La oligarquía venezolana no cesa en sus pretensiones de querer dividir al pueblo venezolano y, por extensión, golpear el proceso de cambios revolucionarios que vive el país. El último intento o pretensión lo constituye el de la utilización del equipo de pelota o béisbol, Leones del Caracas, para manipular el hecho deportivo en función de bastardos intereses privados.
Al parecer la adquisición por el señor Cisneros del equipo “Leones del Caracas”, no fue por motivos precisamente deportivos y de incrementar una tradición que siempre a apoyado y estimulado nuestro pueblo, el juego de pelota. El equipo luce, evidentemente, como una máquina de ganar dinero, de promoción descarada de refrescos y de otros productos comerciales.
Ya ese hecho, le quita fuerza a la idea de un deporte que no tiene porque asociarse al comercio sino a la sana competencia deportiva. Las pretensiones mercantiles del oligarca Cisneros fueron demasiado evidentes, descaradas, burdas. Transformó un equipo tradicional, de neta raíz y tradición popular, en un instrumento para promocionar productos transnacionales.
Cisneros compró el equipo, eso es cierto, pero no compró la tradición, no compró la afición, no compró la historia; ese importante activo no puede ser vendido ni incluido en el simple hecho mercantil y, lo peor, potenciar el equipo no como un gran promotor socio-deportivo, sino como un vendedor; allí es donde está lo malo, el oportunismo del empresario golpista de creer que con la adquisición del equipo, compró el respaldo de una fanaticada y que puede hacer y deshacer a su antojo con esa tradición y manipular al pueblo amante del equipo Leones de Caracas y conducirlo hacia posiciones mercantilistas y neo liberales extremas o, incluso, hacia posiciones políticos.
De la misma manera como la oligarquía ha convertido a sus medios de información en instrumentos políticos y, de hecho, los han convertido en partidos políticos que sustituyen a las gastadas y obsoletas maquinarias partidistas, de esa decisión, naturalmente, no escapó Venenovisión, quien hasta 2004 estuvo a la vanguardia del golpismo y la contrarrevolución, recibiendo los descomunales golpes políticos que le asestó el pueblo cuando derrotó al golpismo y la subversión cada vez que asomó la cabeza.
Cisneros pareció replegarse después de quedar al descubierto sus pretensiones y praxis golpista; ese bodrio que es el Canal 4, en el contexto de las televisoras, se replegó a como actúan Globoterro o Radio Caracas TV, el canal de la colina no es ni fu ni fa, ni frío ni calor, aparentemente, aunque su programación “regular”, sigue siendo tan mala y deficiente como siempre, plegada al colonialismo cultural y a la manipulación ideológica.
Ahora, Cisneros, en plan de empresario deportivo, no resistió la tentación de utilizar a su equipo, al campeonato de pelota venezolana y a la misma Serie del Caribe, como plataforma política para su imagen, querer darle un matiz y sentido político al deporte más popular en Venezuela, llevarlo hacia la derecha, poner una bandera de todo un pueblo, el equipo Leones del Caracas, en manos del sifrinaje pequeño burgués, reaccionario y golpista y, lo peor, que se crean que ellos son lo representativo de ese pueblo.
Haber llevado al equipo Leones del Caracas, después que obtuvo el campeonato de béisbol nacional, a los predios del Este de Caracas, más concretamente a la desprestigiada plaza Altamira, donde fueron utilizados para hacer propaganda política contra Chávez, fue una grotesca y burda provocación, con ribetes politiqueros y subversivos.
¿Qué busca realmente Cisneros y el poderoso grupo económico –nacional y transnacional– del que forma parte?
La noche del triunfo del equipo Leones de Caracas en la Serie del Caribe, hubo intentos de aprovechar el jolgorio popular para tratar de golpear al gobierno, se movilizaron grupos paramilitares de algunos partidos opositores, tratando de asestar golpes sensibles al gobierno, incluso en el Este de la ciudad se produjeron 4 muertos entre los “alegres fanáticos” de esa zona, ¿estuvieron esas muertes vinculadas a los movimientos subversivos?
Cisneros debe reflexionar, y bastante, sobre sus tentativas de lanzarse por el barranco de manipular el sentimiento popular por el béisbol y por los Leones del Caracas, y poner al servicio de la contrarrevolución el equipo bandera de una enorme mayoría de venezolanos. No debe provocar, porque queriendo ir por melena pueda salir trasquilado.
Por otro lado, el pueblo debe rescatar al equipo Leones del Caracas ¿cómo? Haciendo una inmensa campaña para que esa divisa no sea de un empresario o un grupo capitalista, sino de un pueblo. (caracola@cantv.net) (09-02-06)