se aspira capitalizar en el “Banco Popular y Obrero de Venezuela”, deben tener el respaldo de la presencia mayoritaria, activa, participativa y protagónica de voceros y representantes de nuestras instituciones sociales, lo que es decir la representación genuina del bravo y trabajador pueblo bolivariano, generador de las riquezas y crecimiento social en todo el ámbito de nuestra patria. Tiene la palabra Camarada Presidente obrero Nicolás Maduro.
El autor es: Presidente Caja de Ahorro y Préstamo de Profesores Ordinarios, Contratados, Jubilados y Pensionados Bolivarianos del Instituto Universitario de Tecnología Dr Delfín Mendoza, en los Estados Delta Amacuro y Monagas.
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