El mazo estuvo anoche como un taco y, aunque en sentido figurado mazazo es mazazo; me refiero al mazo de Diosdado que, por cierto hace recordar al célebre mazo de la historieta de Trucutrú.
Y aunque ahora no se trata de historieta sino de historia propiamente valga tan excelente recurso semiológico para comunicarse con nuestro pueblo, de manera eficaz.
Fijaos, a ese bicho se le ven tuyuyos bien buenos como para al propinar un astazo -obvio, figuradamente- a esa oposición sacarle tamaño chichón.
Sería erróneo de nuestra parte, contraponernos al fascismo ultramontano que acosa al pueblo venezolano y a la revolución, con sus mismas acciones y métodos terroristas, pero tampoco debemos responderles con guantes de seda, y el tal “Mazo de Diosdado” es una apropiada respuesta: sustanciar la verdad y estrujársela crudamente en la cara.
Es tarea de primerísima prioridad orientar nuestros mejores esfuerzos para que el pueblo adquiera cada vez más un nivel de conciencia superior y a tal efecto, conocer la verdad es primordial.