A veces en mi cabeza las cosas no están en su lugar y entre otras la noción de tiempo, entonces, para orientarme un poco apelo a ver el reloj de Fidel que da el tiempo crono y el tiempo histórico, que se confunden.
El tiempo es una realidad inexorable, Galileo y Einstein, respectivamente a su modo cada quien, parecen haber dejado ver que la realidad es todo lo que puede medirse en términos matemáticos, partiendo de lo cual no luce tan descabellado deducir que, tan importante es conocer la realidad como saber hacia dónde se mueve ésta.
Pero, volviendo al referido reloj, aunque ha perdido algo su tic tac es Fiel, ahora es de la Historia, fue absorbido por ésta.
Cualquiera que no lo sepa puede perderse; alguien quien sea que no tenga dentro de la cabeza sus ideas en orden puede perderse hacia adentro pero también puede perderse hacia afuera porque de nada vale ignorar donde se está parado, echar pa´lante o recular da igual cuando no se sabe para qué hacerlo; es que uno debe tener metas y disponer caminos y, además, escuchar el tic tac, cuando tú coges el camino equivocado nunca llegas al objetivo.
Por todo lo antes citado es por lo que procuro curarme en salud y a ese respecto, me oriento. Así creo no dar pie para que siquiatras matasanos ejerzan a costillas mías.
Un reloj [Fiel, por supuesto] nos da la hora y dos relojes nos dan la duda, el socialismo ve y oye un reloj; el capitalismo tiene otro reloj pero pegado a una mecha encendida… ¡Boom!
¡Mosca con las pilas puestas!
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