Su Alteza Serenísima Monseñor Moronta se descolocó tal cual el Arzobispo de Carcas Cardenal Urosa Savino y etc

Da tristeza saber que alguien viva conectado a una realidad que no existe y, consecuencialmente, rehúse darle paso a la más evidente; eso le sucede a quienes viven del dogma, y en particular, del religioso.

El dogma restringe el campo perceptivo, por lo que no es de extrañar que quien adolezca de un dogma incurable, tenga la mente en desventaja para asimilar la realidad y en consecuencia chapotee en una infernal oscurana; he ahí a la escualidad clerical de la que basta hablar de uno para hablar de todos.

Para la Conferencia Episcopal Escuálida Venezolana -CEEV- el cerebro de los venezolanos no es más que un recipiente vacío al que ellos pueden llenar con sus recurrentes embustes, se creen superiores pero lo que están es descolocados y lo peor es que pretenden descolocarnos a nosotros, el pueblo trabajador; ojalá Su Santidad el Papa Francisco se entere de que “esa gente está como está”

-Ramos Allup Dixit- y disponga ponerle coto a sus desmanes.

(Por cierto al respecto, léase: “no hay peor cuña que la del mismo palo”)

Bueno, que el Cardenal Urosa y Monseñor Diego Padrón se despepiten a cada rato y le den candela a su guarimba verbal contra el poder creador del pueblo venezolano, no es de extrañar, ese es su modus operandi; pero que lo haga Monseñor Mario Moronta quien hasta ahora había vestido de zanahoria, es decir, que no parecía tan evidentemente descocado, perdón, descolocado, eso es otra cosa.

El caso es que al parecer el pueblo habría leído públicamente un poema dedicado al Líder de la revolución y en el cual se le cataloga de padre, lo que irritó a la santurronada episcopal porque en el dicho poema, además se le dedica de nuestro al Comandante Chávez, y a quien esa tan rancia oligarquía clerical jura y perjura desaparecer del mapa.

Al efecto El Cardenal Urosa y etc disparó su consabida monserga contra el pueblo, lo que es pan de cada día, pero que Monseñor Mario Moronta lo secundara fue la novedad, hecho revelador de lo desesperado que esa gente está por borrar del mapa toda referencia al

Padre de la revolución.

Esa descolocada gente se cree dueña de verdades absolutas pero sólo son fanáticos de mentiras; el que Monseñor Moronta le haga coro al Cardenal Urosa es síntoma de una supina desesperación ante el evidente arraigo del Comandante Chávez en la conciencia popular y que ellos pretenden parar a toda costa pero pelaron porque ya este pueblo aprendió a caminar con la cabeza en alto.
Todos los de ahí referidos -CEEV- son igualitos, farsantes, charlatanes de toda laya como evangélicos, adventistas, testigos de Jeová y etc que andan embaucando a incautos, que los hay todavía.

La rigidez en el proceso de pensar es igualito que ir por un camino cuya puerta final está cerrada; es bueno recordar que la Santa Inquisición de la cual es fruto la CEEV no toleraba ningún otro pensamiento que el suyo y puesto que ostentaba un poder omnímodo, a los efectos, en su época de mayor apogeo, y avalada por el erróneo pensamiento antiguo respecto a que la Tierra era el centro del universo (teoría geocéntrica) que sostenía Aristóteles quien pese a ostentar extraordinarias ideas respecto la ciencia estaba pelado acerca del universo, la iglesia de Moronta condenó entonces a la hoguera, a uno de los suyos -a Galileo Galilei, fiel creyente en Dios-, a morir quemado vivo por el sólo hecho de no compartir la errónea idea del geocentrismo sino en contrario la del heliocentrismo antes propulsada por Nicolás Copérnico, teoría a la que Galileo se adhirió y ese fue el pecado por el cual se le condenó, inclusive sin el consabido argumento de herejía pero, bastaba contradecir la idea del Papa -Urbano VIII, en este caso- y la del resto de la jerarquía eclesial, para expiar siendo hecho chicharrón por esos bárbaros.

Bien dijera el Poeta Alí Primera: “…el pueblo que es refranero canta con su propio rezo aunque un rosario de penas lleve colgando en su pecho / el que ha sido marinero cuando ve la mar suspira, el que vive en la oscurana con mucha luz se encandila / hay que espantar al perro antes que se eche la meada…”

Su Alteza Serenísima Monseñor Moronta se equivoca si piensa que puede intimidar al pueblo venezolano, ya el desprestigio del Cardenal Urosa por su postura contrarrevolucionaria es harto sabida, pero de aquél, seguirle los pasos fue una linda sorpresita.

El pueblo tiene derecho a inventar su propio rezo, nadie y menos si carece de autoridad moral, puede detenerlo porque el pueblo es autónomo, nadie es superior al pueblo y quien lo pretenda está muy equivocado.

Con razón el pueblo piensa que ahí en esas cofradías purpuradas, tal la citada, ya no hay quien cargue los hierros.


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Guillermo Guzmán


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