¡Plomo contra Maduro!
¡Plomo soviético! -como diría un otrora renombrado dinosaurio adeco, de esos cuya sola mención provoca vomitar y que, de paso ignora el hecho de que la Unión Soviética ya no existe-, ¡plomo gringo! -exclama el pitiyanky de la MUD (valga la hipérbole)-, ¡plomo!
Plomo y plomo contra Maduro, y Maduro ahí, echándole bolas a la crisis, como debe ser, pueda que meta la pata en una que otra vaina pero ¿quién no si la perfección le corresponde al sesudo analista -valga que dios-?
Yo sentiría un gran miedo si me percatase de que a Maduro todo le fuese sobre rieles porque a mi modo de ver el mal es parte del bien; será quizás porque soy suficientemente realista como para no desvelarme por un final feliz antes de tiempo, la paciencia no me estorba y eso que a cada paso me doy un tropezón con un escuálido ya que no ando refugiado en una “zona de seguridad” sino en la confrontación abierta con el enemigo declarado y con el endógeno también, éste que se disfraza de sesudo analista y para lo cual usa la ideología bolivariana y chavista como un traje.
Pero, abrigo la certeza de que Maduro le va zampar una patada en el culo a propios y extraños sesudos insensatos obnubilados por el paso de Luna; hay que apelar en buena medida a la cuarta dimensión.
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