Soy feliz, muy feliz, el presidente Maduro acaba de decirme que gano 1097 dólares. Supongo que como esa tesis es cierta, pues, también es cierta la tesis de un otrora ministro de alimentación quien afirmó que las colas para comprar productos básicos era porque teníamos alto poder adquisitivo. Esa es la razón por la cual comprar un kilo de queso, más uno de jamón, más el pan de sándwich, ya no pagaremos unos 1000 bolívares para la merienda de nuestros hijos, con unos 10 dólares será suficiente. Si es de hacer el mercado, después de dar muchas vueltas, precisamente por la capacidad de compra que tenemos, nada de gastar 5000 o 6000 bolívares en productos básicos, unos 150 dólares será suficiente. Total el venezolano con el salario más modesto gana 1097 dólares.
También supongo que si reúno un mes de aguinaldos en bolívares, deberían venderme en cualquier tienda de electrodomésticos, entregando ese mes de salario, cuando menos una nevera, una lavadora y un televisor. Como el gobierno me paga como maestro tres meses de aguinaldos, me quedan dos, uno para los juguetes de mis niños, las hallacas e irme de vacaciones, y el otro mes lo voy a ahorrar para cualquier gasto imprevisto. Para eso ganamos 1097 dólares.
Podemos olvidarnos de pagar por un pantalón unos 2000 bolívares o 3000 bolívares por un par de zapatos. Ese asunto lo resuelvo con unos 50 dólares. Si se trata de comprar libros o algunos disquitos para celebrar la navidad, me olvido de invertir unos 1000 bolívares por cualquiera de esos caprichos. Con unos 15 o 20 dólares resuelvo ese asunto. Mi salario de 1097 dólares me permite eso y mucho más.
Para qué hablar si necesito un vehículo. Basta que pueda ahorrar entre tres o cuatro meses de ese salario, para ir a las oficinas de algún banco del Estado (nada de ningún banco privado, apátrida y pitiyanqui), que con toda seguridad me van a aprobar de inmediato un crédito para comprar ese carro. No importa el tiempo que deba esperar, los precios de los carros se mantienen constantes en dólares. Por supuesto, el banco en cuestión medirá mi capacidad de pago de cuotas en dólares, nunca en bolívares. Y si se trata del seguro del vehículo, tampoco debo preocuparme, porque si el carro que pueda comprar cuesta unos 12000 dólares, ese póliza en una aseguradora bolivariana me dirá que debo pagar cuotas de unos 100 dólares por mes, lo cual al cambio de 6,30 bolívares indica que pagaría unos 630 bolívares mensuales. Igual si es una póliza de salud familiar. Nada de cuotas de 7 u 8 mil bolívares por mes. ¡No señor! El presidente ha dicho que ganamos 1097 dólares.
Y del sueño de comprar vivienda tampoco voy a preocuparme más. De hecho, el Estado con sus cálculos que un apartamento de tres habitaciones y dos baños, de esos que construyen en algo que llaman la “Gran Misión Vivienda Venezuela”, cuesta unos 400 mil bolívares, al hacer su conversión en dólares, sólo bastarían unos dos ingresos mínimos por familia para que por ejemplo, otro banco del Estado nos apruebe el crédito, es decir, una familia con ingresos de unos 2000 mil dólares mensuales puede comprar vivienda sin obstáculo alguno.
Definitivamente el gobierno ha perdido la sindéresis. Decir que los venezolanos tenemos el salario “más alto” del continente es burlarse de nuestra inteligencia. Mientras un pueblo se hunde en la pobreza, hay un gobierno que dice que somos ricos y no tenemos necesidades. ¿Hasta cuándo seremos felices?