En casi todos los escritos que se han realizado a través de la red telemática y en los portales “nuestros de cada día” de manera abierta y hasta velada, se habla de tolerancia o intolerancia. En el caso de la mediatizada participación festivalera caraqueña de “ese par de dos” de Chino y Nacho y otras u otros “artistas”, hubo una reacción de gran parte del sentir popular, debido a que estos faranduleros personajes tuvieron una intervención pública y notoria, cuando arengaban las guarimbas que se iniciaron en el primer trimestre de este año y que dejaron un asolador saldo de muerte y destrucción, que aún está sin culpables castigados, pasando estos a ser “perseguidos políticos del régimen intolerante chavista” y defendidos por la prostituta tolerancia de los Derechos Humanos de la ONU.
La tolerancia de por si es intolerante, porque el aceptarnos debe ser una condición natural pero como lo natural es no aceptarnos, debemos apelar a la tolerancia para no ser intolerantes. Entonces, con la tolerancia o su contraparte se podría hacer un trabalenguas y su interpretación y “praxis” es discrecional y la discrecionalidad individual y colectiva es intolerante, por aquello que siempre espero que seas tolerante conmigo para ser tolerante contigo. El aceptarnos no es tan fácil, ya que nuestro ámbito social está conformado por espacios de egolatría y poder y esa es la realidad. Por eso, sin estar en desuso, la manida frase: “Son más las coincidencia las que nos unen que nuestras divergencias” o la nada probable “Nuestras diferencias nos une” es difícil el tolerarnos, pero hay que hacerlo y creo que para ser tolerante lo más difícil es, serlo.
Después de mi filosofía mundana, vemos que nuestro quehacer nacional político está en una etapa de estira y encoge tolerante. El PSUV va a una evaluación donde se pondrá a prueba la tolerancia de la militancia ante el acontecer nacional, el actuar de la dirigencia y el gobierno, esperando que está vez los mandos políticos de la revolución sin ningún remiendo y ni cortapisas, más que entender el mensaje que el pueblo le envía en base a la posible participación famélica, comprendan que la intolerancia en reconocer las reales preocupaciones internas, hacen daño al proceso.
Aceptamos en nuestro cobijo a los “escuálidos arrepentidos”, casi perdonamos a los guarimberos y entablamos el dialogo con la oposición golpista poniendo como intermediarios a los cicateros ungidos de la curia nefasta católica. Nos tienen sometidos a una especulación e inflación brutal e inhumana y hay reuniones con FEDECAMARAS, CONSECOMERCIO, la banca privada y todo el estamento de la usura nacional. Siguen en cargos estratégicos escuálidos, por aquello que son necesarios operativos, como si en 15 años de Revolución no hubieran cuadros formados en los técnico-administrativo y somos antiimperialistas pero queremos normalizar nuestras relaciones con el imperio. Todo lo anterior en pos de “un país en paz” aunque diariamente la derecha malnacida quiera incendiar la patria. Eso es ser tolerante y actuar de una buena fe que a veces es displicente con el sentido común que nos dice que al enemigo, ni agua. Pero todo sea por el bien de la democracia participativa y protagónica, donde cabemos todo.
Pero, de igual manera criticamos a los de la acera de enfrente por intolerantes y no se acepta las observaciones o apreciaciones de camaradas que hasta el momento que emitieron su preocupación, eran cuadros valiosos para la revolución y ahora pasan a ser casi contrarrevolucionarios de paredón. ¿Si no hay corrientes en el PSUV, por qué hay elecciones? ¿Por qué una línea caliente para chismear de la pérdida de facultades revolucionarias de algún camarada y quien evaluará la verdad de esta información? ¿Habrá que hacer una Misión Verdad Revolucionaria, con un detector de mentiras? ¿Quién es más revolucionario y chavista y quien podrá emitir una inquietud sin ser calificado como contrarios al proceso? Preguntas van y vienen.
Camarada Presidente Maduro, usted como líder y guía nacional, usted como centinela del legado del Comandante Chávez y custodio de la esperanza popular encarnada en este Proceso Revolucionario Socialista, con toda mi esperanzadora humildad solicito que haga un llamado a un gran diálogo nacional con todas las fuerzas, corrientes, ideas, movimientos populares, colectivos y todos las formaciones sociales originadas o sumadas al socialismo chavista, para enfrentar un 2015 con un gobierno fortalecido y un pueblo defendiéndolo con entusiasmo. Esa reconciliación es necesaria, ese abrazo lo esperamos todos y que las partes expongan y sean oídas y lo que sirva en consenso tomarlo en cuenta y lo que no, se deseche. De eso se trata. De eso estamos hablando, de una tolerancia hacia los nuestros, nuestra gente más que a nuestros enemigos.
Todos somos Chávez en esta Revolución.