Uribe tiene sus intereses que se confunden con la práctica de la violencia, el paramilitarismo y aquel asunto por el cual la DEA le tiene en una lista. Sólo que no le tiene en ella por tenerle, como por gusto, sino porque se lo ganó en razón de sus ancestrales ocupaciones. Pero la DEA que es práctica y hasta tenebrosa, concluyó que el “paisa” le era más útil en la política colombiana, en la organización de paramilitares, control del Estado colombiano o parte del mismo, que en una cárcel de EEUU o quizás en Guantánamo.
Para nadie que no ande en la luna, se haga el pendejo por conveniencia o esté también metido en esos asuntos propios de la DEA, es secreto que esta “Organización para el control de Drogas”, en la traducción castellana, se ocupa particularmente de espiar en favor de la política injerencista y expansionista de EEUU. Lo de la droga es un parapeto o burladero, tanto que los países que con ella han roto, como Bolivia, Ecuador y Venezuela por sólo nombrar tres, han logrado grandes éxitos en la guerra contra el contrabando de estupefacientes y eso que no hemos mencionado a Cuba.
Por estas razones, pese que la DEA etiquetó años atrás a Uribe, tanto como ponerle en el N° 82 de los más metidos en el sucio negocio, éste pudo ser presidente de Colombia y ahora es un agente importante parta desestabilizar gobiernos que no agraden al Departamento de Estado. Como hombre vinculado al paramilitarismo, tanto que se le tiene como el creador del mismo, es experto en promover el espionaje y terrorismo; por eso, las guarimbas venezolanas, tienen el sello personal de “Don Varito”. Mientras el Secretario de gobierno del país vecino, alto funcionario del mismo, señala despectivamente a los jóvenes entregados al gobierno venezolano diciendo que “no son ningunos angelitos”, el Congreso colombiano suspende el intento de sancionar o condenar a la Canciller Holguín ante el arrume de pruebas que justifican la decisión del presidente Santos, Uribe elogia a los jóvenes diciendo loas casi copiadas de la épica.
Todo lo anterior tiene que ver o está inserto en la política que un sector de la derecha pretende continuar. Política que no es otra que “La Salida”, “Maduro vete ya”. Por supuesto, el desarrollo de esa política, aunque ahora se pretenda disimular con un intento de convocatoria de Asamblea constituyente, cosa por demás complicada, lo que sus promotores no ignoran, se corresponde con las guarimbas y las prácticas terroristas. Es que ese sector de la derecha, por motivos nada difíciles de entender, si pensamos en la ansiedad de ciertos círculos por ponerle la mano a la renta petrolera y las saudades que producen el recuerdo de los tiempos pasados, no está dispuesto a esperar por salidas que les parecen como a muy largo plazo y además nada seguras.
Lo que sucede en el mundo árabe les subyuga, por lo que Uribe y los Halcones del Departamento de Estado, viendo la posibilidad de un acuerdo de paz en Colombia sueñan con traer esa guerra fratricida para acá. Por algo se comienza y para eso están los planes de terrorismo narrados por sus propios planificadores.
Pero en la MUD hay y ha habido siempre, gente que si bien apañó esos tenebrosos planes por omisión, falta de disposición, ahora comprende cuánto les dañó eso. Abundan señales y manifestaciones que avalan esto. Incluso, Voluntad Popular (VP) de López, los grupos de la señora Machado y Ledezma, a quienes ahora se les acaba de unir Bandera Roja, si es que alguna vez no estuvo con ellos, están desarrollando su propia política que se expresa en el supuesto llamado a Constituyente en el discurso, mientras alientan el reinicio de las guarimbas “a ver si la vaina prende”.
En eso no están solos. “Varito”, experto y apasionado en todo lo que signifique violencia, actuando con placer e interés por su cuenta y sobre todo por órdenes de los Halcones, les apoya con todo; como vocero internacional, a lo largo de la frontera, dentro de su propio país y hasta en sus demasiadas frecuentes salidas al exterior. Su tema preferido de ahora no es combatir la propuesta de paz en Colombia porque allá fue derrotado, sino promover la guerra en Venezuela. La guerra y lo que a ella compete, es el gran negocio del registrado en la lista de la DEA. Además, Venezuela y los venezolanos le traen sin cuidado, salvo lo que pueda aportarle la renta petrolera si llega a tener éxito en sus macabros planes.
En esos menesteres, Álvaro Uribe acabó con la MUD. Pues aparte de sus plegarias y discursos absurdos, pudiera ser el engranaje por el cual transitan los medios para financiar ese intento de destruir a Venezuela. Eso explica la adoración de cierta gente de aquí por el expresidente colombiano y que muchos, hoy fuera de la MUD, vayan con demasiada frecuencia a Colombia a verse con alguien quien en su propio país anda en bancarrota y sus lecciones carecen de valor alguno para el bien de la gente de buena voluntad.
Pero una cosa son los intereses de Uribe, por lo que la DEA le tiene nariceado - su empeño en traerse la guerra de Colombia para acá, como quien traslada una carpa de circo - sus discursos que dirige a grupos cebados en la violencia y otra de quienes en la MUD, no han sido atraídos por su cantos de sirena ni están envilecidos.