No hay duda, que nuestra querida y olvidada Pachamama jamás es rencorosa y vengativa con quienes la traicionan, la contaminan y la destruyen diariamente. El pasado domingo 6 de julio del 2014, un bellísimo halo solar pudo observarse a simple vista en el estado Zulia, siendo un atípico y colorido acontecimiento natural que llenó de alegría al azulado cielo gaitero.
Fue un verdadero regalo que la Madre Tierra les obsequió a los zulianos, sin importarle los más de 800 árboles que sus hijos se atrevieron a talar y quemar en la ciudad de Maracaibo, como parte de las absurdas protestas de calle que se perpetraron en los meses de febrero y marzo del 2014. A la gente nunca le gusta mirar fijamente al Sol, porque tienen miedo de hallar la verdad que mueve al Universo. Es más fácil explotar y abusar de los recursos naturales que yacen en sus territorios, sin pensar en las terribles consecuencias ambientales de aniquilar los ecosistemas y la biodiversidad.
Cuando recorrimos en el mes de abril las calles marabinas, y visualizamos el gran ecocidio que acarreó la tala indiscriminada de árboles, sabíamos que la deforestación, la sequía y la desertificación, se encargarían de castigar a quienes arremetieron contra la paz celestial de la Naturaleza. Como ocurre en la vida verde y silvestre, siempre pagan justos por pecadores, y todas esas personas que denunciaron y lloraron el crimen ambiental zuliano, también padecen del inclemente calor que superó los 50 grados de sensación térmica en septiembre del 2013, de los cuadros de deshidratación que maltratan la salud de nuestro organismo, y del fastidio generalizado que representa salir al mundo exterior, con gotas de sudor de los pies a la cabeza.
Los meses fueron transcurriendo en la capital zuliana, y nunca fueron detenidos, enjuiciados y encarcelados los delincuentes que destruyeron la integridad del Medio Ambiente, con la cobardía de sus hachas, motosierras y camionetas. Ya nadie se acuerda de los 850 árboles talados en Maracaibo, porque la gente vive ciega en los ojos de la ignorancia, de la impunidad y del descontrol emocional. Es tan sólo el reflejo de una vil indiferencia ecológica que habita en el corazón de las casas, oficinas y plazas del tricolor patrio.
Recordemos que las arboledas ayudan a mitigar el calor en épocas de extrema sequía, evitan que el agua de lluvia produzca trágicas inundaciones, embellecen los espacios públicos, brindan sombra a los transeúntes, purifican el aire que respiramos, disminuyen el impacto del ruido citadino, rescatan el sentido de pertenencia y el apego cultural de las localidades. En paralelo, es inminente la llegada a finales del 2014 del fenómeno meteorológico “El Niño”, afectando a Venezuela y muy especialmente al estado Zulia, que al haber violentado las condiciones naturales del Ambiente, deberá estar alerta ante el mencionado fenómeno, provocado por inestabilidades de las corrientes marinas que originan serias pérdidas monetarias para el sector agrícola y ganadero.
El tiempo siguió extinguiéndose en el fuego de la irracionalidad ciudadana, y en el mes de julio del 2014, el estado Zulia se encuentra al borde de una emergencia ambiental, como resultado del déficit de lluvia que baja el nivel de agua de los embalses, y que se paga con fallas en el suministro del vital líquido. Eso genera una crisis sanitaria para la población rural y urbana que coexiste en la entidad zuliana. Además, las elevadas temperaturas registradas por el excesivo calor que perturba a los lugareños, se traduce en el abuso del consumo eléctrico, que obviamente, genera un colapso del sistema regional de electricidad, lo cual conlleva a los infalibles apagones que dejan en tinieblas a propios y extraños.
Ante la extrema situación planteada, llega la inevitable pregunta ¿Cómo resolver el problema ambiental en el estado Zulia? Acaso será llevando la educación ambiental a los pupitres de las escuelas primarias, para que los niños no cometan los errores de sus padres, o quizás fomentando la Cultura conservacionista en el pueblo zuliano, que obligue a practicar la Eficiencia Energética, el Reciclaje y el Uso racional del agua potable. Pues al final, la educación ambiental y la cultura conservacionista NO fueron las respuestas ecológicas para solucionar el fatal inconveniente.
Es más costoso, más inútil y más contaminante, crear una lluvia artificial utilizando la técnica del bombardeo de nubes a través de un avión tripulado, que lanza y rocía una mezcla de yoduro de plata a las nubes, para que se condense y aumente la cantidad de las gloriosas precipitaciones en las cuencas de los ríos Cachirí, Socuy y Palmar, las cuales supuestamente nos salvarán del infierno ambiental que se vive todos los días. Es lamentable creer que la llamada “siembra de nubes”, es la mejor forma de incrementar las lluvias en la región zuliana y así retomar el curso normal de las aguas.
El asunto va más allá de establecer si el yoduro de plata contamina mucho, poco o nada al Ambiente. Tampoco se trata de criticar el poquísimo beneficio “real” que traerá el aumento de agua en los embalses para la sociedad civil, debido a que el acceso al agua potable en el estado Zulia siempre ha sido un proceso caótico, burocrático y reservado para las élites zulianas. Vemos que la tierra del sol amada se pierde en el gran círculo vicioso del ecocidio, pese a que debería ser pionera en el uso de fuentes de energías renovables, aprovechando la energía solar fotovoltaica que permite el astro rey, valorando la energía eólica gracias a las incesantes ventiscas que ostenta la región occidental, y considerando la energía geotérmica que se halla escondida en sus majestuosos suelos.
Sin embargo, los zulianos prefieren continuar enturbiando con petróleo y basura doméstica las aguas del Lago de Maracaibo, disfrutando del clásico maltrato animal que escenifican las malditas Corridas de Toros, envenenando el aire con el tubo de escape de los carritos por puesto, y por si fuera poco, creando una lluvia artificial que tarde o temprano, representará una mayor destrucción ambiental en el entorno. El primero que comprendió estas laicas palabras, fue el casi desaparecido Relámpago del Catatumbo, que es el principal generador de ozono del planeta Tierra y que registra la mayor densidad de descargas eléctricas a escala global. No obstante, tras observar todos los ecocidios que vienen cometiendo los zulianos, no dudó en marcharse muy lejos de la pólvora que carcome a sus agresores.
Aunque con el desarrollo de la tecnología ambiental en el estado Zulia, es probable que se construya un Relámpago del Catatumbo artificial, y luego lo privaticen buscando que los individuos tengan que pagar bastante dinero para verlo en primera fila. De extenderse la tendencia negativa, también pueden cultivar plátano transgénico para preparar los sabrosos patacones, cosechar cebada transgénica para emborracharse de cervezas los fines de semana, y elaborar hielo seco transgénico para saborear un refrescante cepillado. No debemos caer en los irreparables “trucos ambientales” que desde hace décadas están ejecutando países como EEUU y China, para enmascarar los delitos ambientales que realizan a diestra y siniestra.
Si bien Venezuela ya utilizó el bombardeo de nubes durante el período 2009-2010 en las cuencas de los ríos Caroní, Uribante Caparo y Tuy, se hizo para contrarrestar la sequía que se padeció en la nación, debido a factores climáticos determinados por obra y gracia de la Naturaleza. En el caso de incitar la lluvia artificial en el estado Zulia en pleno 2014, está mucho más emparentado a escollos ambientales procedentes de la actividad humana, lo que termina agudizando la raíz de la crisis. Por ejemplo, Zulia es el estado con mayor demanda eléctrica en Venezuela sobrepasando en ocasiones los 3000 megavatios, y Maracaibo es la ciudad con el mayor consumo eléctrico en Latinoamérica. Todos sabemos que la saturación del sistema eléctrico, es parte de los problemas ecológicos latentes relacionados con el Cambio Climático y el Calentamiento Global.
Si seguimos jugando con el destino de los sagrados recursos que posee la Pachamama, el cielo podría quedar eternamente en el grisáceo color de la desgracia. Somos conscientes de la delicada problemática ambiental que castiga al estado Zulia y al resto de la geografía venezolana. Es necesario implementar medidas gubernamentales drásticas a favor de toda la población criolla, sin distingo de raza, color o credo. De hecho, agradecemos el apoyo de nuestros compatriotas cubanos en la asesoría brindada para lograr la siembra de nubes, y llenar de nuevo los embalses. Pero, si continuamos negando el vacío ético, moral y ambiental que existe en el discernir de la gente, pues nunca aprenderemos a respetar y a preservar las condiciones naturales del Medio Ambiente.
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