Cualquier empresa que asume participar en el mercado capitalista asume riesgos financieros, es parte de la dinámica competitiva. Venezuela en el contexto de la revolución bolivariana no es la excepción, por lo que “Hacer negocios en cualquier país del mundo puede ser riesgoso”, esto es normal, inclusive en países en estado de guerra como Israel, monarquía como España donde no hay plena libertad de los derechos humanos, países de reyezuelos del medio Oriente, que al igual violan los derechos soberanos de los pueblos. Pese a que en Venezuela ostenta una inflación elevada, ella es producto de las expectativas de los sujetos económicos, de las empresas capitalistas, se podría decir que sus riesgos son elevados mientras que sus precios sean elevados, hay una relación recíproca, a mayores precios mayor riesgo. El gobierno bolivariano no fija los precios, aunque ha modificado si los salarios, pero inmediatamente, los empresarios absorben esa masa monetaria, mediante el mecanismo de la elevación de los precios, vacían los bolsillos de los consumidores o usuarios de los servicios, elevando la tasa de acumulación de ganancia.
Se podría afirmar que en la medida que se eleva la tasa de acumulación de ganancia, elevando los precios, exponen al mercado al riesgo más alto, transfiriendo el beneficio de los trabajadores a los empresarios, es un simple trasiego monetario, de manera que sin elevar la producción, escaseando los bienes, se eleva el riesgo, exponiendo los derechos humanos a una situación de vulnerabilidad, no por culpa del Estado, sino por el mecanismo competitivo, a lo que se suma el mecanismo de la devaluación optando el Estado por proteger las divisas frente al ataque económicos del saqueo monetario de las divisas. ¿Cómo mediante el mecanismo de elevación de precios, proveen los empresarios obtener pérdidas?, De ninguna manera, solo hacen ajustes de precios, mientras que la producción no la ajustan a las nuevas demandas, rezagándose la demanda respecto de la oferta, mejor dicho no reforman el modelo económico, continúan sin cambios en el modelo rentístico, especulando en el mercado, mediante “Los precios de toda clase de bienes, desde la mantequilla a los televisores de pantalla plana, (.)”. Por otra parte; ¿Cómo es que “cualquier ganancia se evapora con rapidez, porque la inflación anual se acerca a 60%?. ¿Cómo resolver este problema? ¿Liberando precios, liberando ganancias? ¿Quién protegería de la inflación, a los consumidores, los empresarios?.
Los empresarios inculpando al gobierno de la inflación, escurren su responsabilidad, se aferran a sostener precios altos, restricción de producción, subutilización de capacidad industrial, disminución del aparato productivo, baja productividad y por inducción elevados costos y precios, sin producción plena, “han exacerbado la escasez de artículos básicos como harina de maíz, baterías para autos y papel higiénico, desatando violentas protestas callejeras desde comienzos de febrero”, para chantajear políticamente al gobierno de Maduro. El argumento, violación de los derechos humanos, derecho a la alimentación, exigiendo una “completa reforma del modelo” político sin cambios en lo económico, desmontar el control de precios y el de las ganancias., Imagínese en el modelo opositor, “La moneda estadounidense es vital para Venezuela, que importa hasta 80% de lo que consume” ¿Será que no hay industriales verdaderos en el país o simples comerciantes importadores, si el “ 96% de sus exportaciones son productos de petróleo”, generada por el Estado venezolano?. ¿Cómo explicar que empresas como Avon Products, Estée Lauder, Goodyear Tire y Rubber Co., Herbalife Ltd, HLF, Energizer Holdings, Ford Motor Co., General Motors Co., entre otras, Corporaciones Internacionales, “no disponen de dólares”, piden dólares al Estado, ganando doble, por un lado, en el mercado y por el otro en el cambiario, repatriando ganancias al exterior, modelo descapitalizador que desean afianzar para continuar saqueando al país. Ellos reclaman reformar el control cambiario, pagar a sus proveedores externos a costa del petróleo venezolano, enriqueciendo una minoría empresarial a riesgo de alta inflación, que --se la cargan a los consumidores--, sino en la imposibilidad de captar las divisas del Estado venezolano, parasitando de las divisas, terminan diciendo para sí, algunos de ellos: “Cansados de la incertidumbre, algunas aerolíneas están abandonando el país. Air Canada dijo en marzo que dejará de volar a Venezuela y Alitalia planea hacer lo mismo el mes próximo”. ¿Vaya que empresarios son esos que no asumen riesgos?