La Duquesa consorte, aunque de hecho primera autoridad de este ducado tan bueno excepto porque está enclavado en el mero centro de predios del “Club de los pobres” -social y deportivo- dijo que “métete en la cola (del supermercado) que ya voy a buscar dos cositas nada más”.
Veníamos del banco de donde ella movió unos churupitos no sin antes leer la cartilla: “esto y que si lo otro es para tal cosa, no te creas supermán que la vaina no da para tanto, fíjate que hay que hacer tal y que se yo, y no me vengas con vaina que esto y que aquello y además hay que buscar pañales para tus nietos, ¿no querías nietos y más nietos? ahora jódete”.
Mientras la autoridad se esgaritó para escarbar las dos cositas que tenía en mente yo me metí a la cola de “no más de diez artículos”, pero con tan mala suerte que me tocó ubicarme detrás de una emperifollada burra por lo demás escuálida.
Mi primera vez a la cola de una burra [y a mi edad] ¡Oh! Tal se despepitó y dijo que ¡ñzxcv&%747@trfgyetc!
Afortunadamente la Duquesa sólo trajo un paquetico de galleticas y otra chuchería para los mocositos, así que despachamos rápido.
Pero, la burra me dejó capcioso.
¡Oh!