Hoy en día en pleno apogeo de la democracia bolivariana, no debemos desestimar las lecciones históricas en particular aquella relacionada con el ejercicio del poder político por el Padre de la Patria, no podemos seguir manteniendo la impunidad, ya el gobierno ha dado paso en la lucha contra el contrabando, falta mucho aún en la lucha contra la guerra económica, principal talón de Aquiles de la revolución bolivariana, por eso es imprescindible ejercer el poder sin titubeo, sin vacilaciones sujeto al marco constitucional pero siendo efectivo y eficaces en el logro de la soberanía y la independencia nacional.
El pensamiento liberal europeo por su composición ideológica social carecía de una ideología compacta; su pensamiento era disperso, universal y variado…habían liberales absolutistas, demócratas y autócratas, monárquicos y republicanos, deístas o ateos…” (Celis Parra, Bernardo, “Ideología, Bolívar y los demás”, 2004, p. 107) De allí se desprende el eclecticismo ideológico o la claridad de dirigir la sociedad por el autor del Proyecto Bolivariano Americano.
El Testamento de muerte de Bolívar indica: “He arado en el mar”. Asi, no bastaba con el logro del poder político, decretar una Constitución o luchar contra el imperio, no, es necesario un Plan capaz de liberar a los hombres de la esclavitud mediante transformaciones de la economía, y esto no era meros “asuntos domésticos”.
Para ello; Bolívar no estaba preparado. Al Coronel José F. Blanco escribe: “Nada mas que yo está persuadido de la idoneidad de Usted para manejar ese departamento, de su actividad, de su buena voluntad en servir a la patria, y sobre todo, de su integridad. Así es que cada día da usted nuevas pruebas de su infatigable celo, y de las ventajas de su administración. Yo creo muy bien que el manejo de ellas es desagradable…”, (Angostura, 18-09-1817).
Bolívar fue sobre todo, militar y político, para él la administración era asunto “desagradable, estaba consciente de las limitaciones históricas de sus esfuerzos políticos y militares: “La independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de los demás: pero ella abre las puertas bajo vuestros soberanos auspicios, …”. (Bogotá 20-01-1830).
No alcanzó a ver realizado sus sueños de gloria y grandeza americana ni tampoco ver plasmados las ideas herederas de la ilustración y de los enciclopedistas en América. Sin embargo dejó una “Obra Inconclusa”: “Mucho hemos hecho, pero más queda por hacer”. (Carta a P. Santander, San Juan de Payara, 11-01-1820)
De haberse acelerado el desarrollo capitalista y su internacionalización, Bolívar sobreviviendo a ello, de seguro hubiera sido socialista tal cual en 1840 lo fue su maestro Simón Rodríguez. Bolívar tenía ideas precursoras socialistas y seguro dio el paso, de atípico liberal republicano en la lucha contra la monarquía a demócrata revolucionario en la fundación de las Repúblicas, naturalmente conoció la radicalidad del pensamiento robinsoniano y de la cercanía de este hacia el comunismo, pero era imposible un paso más radical, dado el desarrollo histórico desigual en la periferia, el bajo nivel de las fuerzas productivas de la periferia colonial hispanoamericana. a diferencia del centro capitalista europeo.
A la derrota del General Monteverde en Taguanes por el “Vencedor de los Tiranos” Jose F. Ribas le siguió la capitulación de Fierro, Gobernador de Caracas y entra Bolívar triunfal en la ciudad, -explica Marx- es proclamado “Dictador y Libertador de las provincias Occidentales de Venezuela”, asimismo, indica Marx: “Bolívar dio rienda suelta a su propensión al poder arbitrario, instituyendo el Código Boliviano, imitación del Código de Napoleón, su plan era transplantar ese código de Bolivia al Perú y de allí a Colombia”, (Betancourt, Rómulo, “Hombres y Villanos”, p.28 y 40).
Este señalamiento de Marx dio pié a Guillermo Ferrer en “De las Revoluciones”, (Panorama, 18-12-2005) y Enrique R. Berroterán, en “Carlos Marx: Crítico del Libertador”, (Panorama, 06-12-05), para afirmar el “error de Marx”, descalificándolo, sin ver el sentido histórico y la situación de la guerra reinante en Hispanoamérica que llevó efectivamente a Bolívar al ejercicio de la “dictadura” y no menos cierto, a intentar de aplicar la Constitución boliviana pese a la delegación del mando en Santander, Páez y Sucre. Así que “el error de Marx” es relativo y nos lleva a corroborar una verdad histórica: Dictador y Libertador de provincias occidentales de Venezuela” aunque, lejos del despotismo del poder.
Marx conoció el Napoleón Bonaparte liberal y republicano que terminó en autócrata y monarca, despertandole suspicacia a Marx por la “simpatía de Bolívar hacia Napoleón”, aunque más tarde se deslindara Bolívar de su simpatía en particular por el genio militar de este. Marx “creyó” que Bolívar perseguía “la misma solución Napoleónica” en Suramérica.
Sin embargo; Bolívar deseaba la independencia del imperio a despecho de la reputación que endilgaban sus enemigos, debió ser fiel a sus ideales, pero le faltó precisamente, “voluntad de Dictador” para acabar con la “la “impunidad y anarquía militar” de traidores seducidos por la oligarquía, asesinos de la Gran Colombiana, --“Joya del Libertador”--.
A Bolívar, le arrebataron el poder más no la gloria. Tal es el “error de C. Marx” y las razones que lo movieron a escribir el artículo sobre “Simón Bolívar”, detestando a Napoleón, como lo repudiaba, además a “los liberales” y a “los oligarcas”, aparte de que es Napoleón quien sofocó “la conjura de los iguales” comanda por F. Babeuf, --un comunista—de su época--, y quien da el 10-12-1799, el Golpe de Estado que le entrega el Consulado de la 1ra República y después, el imperio”. (Bernardo C. Parra, Ibíd., p.122).
Si Bolívar hubiera omitido las acusaciones de sus enemigos y los prejuicios morales del ejercicio de “Dictador” hubiera hecho realidad su ideal, hubiera aniquilado a los traidores, quienes lo exiliaron y asesinaron física y espiritualmente y entonces la libertad, la igualdad, la soberanía, la fraternidad, independencia y propiedad no se habrían trastocado en la post-independencia adquiriendo un camino distinto al ideal bolivariano. Lamentablemente, todo terminó en “anarquía militar de los patriotas”, es decir en el “caudillismo” que asoló a Venezuela durante todo el siglo XIX. Estas lecciones debemos prevenir, sobre todo del lado de la izquierda venezolana.