El ex titular del Ministerio de planificación y finanzas Jorge Giordani, hizo pública su opinión respecto a la situación actual del país, refiriéndose al tema económico y las causas de sus diferencias con el ejecutivo nacional en torno a los planes por ejecutarse.
Establece sus diferencias con el ejecutivo Nacional, negándose a aceptar la asesoría de un equipo de franceses, desechando sus propuestas en el plan. Señala la falta de liderazgo del Presidente Nicolás Maduro y alerta ante una posible desviación hacia la derecha, generándose fortalezas en el sector privado que aspira retomar las riquezas producidas por la explotación del petróleo.
Las críticas que hace el saliente Ministro de Finanzas, deben ser evaluadas y tomadas en cuenta para el debate en los sectores defensores del proceso de cambios en Venezuela, independientemente de las responsabilidades que el mismo Giordani tenga en la conducción errada o no, de las medidas económicas aplicadas en el país y de las consecuencias de la publicación de su discurso. No es conveniente utilizar descalificativos contra un personaje de reconocida trayectoria como Giordani, ante una actitud individual y política. Es indudable que habrá subjetividades, por la salida de la cartera de Finanzas, cargo de tan alta importancia en el gobierno central, ocupada por tan largo tiempo por este economista e investigador.
Hay un alerta ante la inocultable crisis, producto del desabastecimiento y la ola inflacionaria desatada por la demanda de productos en el mercado, esto debe conducir al equipo de gobierno a dar respuestas a un pueblo que se pregunta ¿qué está pasando? Este es un momento crucial, como muchos momentos de la revolución, pero se vive la arremetida de una potencia mundial que necesita de nuestro petróleo venezolano y para ello requiere de un gobierno aliado.
Las fuerzas internas que adversan al gobierno bolivariano se decidieron caotizar la nación, con decisión de derrotar por cualquier vía al presidente Nicolás Maduro. La estrategia aplicada en Nicaragua contra el FSLN, se desarrolla ahora en Venezuela. Juegan al cansancio del pueblo para activar el referendo e instalar un gobierno títere, apoyado por la derecha y los Estados Unidos. Estamos en tiempos de definiciones, de ajustar y redefinir el discurso político a la situación real, aceptar la improductividad de las industrias del Estado para aplicar políticas de reactivación y verdadera producción. El diálogo con el sector privado es indicador de la voluntad gubernamental en la búsqueda de salidas favorables para la economía, pero a su vez la empresa privada sabe que el estado depende ahora con más fuerza de su concurso en el aspecto productivo.
Incentivar el debate, encendido por Giordani, cae como anillo al dedo para clarificar a las bases del chavismo y al pueblo todo, la guerra económica como principal causa de la desaparición de los bienes de consumo y las políticas a aplicar para superar este fenómeno que puede convertirse en el eslabón que le faltaba a la oposición para acelerar el retorno hacia los viejos y caducos esquemas del Fondo Monetario Internacional. Se debe ir a un país mejor, bajo la premisa del Socialismo, la Democracia y la Producción. Aceptar las críticas es avanzar en la revolución.