Del Manifiesto de Toquepala a Andahuaylas, y ahora, por la Redención Social del Perú

La defensa del Estado de Derecho y de la Constitución conformó la razón fundamental del levantamiento militar que lideró Ollanta Humala el 29 de Octubre de 2000. En el entendimiento de estar gobernados por un régimen ilegal e ilegítimo, lejos de motivaciones políticas personales, ni por razones laborales condujeron a los hechos de ese día. Tal aseveración se desprende del Manifiesto de Toquepala. 

Para Ollanta Humala, su tesis de un "Estado Nacionalista", parte de la necesidad de reinventar Perú de "todas las sangres", vale decir, con inclusión de todos. Se necesita un país donde el racismo, la exclusión social y la violencia que en el pasado. Apostemas, señala Ollanta, a un empresariado de marca nacional y muy competitiva, al igual que con la participación de inversión privada extranjera que beneficios a todos por igual.  

Él habla de mantener una postura de defensa de la Nación antes las políticas Estadounidenses   y frente al capital foráneo, aunque no xenofóbico ni violento contra ellos.  Con EEUU se puede trabajar bien, pero sobre condiciones de dignidad y respeto mutuo.   Ahora, refiriéndose a lo mal estructurada que se encuentra Perú, observa que la industrialización y el impulso a la agricultura son instrumentos importantes para el desarrollo y generación de empleos y por ello propone la " Soberanía Alimentaria", teniendo un sector agroindustrial fuerte y autonómico. Lo contrario es repetir lo de siempre, se desestimula al agricultor quien quiebra, vende la tierra y se va a los valles a sembrar coca o a las ciudades, luego se urbaniza y pierde el interés por el campo.    

El militar retirado se expresa en términos del "Renacimiento Andino," del socialismo y el comunismo pacífico, verdadero, realmente justo y del divino, del que predicaba Jesucristo y sus Apóstoles.   La solidaridad, hermandad, amor y justicia social para todos los humanos por igual.  Esta nueva etapa que está por empezar será muchísimo mejor al errado, ciego, cruel e injusto sistema capitalista.  

El trabajo político de Ollanta se ha basado al encuentro cara a cara en las barriadas, conos, juventud indígena y gente de zonas del interior del país marginadas por los gobiernos de turno. "... Llegamos allí donde los dinosaurios de la los deslegitimada clase política peruana, no llegan. Las masas nos reconocen porque nos parecemos y hablamos el mismo lenguaje, nos hablan de sus problemas, de sus ilusiones, de sus triunfos y desencuentros... de la mentira y la promesa no cumplida de los políticos ", (palabras textuales de Humala). 

Este acercamiento e identificación es lo que realmente genera el huracán político que ha despertado Ollanta en el corazón y las almas del pueblo peruano. Los obtusos y miopes de esa oligarquía política, creen todavía que con decir una sarta de mentiras por la prensa internacional y satanizando a los aliados de Humala, van a cambiar la tendencia creciente de aceptación hacia Ollanta. Otros insisten en satanizar el acercamiento de Humala con Chávez para ver si así lo descalifican. Pero no se dan cuenta que los pobres y los indígenas peruanos también quisieran tener un presidente que los apoye, que sean el centro de atención de políticas de Estado que borre la injusticia social y la miseria en la que los han sumido los gobiernos anteriores del Perú. Y toda esa esperanza la ven en un  gobierno como el de Chávez, que le da poder a los pobres y no a la oligarquía.

Por otra parte, la candidata Lourdes Flores es una persona percibida con alianzas muy ceñidas a los factores de poder del status quo y a la derecha política de su país y eso el pueblo llano del Perú no lo acompaña. Tal visión fue puesto de manifiesto también cuando vino de visita a Venezuela en 2004, y fue invitada a grandes cócteles y eventos organizados por la representación más rancia de la burguesía de nuestro país. No se reunió con grupos sociales, no visitó barriadas y tampoco fue a alternar con los factores progresistas venezolanos y sus únicos comentarios públicos fueron para insultar al Presidente Chávez y a sus políticas revolucionarias que a final de cuentas han amainado sensiblemente la deuda social con los pobres.  

Hoy entiendo más la vehemencia, la convicción y firmeza de aquel hombre que conocí hace ya tres años, cuando en una mesa de trabajo del Primer Encuentro Mundial de Solidaridad Con la Revolución Bolivariana, celebrado en Caracas, hablaba con indignación sobre la desigualdad social, de la exclusión y humillación del pueblo indígena, de la elite política y militar que malgobernaba a su querido Perú. Era el Mayor Antauro Humala. Hablamos un par de veces más en otros eventos y coincidimos en muchas de nuestras apreciaciones. Tuvimos la suerte de compartir con otos valiosos hombres de la Patria Grande; el General Rene Vargas Pazzos del Ecuador, el Capitán Gerónimo Cardozo del Uruguay (hoy Embajador de ese país en Caracas) y el Brigadiero Sergio Xavier Ferolla de Brasil.   En los foros Antauro habló mucho de su hermano Ollanta, entonces en el exilio, y de las razones que lo habían llevado al levantamiento militar del 29 de octubre de 2000. 

Luego en enero de 2005, surge el levantamiento cívicomilitar de Andahuaylas. Sin querer hacer una apología a la violencia, lo trascendente del hecho fue que la vía violenta no fue tema que impactó la conciencia de la sociedad peruana, lo importante fue el hecho de que un grupo de personas querían alcanzar cambios substanciales a su nefasta realidad política y social. Y la ausencia de un repudio resonante a la rebelión popular y militar que protagonizó el Mayor Antauro Humala, fue la noticia. Vale decir que se denotó un hastío y cansancio manifiesto al arden demagógico de sus gobernantes. Dando mi parecer sobre estos hechos escribí un artículo que denominé; Andahuaylas, Perú: Una Aventura o una Clarinada. Hoy, ya sabemos que es.   Desde entonces empecé a estudiar a la familia Humala, en el contexto de la dinámica política reciente peruana. 

 A la luz del concierto de la historia y de los últimos acontecimientos en esa hermana República,   no queda duda en mí alma que Ollanta Humala será el próximo Presidente de la República del Perú. Sin embargo, como el fantasma de Lucio Gutiérrez (Ecuador) sigue por allí desandando, algunos de sus seguidores a menudo le escriben a Ollanta; "...que sólo esperan de un Presidente, a un gobernante justo que alegre a su pueblo   ...quieren que Ollanta se mantenga firme, invariable y  recto, porque sus sufridos hermanos peruanos han puesto toda su confianza en él".  


Presidente del Frente Cívico-Militar Bolivariano, Venezuela
Editor de la revista Ámbito Cívico-Militar. 

unidadcivicomilitar@cantv.net



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Héctor Herrera Jiménez *


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