En artículo de Ramón Escalante titulado “la maldición del Poder” de fecha 06-06 publicado en el diario de circulación nacional, “El Panorama”, me llama la atención por cuanto en él se dice: “Luis Herrera no devaluó la moneda, la moneda la devaluó toda Fuenteovejuna —políticos, industriales, comerciantes, banqueros, la clase media feliz ofuscada por el tabaratismo— ….AL mismo tiempo, el fecha de hoy, leo una entrevista de prensa, donde el secretario del partido “Un Nuevo Tiempo”, Omar Barboza, declara: la gente padece, la crisis (...) Escasez de todo, de alimentos, de medicinas, de repuestos, de cabillas (...) La inseguridad personal crece más y más cada día (...) La impunidad por encima de los delitos se mantiene, los apagones diarios, seis mil venezolanos en cola para operarse, el contrabando de extracción, protegidos por quienes deben impedir que salga del país los productos". Hoy ¿Quien realmente devaluó el bolívar, Maduro o el tabaratismo II de Fuenteovejuna?
Aquí viene el vínculo con el presente, mientras que el exdirigente adeco se queja de los delitos, en particular de la escasez de todos los productos, el contrabando de extracción, del desabastecimiento de los anaqueles, las colas diarias, las protestas de las amas de casas, la angustia de los consumidores por el derecho al acceso de los alimentos, así como también de la impunidad de los empresarios del maletín que causaron la escasez de divisas y por ende de los alimentos, de los repuestos, de los fármacos, así como también de la culpa del gobierno por haber devaluado el bolívar, del Sicad I y II y por todo el malestar social y político que vive el país en representación de la MUD. ¿Quién es el verdadero culpable?. Volvamos a saber quién devaluó la moneda, tácitamente fueron los hombres de negocios, y como dice Ramón Escalante, industriales, comerciantes, banqueros, los empresarios de maletín, (los principales, se llevaron más del 80% de las divisas), el rumor de los políticos, que “esta barato el dólar, cuatro por uno”, los vende cupos, los raspacupos, la clase media feliz de viajar a Panamá, Ecuador, Colombia, donde se facilitara el cambio de bolívares por dólar, en palabras de R. E. “Fuenteovejuna”.
Pero no todo Fuenteovejuna participó en el festín de la devaluación, los trabajadores y trabajadoras que viven del salario básico, no pudieron ni podían como hacerlo, el tener capacidad para contribuir a devaluar la moneda, mientras ese festín de divisas perforaba el sistema de CADIVI, no pocos funcionarios públicos se enriquecieron, empresarios privados, ciudadanos de la clase media, y ahora se quejan, “hay dinero para comprar pero no hay productos”, si desfalcaron todos como Fuenteovejuna al Estado, endilgándole la responsabilidad a Maduro, el gobierno reaccionó tardíamente, luego del hueco que le hicieron a CADIVI, de allí la maldición contra el Presidente, y como dice R.E., “De tal manera que el sueño feliz de alcanzar el supremo poder suele convertirse en pesadilla. (.) Porque cada tanto se repite el ciclo: elegimos un nuevo “inquilino de Miraflores”, lo endiosamos, le damos el poder total para cambiar economía y sociedad, pero como muy poco hacen, termina perseguido de por vida en cuanto termina su corta hora de gloria” Sin embargo ese no es el “desiderátum fatal” de Maduro, su desiderátum es servir al pueblo, con honestidad, siguiendo el legado de Chávez, acabando con la maldición de Maracapana, la traición.