Recuento de fin de mes, aciertos y desaciertos

Cerramos agosto con una reactivación del gobierno en la dura lucha contra el contrabando en la frontera con Colombia, lo que percibimos como un respiro que le permitirá tomar aliento a quienes gobiernan y ganarse unos puntos con el pueblo, después de los tantos perdidos por las indecisiones, vacilaciones, desaciertos y fallas que no se tapan con meras declaraciones y apariciones públicas televisadas.

El sacudón, del que tanto habló el Presidente Maduro, no ha podido darse y entrando en el terreno de la especulación inferimos que Maduro no tiene condiciones políticas para llevarlo a cabo, dado que los intereses creados en las estructuras de poder lo impiden, aunque el Presidente no lo descarta aún del todo.

Otras medidas, que la derecha espera ansiosa, como la eliminación del control de cambio o al menos su flexibilización, parece que a pesar del lobby que la derecha viene haciendo en Miraflores desde el 12F no sólo se pospone, sino que no se aplicará, según declaró recientemente el Presidente, o se aplicaran de manera distinta a como los enemigos del socialismo y la revolución apuestan a que se haga.

EI incremento del precio de la gasolina, el gobierno ha logrado que deje de ser un tema tabú y que al entrar en el terreno de la polarización política, apenas los escuálidos y opositores más recalcitrantes lo cuestionen, precisamente por razones políticas, favoreciendo con ello el apoyo mayoritario de la población a una medida que exige consenso de la población y que es inminente.

Maduro mencionó recientemente, casi de manera marginal, un posible incremento de salario mínimo para noviembre, nos llamó la atención la poca atención que le diera la derecha al asunto y el silencio que hicieran los medios todos, incluso los que controla el SIBCI. Parece que deberá ahondar el Presidente en el tema, especialmente considerando el impacto que la inflación genera en los bolsillos de los más humildes.

El chavismo ha enfrentado y se ha sobrepuesto a la amenaza latente de la división y de la fragmentación, especialmente desde la desaparición física de Hugo Chávez, con lo que queda claro que a pesar de la diversidad de factores que confluyen en el chavismo el espíritu unitario y la promesa de continuidad del Legado del Comandante, que hoy representa Nicolás Maduro e incluso quienes le acompañan en la dirección de la revolución, cuenta con el apoyo de las mayorías, a pesar de disidencias evidentes.

Debe el Presidente Maduro y el gobierno todo rescatar las prácticas políticas de Chávez, más allá de gobierno de calle, esas de insistir en movilizar permanentemente al pueblo. Acercarse a la realidad de la gente y de las comunidades, sin mayores protocolos y sin muchas cámaras de televisión y con ello impulsar medidas y decisiones que den respuestas concretas a problemas concretos, dejando de lado o minimizando el papel de operadores políticos que interpreten la realidad del pueblo, para hacer de interpretes directos de las carencias y necesidades del pueblo y desde esa visión empeñarse en revolver los problemas. Debe el Presidente Maduro visitar hospitales, escuelas, plazas, comunidades, urbanismos (nuevos y viejos), etc., no con un despliegue propagandístico para mostrar a un Presidente cercano a la gente, sino para constatar la realidad que cotidianamente vive la gente y aportar a la solución de sus problemas más relevantes.

Por otro lado, creemos que a pesar de la dura crítica que le vendrá de adversarios y cercanos, debe el Presidente Maduro también visitar con regularidad a Fidel Castro Ruz para recibir la luz y orientación que siempre recibió el Comandante Chávez de la Historia viva, como acertadamente bautizó Chávez a su amigo Fidel.


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Carlos Luna Arvelo


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