Existen muchos calificativos con que la oposición en su tiempo hacía a Bolívar. Domingo Díaz y Andrés García desde la Gaceta de Caracas, en manos de los partidarios del rey, mantenían una campaña contra Bolívar con las acusaciones infundadas más feroces: “loco”, “Tirano”, “Ladrón”, “Asesino” y “Cobarde” entre otros, ( Guillermo García Ponce, “Los Periódicos del Libertador”, Diario Vea, 02-08-2004, p. 8). Asimismo con tales calificativos se trató de desprestigiar al Presidente de la República, Ciudadano Hugo Chávez Frías. ¿Es casualidad? No, no es casualidad, en aquellos tiempos, en el caso de Bolívar estaba en juego la independencia del colonialismo imperial, es decir la soberanía política. Lo que significaba asumir un gran valor, un gran coraje para emprender el proyecto de la revolución de la independencia.
Pero por qué Carlos Marx un científico talentoso, abocado a la elaboración de la ciencia del materialismo histórico pecó en caer en tales acusaciones y reproducir los “infundíos imperialistas” al escribir su biografía de “Simón Bolívar”, supuestos que demuestran el efecto de la prensa calumniosa de América que se hace eco en Europa. Comencemos por negar -el infundio- por anticipado que pone en duda el valor y la dignidad del Libertador; sabemos de su valentía por las guerras de independencia de América. Sin embargo; C. Marx fue víctima al igual que Bolívar de los infundios y la propaganda imperialista que los desprestigiaban.
Escribe Marx: “después de haber dimitido por quinta vez en 1830, Bolívar aceptó de nuevo la presidencia y salió de Bogotá para hacer la guerra a Páez en nombre del Congreso. A fines de marzo de 1830 avanzó al frente de 8.000 hombres, tomó Cúcuta que se había sublevado, y retrocedió a la provincia de Maracaibo, donde le esperaba Páez al frente de 12.000 hombres. Tan pronto como Bolívar se enteró de que Páez pensaba combatir seriamente, se debilitó su valor….desaparecida su influencia de sus partidarios en el Congreso; se vió obligado a presentar su renuncia….Envió su dimisión el 27 de abril de 1830. Pero con la esperanza de recuperar el poder,…Bolívar se retiró de Bogotá muy lentamente consiguiendo,…prolongar su permanencia en San Pedro hasta fines de 1830, fecha en que dejó de existir repentinamente”. (C, Marx Simón Bolívar en Rómulo Betancourt, Hombres y Villanos, edit. Grijalbo, Caracas, 1987, p. 43).
Bolívar era un hombre de coraje, recordemos que el mismísimo Monteverde decía que “le temía más en la derrota”. Bolívar sacaba coraje, constancia y virtud porque conocía la historia de los hombres y de los pueblos sin embargo lo ataba “el legalísmo” del Congreso, lo frenaban en sus acciones libertarias, sabía que de tales “distinguidos” representantes, extraía los recursos del Estado y la delegación soberana para hacer la guerra. Esto lo comprendía muy bien.
¿Por qué Bolívar no enfrentó a Páez?. Bolívar evitó una guerra fraticida, entre hermanos colombianos. Es conocida su frase, “más le temo a la paz que a la guerra”, sin embargo, esto le esperaba a la independencia, “la anarquía militar” como la llamó Marx respecto de los caudillos tal cual se manifestó en la guerra federal, muy tarde se dio cuenta Bolívar que sus “seguidores” se rebelaron en el momento en que éste se radicaliza asumiendo el “Código Boliviano”, de allí la reacción de muchos de los congresistas y propietarios, como también “el complot de Santander” y “la sublevación de Páez”, aliados a la oligarquía para impedir que “el espíritu de las leyes” respondieran al pueblo cuando Bolívar avanzaba en sus posiciones liberales democráticas a democráticas revolucionarias y populares.
Lamentablemente Bolívar ya no era el mismo hombre, la campaña del Sur lo había debilitado. En una carta al Mariscal A. José de Sucre le decía: “…me hallo acabado, y cada vez más que me veo en el espejo lo siento….conozco que no estoy para nada, sino para vivir. Lo peor de todo es que usted está lo mismo, según dice, conque así desertaremos juntos el día en que no podamos más; y nos meteremos en un hospital” (S. Bolívar Obras Completas, 29-07-1825, p. 190). Al mismo General P. Santander, en Cuzco, el 10-07-1825, antes de escribir a Sucre, “Mi objeto por ahora no es más que poner en orden a Venezuela, dar mis ideas generales a mis amigos y descansar un poco en cualquier parte, porque ya no puedo más con mi cuerpo. Cada día me siento más viejo, más débil y por todo me descompongo”. Ob, cit., p. 171. Tal vez la revolución en “un solo país” pudiese haber triunfado, pero el enemigo había retrocedido a sus bases económicas de Potosí para reagruparse, entonces “el brazo de bolívar no le dio descanso a su cuerpo y su alma, hasta ver rotas las cadenas que oprimían el imperio español”.
Vale repreguntarse todavía si, ¿Bolívar tenía o no valor?. Ni pensarlo, sus batallas del norte y el sur son testimonios de coraje, gallardía y sabiduría. No hay militar en el mundo que haya tenido un hombre tan valiente, magnánimo y desprendido como Bolívar, de las noticias que recibía de Venezuela decía “..Más miedo le tengo a Colombia que a la misma España”, (carta a Santander, Ibídem, p.170. El temor fue realidad, lo esperaba la guerra fraticida federal y el separatismo, ni sus amigos pudieron evitarla. ¡Tal vez, si hubiese enfrentado a Páez, si hubiese tenido fuerzas! Valor no le faltaba, las campañas militares en Colombia y del Sur lo habían probado. Honor a quien honor merece. ¡Viva el general Bolívar!.