Qué sería de la República Bolivariana de Venezuela sin Maduro, sí con
él hemos logrado de todo, positivo o negativo, lo hemos logrado, tanto
en lo económico, social, cultural, salud y, políticamente. Es decir,
somos un polo positivo para otras naciones con las que cooperamos y
enlazamos nuestros interéses que las hemos favorecidos de alguna
manera y, eso le da a Maduro una participación que encaja bien como
eslogan atractivo: él llegó para quedarse.
Guerras de todo tipo hemos tenido sin mencionar ninguna que, no nos
haya afectado en la vida cotidiana del venezolano que anda más
avispado que nunca y, presto a cualquier acción a emprender, para
obtener lo que quiera y desee, situación bien particular que nos
permite soltar con fuerza latente que, estamos ganando el camino libre
de ser cada día más libres, aunque otros digan lo contrario por no
querer ver lo que está a la vista de todos, la prosperidad.
Eso de decir que vamos de mal en peor quedó atrás, bien atrás desde
hace un par de años que se están solventando incomodidades como parte
del todo que nos dejó la IV-R encaramados de muchas miserias, bien
alejado -actualmente- de la realidad en que nos movemos y, el que no
tiene lo que quiere es por que no le da la gana de adquirirlo al
precio que sea por asumir y mantener una postura que le da lo mismo,
por bien o por mal y, eso no es culpa de Maduro ni de su gobierno, ya
que él hace lo que tiene que hacer dentro de su acción administrativa
de poder del Estado que, se preocupa por demás de la suerte y acción
de cada uno de nosotros y, su inconformidad es tal que siempre anda
inconforme por no solucionarlo todo a la vez y rápido.
Ojala que Maduro no cambie ni cambie tampoco a sus ministros que han
sido bien seleccionados y por su colaboración a tiempo completo hemos
llegado a lo que somos, un país participativo y enconmiable, metido de
lleno en el bien austero con responsabilidad de causa-efecto, alejado
de la realidad en que nos movíamos antes y, el que no acumula capital
es porque no quiere cambiar su forma de vida o, es por que no le da la
gana de colaborar espontáneamente y, más bien mantienen una postura
neutral que le da lo mismo, por bien o por mal y, eso no es parte de
nuestro socialismo como atención y meta de nuestra revolución que,
desde que Chávez nos dejó, ha sido un largo trajinar sólido tras del
bien común que, ha hecho posible que hoy, vivamos mejor que ayer y,
Maduroduro en lo suyo como tiene que ser.
Que tengamos que hacer colas, ese es otro modo de atrapar y, darle
conciencia inquietante al venezolano de ese subsistir enterrado en la
modora de la poca acción y, dejar pasar el tiempo sin hacer nada no es
nada bueno, para su salud y, además el que lucha triunfa, aunque haya
poca producción tampoco es error ecónomico del gobierno que afloja
todos los dólares posibles, aunque se los lleven, los que siempre nos
desangran de alguna forma, tenemos un gobierno consciente, entusiasta,
batallador que si declinara en favor de los ricos qué sería de los
pobres que, hoy por hoy son menos pobres.
Somos un país que se ha transformado y debido a su transformación por
la dinámica del gobierno, es lo que nos permite alabar al presidente
Maduro como palanca política que está conformado por un tren ejecutivo
que no da lugar a críticas -qué va- eso jamás y, gobierno que se
respete como el nuestro tiene que seguir adelante con pasos firmes,
tal cual. Y, por eso, no dejaremos de decir, ¡viva Maduro, carajo!