Hay dos legados dejados por Chávez, asi hace suponer Diego B. Urbaneja, según su clasificación, uno, “el pesado legado” y otro al parecer, el ligero legado, por supuesto, lo hace distinguiendo las tareas y las enormes responsabilidades históricas para con el país de frente a los problemas que significa la construcción del socialismo no solo por el gobierno chavista, el heredero del legado, sino también por su pueblo, el pueblo chavista que sobre sus hombros reposan una gran tarea, acelerar la transición al socialismo, en medio de la crisis del capitalismo mundial.
El crítico de la revolución chavista plantea un “Adiós a la revolución”, artículo que publica en el Universal, en fecha 24-07-2014, pretendiendo hacernos creer que el gobierno se halla ante un dilema de tomar las medidas económicas el cual se ha dilatado, olvidándose en esta fecha el pensamiento del Libertador, que los grandes proyectos históricos revolucionarios se preparan en la calma, mejor dicho no hay que desesperarse, como así lo hiciera la oposición, al tratar de violentar la constitución para llegar al Poder del Estado, y quien lo diría, “los demócratas”, subvirtiendo el orden constitucional.
Nos hace creer Urbaneja que la revolución está entrampada, en el dilema traición al chavismo o desastre de la revolución en el orden social y economico, pero no ve que aquí, hay un dilema socialismo o capitalismo, “socialismo o barbarie”, esa si es la “La ironía de la situación es de marca mayor” como dice el mismo.
A la par de las presentes políticas neoliberales gobernantes y de las otroras del pasado, juzga que la revolución ha de seguir el camino capitalista, es decir “en tomar las medidas económicas (que) ….se sabe todas tendrían un alto costo político y el calendario avanza inexorablemente hacia las elecciones parlamentarias”. ¿Cuáles medidas, la unificación cambiaria, la flexibilización laboral, el endeudamiento externo, la aplicación de un programa fondomonetaristas? ¿Será el catalogo neoliberal, la ortodoxia neoliberal, del reducción del gasto público para estimular el progreso del capital privado?
Claro no aclara las “medidas económicas de alto costo político, se avergonzaría si dijera la verdad, no se puede estar de espalda a una pueblo, sino con la mentira, por otra parte cree el crítico que “en círculos conocedores de los asuntos, se duda muchísimo que el gobierno disponga de los recursos intelectuales, ideológicos, administrativos, políticos, gerenciales, para poner en marcha las cosas que hay que hacer, y hacerlo de la forma, con la coordinación, y en el timing, que deben tener para que produzcan sus resultados positivos y para que no nos lleven al peor de todos los mundos: medidas de ajuste con sus resultados negativos pero sin sus resultados positivos”. Vaya que espera, sea cual el resultado, ¿El peor de los mundos?
Al parecer los asuntos no deben ser un misterio para elites conocedoras, y eso distingue al socialismo del capitalismo, la transparencia con se discuten “los asuntos” públicos, ellos no son sagrados, se desacraliza la economía para colocarla al servicio de la sociedad, entonces nos amenaza el crítico, recordándonos que
“Los consejos de los organismos internacionales y de los asesores externos tienen sus límites”, Cómo si los organismos internacionales, llámese los acreedores internacionales de la deuda, cansados de esperar “las medidas del alto costo político” puesto que no llegan, Maduro, el Presidente de la República Bolivariana no las asume, entonces ellos se retiraran dejando solitos a los funcionarios venezolanos.
Al parecer el crítico desconoce las capacidades venezolanas para enfrentar los asuntos económicos y políticos, las tareas que tiene que asumir la revolución bolivariana, ese “legado pesado” que no solo pertenece a Maduro, sino a todo el pueblo venezolano, alcanzar la independencia plena del país, la potencia económica y política que no solo es tarea del pueblo chavista, sino también del que no es chavista.
El crítico cree que los expertos internacionales de la banca mundial nos hace falta, obviando la solidaridad china, subestima los talentos nacionales, al parecer supone que estamos encadenados académicamente al “suplicio: ¿cómo es que era”?, entonces nos señala la ruta capitalista, aprovechen si no, se retiran los expertos del capitalismo, señalando al gobierno que con esto, lo que el reamente aspira, “Adiós a la revolución”.
Al contrario; Maduro acercándose a la experiencia del socialismo chino, al BRICS, se fortalece mediante el internacionalismo socialista y la voluntad independentistas y nacionalistas de los pueblos para decir “adiós al capitalismo” sin vacilaciones, para responder a las nuevas tareas que nos legado Chávez, mejor dicho, “el despliegue” del socialismo en todos los frentes de lucha, recordando siempre que Chávez abrió el camino, y todos debemos continuarlo, profundizarlo, sobre todo lo que hay que hacer el terreno económico en dirección no “opuesta al chavismo”, sino profundizando su legado, el legado del socialismo.
Creer que “las medidas económicas” nos llevan al capitalismo, es negar la realidad, un gobierno que se declara socialista, que asume las Misiones Populares, que reivindica la felicidad para el pueblo, no deja ni viso de desconfianza, como así lo vierte el veneno del crítico: “La esencia de la cosa consiste en que lo que el gobierno dice que está pensando hacer es poner a pagar a los sectores mayoritarios -populares y de clase media- el costo del inmenso desastre de estos quince años”.
Porqué lo dice: ¿Por la escasez, el desabastecimiento, la inflación, la devaluación? ¿Por las colas populares que estás pagando el pueblo, por la resistencia de los capitalistas a no bajar los precios, especulando, a programar las ventas para irritar a la población contra el chavismo, contra el gobierno?
El crítico solo ve el fenómeno de las colas, pero no ve el origen de ella, el capitalismo comercial especulativo, de ese “inmenso desastre de estos quince años” que el capitalismo ha condenado a la población, subvirtiendo el orden constitucional, con paros petroleros, sabotaje económico, guarimbas I y II, huelgas petroleras, de las empresas básicas, etc., un parafernalia de instrumentos políticos y económicos de medidas infernales para tumbar el gobierno de Nicolás Maduro, diseñados y apoyados desde el exterior, desde los EE.UU., con la tarea de frenar el apoyo social a la revolución bolivariana.
Ese es el verdadero “costo político”, y una verdad si les digo a Urbaneja, Chávez es Chávez, por eso usted duda, “Tal vez Hugo Chávez hubiera tenido que hacer más o menos lo mismo. Nunca lo sabremos”. Lo único cierto, es que Maduro es un obrero, tiene el instinto de la clase trabajadora, cosa que no tenía Chávez, tiene buenos amigos y expertos, por eso, “el asunto, la esencia de la cosa” no irán por su camino, el de “la traición” y no es precisamente, el que usted supone que ve, el que el gobierno de Maduro esté “pensando hacer es poner a pagar a los sectores mayoritarios -populares y de clase media-“. Calcula mal, esperemos las medidas tan esperadas, eso si la revolución fiscal le abrirá los ojos, “quien debe pagar más a la sociedad sino es el que más tiene”, eso sí que es socialismo.
A lo mejor el crítico presiente que viene “el desastre de los capitalistas, el de la clase media enriquecida”, porque la transición es eso, el abismo del capitalismo, “pasito a pasito”, no alejándose del socialismo, seamos sincero, la fuerza del estado frente a la competencia política y económica capitalista, usted delira si piensa que Maduro tomará medidas en “Cómo alejarse sin que parezca que lo están haciendo”, Maduro está consciente, de que eso si es la traición lo que usted espera, confiéselo, quiere que el gobierno se aparte del asunto, del “modelo económico”, a lo mejor lo desespera.
Con “la ayuda china”, lo que viene es joropo, póngase las alpargatas, quedarán atónitos los expertos, el experimento apenas comienza, se equivoca si piensa que es diciendo “adiós a Chávez o a Lenin”, el socialismo no ha terminado, lo hay para rato, para darle aún dolores de cabezas al capitalismo y sus intelectuales tarifados, defensores de la desigualdad social, del mundo fracasado que lleva más de cinco siglos hablando del progreso social y los pueblos no lo ven, solo una minoría, los demócratas ni se dan cuenta, pero las viudas neoliberales si lo vieron de frente, una mañana, cuando “el caracazo en Venezuela”. Pareciera que muy poco economistas neoliberales se dan cuenta del fracaso del modelo capitalista, ¿Usted no lo ve?.
Ahora usted señor Urbaneja, el crítico de las medidas económicas del gobierno porvenir no antes se han asomado y ya canta default, desastres, inviabilidad, fracaso, solo ve lo que ha hecho el capitalismo comercial en estos quinces años, pero no ve el esfuerzo del gobierno socialista, reivindicando el pensamiento y la obra de Chávez, en cada etapa de lucha, en cada escenario donde el capitalismo pone obstáculos, verá usted que no habrá retroceso, ante su dilema, porque es su dilema, no es la opción hacia el desastre que el capitalismo acostumbra a los pueblos, la oportunidad de Maduro es a ser digno representante del pueblo chavista, de la mayoría trabajadora, ¿No ve la paciencia que tiene frente a los embates diarios de la burguesía comercial.? No así tuvo paciencia con las medidas fondomonetaristas neoliberales aplicadas por Carlos Andrés Pérez, ni siquiera han tenido efecto la “Salida de Maduro”, de María Corina Machado y Leopoldo López, no han podido sonsacar al pueblo de sus casillas.
Que opción le queda al crítico Urbanjea, si “nadie puede escoger la opción del desastre”, ni a usted le conviene, mientras el gobierno chavista se mantengan aún con “los rituales y retratos recordatorios de Chávez” que por cierto a Teo y sus amigos, no le gusta puesto que como dice usted, la otra opción tampoco es viable, “echarle la culpa de todo a Hugo Chávez”, asumamos nuestro tiempo, nuestra responsabilidad histórica, abandone el capitalismo, aunque sea “con lágrimas en los ojos”, porque lo que viene es socialismo inteligente, la esperanza que nos dejan los amigos del socialismo internacional, su apoyo moral, afectivo y material. El adiós al capitalismo no será tarea fácil.