Las expectativas de riesgos han disminuido para América Latina,, viene experimentando uno de los climas más favorables de la última década y, en el caso de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro Moros viene progresando en una tendencia positiva con mucha precaución , la recuperación de nuestro país de la guerra económica promovida por agentes externos de índole bancario y multinacionales está garantizada y se debe ser cautos ante cualquier flagelo maligno que busquen dañar esta fase de boom económico, con Bolivia y el presidente indígena Evo Morales al frente. La valoración estadística del Sur convalida un repunto del 4.8% al 6.6%.
En el otro En el otro extremo de la balanza se sitúan Bolivia, Ecuador y Argentina cuyos valores de clima económico los colocan en una posición favorable de los 5 puntos y sus economías están todas en equilibrio. El cambio o giro viene dándose en una intensidad máxima, con una gran capacidad de absorción de tecnología e innovación del aprendizaje que genera la nueva educación integradora de Sudamérica.
El cambio es irreversible, (Robert Serra), y vamos hacia una diversificación del mercado con los vínculos económicos y políticos que nos podrían dejar China, Rusia, Irán y La India, lo que es desventajoso para Estados Unidos. Pero el comercio de materias primas es una espada de doble filo- Damocles-, pues ha sido para América Latina una fuente de prosperidad como de sus angustias. Es un tiempo de expectativas de influencias exploratorias, sobretodo con la República de China
Una cosa es cierta el estatus del venezolano y el extranjero en Venezuela y los países vecinos han mejorado, el ingreso de China a la economía sureña constituye el evento más fundamental de éste período económico que estamos viviendo, es un polo de crecimiento del sureste Asiático, donde están enclavadas muchas industrias que son primarias para nosotros.
El último diagnóstico del Banco Mundial- muy a su pesar- es que nos encontramos en una fase de desarrollo muy interesante y con una curva de aprendizaje muy empinada que nos lleva a una potencia industrializada al estar listo el tercer puente sobre el Río Orinoco y el II puente sobre el Lago de Maracaibo en años próximos.
China, tuvo unas emergencias, Estados Unidos le debe mucho dinero. Esto, produjo efectos adversos en las economías de México y Centro América, una guerra económica instaurada por los norteamericanos para desplazar los mercados a esa región con apoyo con las multinacionales de alimentos y se creyó que era una tendencia a toda la región por la globalización, pero fracasaron y crearon paramilitarismo, terrorismo y hambrunas en estos países hermanos para humillarlos.
Los países de Sudamérica se alertaron, y con el Comandante Hugo Chávez Frías conformaron nuevas estructuras económicas de carácter alternativo donde se incluyó a Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, sin olvidar a Paraguay. Colombia y Chile se limitaron en sus acciones, por ser plataformas del asentamiento militar estadounidense en el Sur, al lado del ejército británico en las Malvinas.
Los heraldos de la nueva postura ideológica y económica hacia el Sur, fueron los gobiernos de Lula Da Silva en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela. La consolidación de éste cambio se ve en organismos multilaterales como Unasur, que, excluyen a Estados Unidos y Canadá de su gestión diplomática en la región, América Latina, ya no es sólo un consumidor de eventos, sino un generador de éstos también.
La metodología aplicada ha creado un ciclo ascendente de mayor preparación y destreza en nuestra fuerza laboral y el capital humano que, a su vez, genera productos más sofisticados e impulsa al país a otros niveles del comercio. El cual se va expandiendo, pero, necesitamos más obreros especializados.