Indudablemente, la tendencia de unos es ubicar o encasillar a otros dentro de una determinada propensión. Desde hace muchos siglos se fueron inventado los “ismos” con diferentes finalidades, entre otras: para explicar el comportamiento del hombre desde un único punto de vista; para imponer un modelo político-económico-social a una población; para crear tendencias innovadoras, como en el caso del arte, literatura, la ciencia y filosofía; para explicar el origen de la vida y el credo de ciertos seres desde un exclusivo punto de vista religioso; para adoctrinar a los individuos que respondan de manera idéntica ante un mismo estímulo; para ridiculizar a ciertos movimiento bienintencionados; para perseguir a grupos humanos que no responden a los intereses de los poderosos; entre tantos propósitos. En fin los “ismos” han servido y sirven para todo. Es por eso que la humanidad ha estado arropada por diferentes “ismos” como el cristianismo, ateísmo, naturismo, realismo, idealismo, budismo, vanguardismo, empirismo, relativismo, existencialismo, feminismo, terrorismo, cubismo, expresionismo, sionismo, constructivismo, reformismo, divisionismo, purismos, verismo, futurismo, marxismo, trotskismo, estoicismo, sifrinismo, sadismo, machismo, nihilismo, fetichismo, entre tantos, que mi memoria senil ya ni recuerda. Quizás, algún lector se sentirá ubicado dentro de uno de los “ismos” nombrados. El más reciente, con el auge de los celulares, las redes sociales y la manipulación mediática se ha desarrollado, sobre todo, en la clase media profesional y asalariada, el posmoderno “estupidismo”.
Este doctor en ignorancia, con posgrado en la nada, un humilde estudiante de la vida del hombre y que no ha comprendido todavía el sentido de la existencia, se sorprende ante la idea de muchos de ubicarse en un “ismo”, que al final desconoce, no comprende y tampoco se comporta de acuerdo con su ideología. Uno de los ejemplos palmarios es el cristianismo. De allí los diferentes cismas de la iglesia que llevará al fracaso esta fe. Indudablemente, los cristianos no se comportan como Cristo, ni siquiera muchos de sus sacerdotes, quienes ostentan riquezas y mandaron para el carajo los votos de celibato y castidad. En el peor de los casos, muchos de ellos han sido acusados de pederastas, ante la mirada indiferente de la jerarquía eclesiástica. En realidad, son muy pocos los hombres y mujeres que se comportan de acuerdo con lineamientos ideológicos, tal como lo hicieron y lo hacen los fascistas, los nacionalsocialistas (nazis) y los sionistas. Tales militantes responden siempre con violencia ante un estímulo determinado.
Quienes si proceden de manera uniformada son los capitalistas. El capitalismo ha unificado la conducta de los amos del dinero, todos son explotadores de inmensas masas humanas; depredadores ambientales; ejercen monopolios; propician la destrucción de los regímenes y el asesinatos de dirigentes que no responden a sus intereses; imponen reglas financieras y económicas a los gobiernos creando caos y conmoción; controlan los centros financieros, las industrias, los medios de comunicación y el agro del planeta; sus actuaciones apuntan al beneficio de un grupo; propician la segregación de grupos humanos, a los excluidos de siempre; responsables de la miseria y enfermedades de millones de seres humanos; ejecutores de la desnacionalización de miles de empresas ubicadas en diversos países del planeta; son latifundistas; propician el robo y la explotación de los recursos naturales de las naciones cuyos gobernantes garantizan sus intereses; respaldan las diversas guerras entre pueblos, dado las inescrupulosas ganancias derivadas de las cruentas conflagraciones; son deshumanizados ante los problemas de la sociedad; propician la competencia creando seres egoístas cuyos único designio es ganar y acumular dinero.
Me sorprende cuando escucho a ciertos miembros de la clase madia asalariada profesional cuando se autodenominan capitalista. Para su desaliento, les informo que en el planeta no existen más de mil capitalistas. Son los dueños de las fianzas; los malvados que controlan más del ochenta por ciento de comercio mundial; los principales de las industrias transnacionales; los que le imponen a los gobiernos las directrices del BM y del FMI; los propietarios de los medios de comunicación; los latifundistas de la tecnología; quienes controlan los laboratorios farmacéuticos del mundo; los que inventan necesidades para obligar a los pendejos a comprar cosas innecesarias. Los autollamados capitalistas no son más que otras víctimas de los explotadores: los sempiternos endeudados con tarjetas de créditos, según las estrategias provenientes de los centros financieros; los que se visten, comen y se divierten en consonancia con los hábitos inventados por los dueños del capital; los consumistas depredadores del ambiente comprometidos con la acumulación de basura; los que pagan elevados intereses bancarios para costear deudas inagotables; los que piensan que el mundo gira alrededor de ellos dado que desprecian a los miembros de las clases populares; los que se creen originales y no son más que una burda copia en serie de personalidades devaluadas por su ignorancia supina; los que piensan que Miami es patrimonio cultural de la humanidad y centro de las modernas teorías filosóficas, científicas y de movimientos artísticos. Estos capitalistas de orilla también están uniformados en su comportamiento, son víctimas de más de quinientos años de capitalismo y como consecuencia del consumismo, otro “ismo” del posmodernismo.
El socialismo no se promociona dado para los dueños de comunicación de masa evitan, en lo posible, mostrar los alcances de este modelo político. Ejemplo de socialismo los hay a montón, las poblaciones incas de Suramérica, las tribus de los pueblos originarios de norte, centro y América Latina, los gobiernos revolucionario de Cuba, Vietnam, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador. La prensa comprometida con el capitalismo pretende hacerle ver a los lectores que el socialismo ha fracasado y cierra sus páginas, micrófonos e imágenes ante los éxitos de Rusia obtenidos en menos de cuarenta años. Esta nación avanzó de un país de latifundistas explotadores a una nación moderna con un gran desarrollo tecnológico industrial, agrario y espacial. La prensa mercenaria se hace la sorda, la ciega y la muda ante los alcances de China, que sin la existencia de Mao Zedong este país asiático no hubiese adquirido la posición relevante: es la nación socialista que actualmente se presenta como la primera economía del planeta. Juzgo que la población mundial desconoce, dado que no se publicita, la conducta de un socialista. Lo primero, un socialista debe ser antiimperialista; un ser solidario y antifascista; consciente de que los medios de producción, distribución y venta deben estar en manos de los trabajadores; un militante capaz de reconocer que los enemigos de la clase obrera son los dueños del dinero, la policía de los grandes imperios y los medios de comunicación de masas alienantes; un trabajador incansable para lograr objetivos que beneficien la comunidad; un individuo (a) integracionista que comparte con sus iguales en diversas áreas del conocimiento; un luchador tenaz que bregue y defienda los logros alcanzados en la revolución; un sujeto que esté claro que la lucha de clase debe ser permanente hasta conseguir que la clase burguesa, causante de todos los males de los países del tercer mundo, debe desaparecer de los organismo de poder de una nación. El socialismo es humanitario, coloca en el centro al ser humano, dejando de lado el egoísmo y busca la felicidad de todos los habitantes del planeta.
Desde que apareció mi comandante Chávez en la arena política de nuestro país, los medios de comunicación de masa convirtieron al chavismo en algo peyorativo, algo de lo que había que avergonzarse. Muchos militantes del PSUV presumen de un chavismo inconmovible y de seguro muchos de ellos son chavistas, pero no se comportan como Chávez. El Chavismo es un “ismo” reciente en mundo, pero para ser Chavista hay que actuar como Hugo. Mi comandante nos dio orientaciones que van desde los hechos más sencillo, como la de bañarse en tres minutos para ahorrar agua en su afán de conservar los recursos no renovables; nos recomendaba apagar la luz cuando no se utilizaba, en su interés de no dilapidar la energía; la de botar y recoger la basura, para preservar el ambiente; la de leer con voracidad, dado que la instrucción y la educación nos libera del opresor. Así mismo, el chavismo tiene su base doctrinaria: no se puede ser chavista si se desconoce el pensamiento bolivariano; no se puede ser chavista si se ignora el árbol de las tres raíces; no se puede ser chavista si no se es socialista; imposible ser chavista si olvida las comunas y el poder popular. Un chavista es un activista por la paz, en fin, para ser chavista hay que comportarse como Chávez.
EnocSánchez
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