Cagatinta que se respete tiene que atacar a Maduro, si no es un pobre cagatinta

Desde antes de aspirar a la Presidencia de la República y no obstante que el país estaba viviendo un momento tan doloroso el compañero Presidente Nicolás Maduro tuvo que enfrentar un ataque inmisericorde por parte de la contrarrevolución, se esperaba; no obstante, que quienes lo hicieran se disfrazasen de chavistas, no estaba en nuestros cálculos.


Cagatintas, se les decía anteriormente a ese tipo de escribidores cuyo fin es tratar de erosionar la moral del Presidente Maduro, pero hoy, en aras de una mejor comprensión sería prudente descartar esa definición y decir cagateclas o cagaelectrónes o acaso cualquier otra definición que nuestro pueblo llano pueda inventar.

Maduro ejerce constitucionalmente de Jefe del Estado y el Estado está en el mero centro de un ataque despiadado, se atacan a las instituciones del Estado y se atacan a los hombres y a las mujeres de Estado y Maduro en tanto en cuanto que Jefe del Estado tiene que ponerle el pecho al asunto y lo ha hecho con denuedo pero, qué triste, ahí están los cagatintas de todas las horas, atacando a Maduro hasta porque los picó un chikungunya y tal vez -en descargo de uno/a que otro/a- ni se percaten de que juegan para el otro bando.

A lo mejor los susodichos cagatintas se dejan llevar de modo inconsciente por la humana vanidad que merodea entre pusilánimes, esos quedarán a la vera del camino; y no es que se pretenda que entre nosotros se le ponga sordina a la crítica, la cosa estriba en poner de relieve, responsablemente, la circunstancia de que el Presidente Maduro ha tenido que gobernar en medio de dificultades enormes y que, por si poco fuere, nos jugamos nada menos que la defensa de la Faja Petrolera del Orinoco, la primera fuerza energética del Planeta y no un rollo de papel higiénico, tal como la banda enemiga pretende hacer ver banalmente.

Pensarán ellos que no es lo mismo ser un tronco´e cagatinta que un pobre cagatinta y ese podría ser el factor de la adrenalina que hace que muchos se den con tal furia contra Maduro.

Pero es hora de que la clase trabajadora salga a ratificar expresamente el respaldo a Maduro y la confianza en los esfuerzos que se hacen; nosotros también aguantamos los rigores de la escasez pero estamos conscientes de que quien menos es culpable de esa plaga es Maduro, culpables son otros que se disfrazan de serafines.

oceanoatlanticoguillermo@gmail.com



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Guillermo Guzmán


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