Quienes hemos estado oponiéndonos a la devaluación del bolívar lo hemos hecho como rechazo a que sea el dólar la moneda que sirva para medir su valor adquisitivo.
De partida, ese poder adquisitivo en una moneda fiduciaria como todas las que imperan en la economía burguesa a raíz de la eliminación imperialista del patrón oro, ese poder de compra, decimos, está inscrito en su propia acuñación.
Si a ver vamos, en ese aspecto, no hay una moneda que más de “deteriore” cada segundo del día que el dólar norteamericano, el dólar de EE UU. Este país jamás pagará su inmensa y creciente Deuda Pública porque sus acreedores no admiten dólares para su cancelación; ellos quieren oro y no creemos que EE UU disponga de semejante respaldo monetario. En este sentido, la banca acreedora internacional le impone, más bien, la toma de duras medidas imperialistas contra los países débiles[1] y con ello su moroso gana en elasticidad de pago; corren la arruga como suele decirse.
Preguntémonos, ¿cuál es el problema si nuestro bolívar “pierde” poder de compra?, ¿acaso es que su valor nominal carece ahora del algún respaldo anterior ?, ¿acaso no ha sido la norma burguesa achicar contantemente el poder del salario mediante variopintas formas: 1.- Negando los incrementos salariales, 2.- innovando los bienes de la cesta básica con mercancías adulteradas, 3.- minimización del salario mínimo, 4.- escasez inducida por el empresariado capitalista de cara a encarecer los precios o impedir sus bajas-caso de la leche echada al Lago de Maracaibo durante la 4ta. Republica-, 5.- precios especulativos políticamente introducidos para crearle problemas al gobierno que desde la apertura de la presente república quieren derrocar a como dé lugar, entre otras medidas propias del pillaje monetario capitalista.
Creemos que a la actual Administración Pública no le temblará el pulso para decretar tantas mejoras salariales como vaya haciendo falta, porque quienes determinan el poder adquisitivo del bolívar no es gobierno con tales o cuales medidas, supuestamente erróneas, como sostienen los enemigos de la revolución, sino los empresarios burgueses. Son estos quienes inflan los precios. Los resultados de las incesantes inspecciones y sanciones emprendidas y en proceso por la Superintendencia de Precios hablan por sí solas.
De manera que cada día irán perdiendo credibilidad los agoreros que siguen soñando con retornos burocráticos, la de quienes, no terminan de admirar las obras de estabilización económica que pueblan nuestro territorio, con más de 600M viviendas a todo trapo y en proyecto otras 2,4MM de viviendas más, con cientos de hospitales y clínicas varias, con el combate al analfabetismo, a la pobreza crítica, etc., al desempleo, etc.
Las monedas que carecen de poder intrínseco de compra, las monedas fiduciarias, no pierden poder adquisitivo, porque este lo reciben de los precios del mercado y la formación de estos no es un asunto del gobierno-de ningún gobierno. Los gobiernos se limitan a regular las alzas desmedidas y a decretar y fomentar ajustes salariales en la medida que la economía burguesa lo vaya imponiendo.
22/07/2014
[1] Ahí tenemos el actual caso de los llamados “fondos buitre”.