Queridos Niño Jesús, Santa Claus, y, por sí las moscas, Nicolás, os mando esta cartica para pedir ayudas

Estimados suscritos bienhechores Niño Jesús, Santa Claus, Papá Noel y, por sí las dípteras, Nicolás; os ruego una ayudaíta, no como la que recibió María Bolivar sino una de verdad porque yo soy un niño muy bueno y me porto bien en Zkonducta, aplicación y aseo personal, no tengo 100 puntos en la boleta pero aspiro que alguna vez yo pueda llegar al menos a 50, el problema es que mi maestra la tiene cogida conmigo.

Antes de pedir para mí aprovecho hacerlo para otros compatriotas que al parecer también se comportan como yo, zksmente, y en consecuencia ellos merecen también un regalito de navidad.

Empiezo por pediros para Gonzalo Gómez y para María Machado sendas sortijas y par de guantes de boxear por sí acaso un jujú en cierne y puesto que lo uno trae lo otro nada mejor que estar preparados de antemano.

Canaimitas para el camarada Toby Valderrama y etc a fin de que no les dé por coger fusiles y con lo cual si serían peligrosos, al extremo de echar una vaina; es preferible tenerlos escribiendo.

A propósito, peligrosos escribiendo son Britto García y José Vicente, pero puesto que de lo que se trata es de hallar paz, entonces es mejor traerles fusiles, con lo que serían nulos y de paso se les desarman sus expresiones cargadas de dinamita de la buena, la que inventó el Nobel de Paz.

Nosotros hemos vivido en una eterna guerra con apenas escasos ratos de paz, es por lo que os ruego, señores bienaventurados, oíd esta súplica para que Venezuela salga del tiroteo al que ha sido sometido por la gente de la MUD, y nada mejor que empezar por algo aunque haya mucho por hacer todavía.

Pero, al grano, el caso es que yo si quiero casarme (no como otros que le tienen miedo a esa cuestión), pero eso sí, quiero hacerlo con una viudita de la capital, que sepa tejer, que sepa bordar y que ponga la mesa en el santo lugar; ah, y si tiene platika para que me mantenga como a un lord, mucho mejor (pa´el perro cuando la perra es tocucha).

No soy exigente para nada pero si la feliz afortunada ronda los 90-60-90 centímetros con uno que otro milímetro de más o de menos, la acepto, pero exijo que no pelee más de veinte veces diarias en mi contra, ahí si soy estricto, acepto hasta 19 contrariedades, ni una más.

Por último, que hable y escriba el Latín y el Esperanto, correctamente.



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Guillermo Guzmán


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