José Vicente examinó a lo gran maestro, a Luis Vicente y lo raspó, y a Schemel lo eximió; al flojo no se le da canaimita

Todo el que es bueno en su oficio saca su casta cuando es imprescindible hacerlo, aunque una que otra vez meta la pata; y el que crea estar libre de pecadillo alguno, que le tire una pedrada a la Luna y, a ver si le pega. Yo no me anoto ahí, más todavía, cuando meto la pata la meto toda.

Mas, al grano: para que haya orden tiene que haber un hilo, si no el asunto se encarata. De ahí que el orden en el que se hagan preguntas suele ser a menudo bien importante para llegar al objetivo dispuesto; a mí me parece que cuando uno escoge un camino equivocado nunca llega al objetivo; por ejemplo, cuando yo enfrento a escuálidos de esos que se las echan de sapos rabudos casi siempre procuro llevarlos hacia la duda, al menos, y para eso, aunque no siempre tengo éxito, trato de hilvanar trampitas para que el tal sinvergüenza se despepite puesto que zamuro con mucha tripa se atora, y si tú no puedes convencer a un escuálido testarudo -valga la hipérbole- para que escape de su amargura -Mazo Dixit-, lo conducente en ese caso no es otra cosa que apelar a la pura mayéutica, llevarlo a su propio botalón; pero para eso hay que usar toda la picardía posible.

Para que el pez muerda no basta una carnada enganchada en el anzuelo, en el palangre, ese es otro tema, pero valga parafrasear; es bueno apelar a un orden de prelación que sea eficaz para hacer ciertas cosas porque cuando tú apuestas al albur te debilitas en lo que haces, a la sazón suelo sugerirle a mis apreciados compinches, que al enemigo del pueblo, ni agua. Pero, que no crean lo que no haya pasado por el tamiz de sus propias convicciones y que para ser como Chávez hay que tener un ojo interno que les permita ver hasta en lo oscuro.

Así lo hacen y es por lo que les creo, son tan astutos que cuando ellos, más que ver observan una información, van al hueso tal vez con una intuición fenomenal, inclusive yo mismitico les he puesto sutiles trampas y, fracaso. Ahora me han relatado que José Vicente estuvo como un taco, no metió la pata y pudo poner en aprietos al nombrado escuálido quien se enredó en sus propias necedades tratando de justificar lo injusto.

Es que la escualidad, a mato groso [a grosso modo], no escarmienta, tratar de hacer entrar en razón a un escuálido irreductible es como darle patadas a una piedra, lo prudente en tal caso es lo aquí antes propuesto, mayéutica y mayéutica y esperar que surja un milagro.

Otra cosa es el confundido y al que erróneamente consideramos escuálido, a éste es posible convencerlo de que no vaya contra sus propios intereses.

La comunicación debe ser, en estricto sentido, un acto de relacionar partes susceptibles de complementarse, hablar o escribir al fin y al cabo son como dos caras de una misma moneda, dos formas de expresar un mismo asunto, de ahí que si no está de por medio un hilo tú divagas y acabas por aterrizar en un escarpado.

El peso de las informaciones juega un papel de extraordinaria relevancia en el comportamiento de la personas, si examináramos a fondo la estructura de las informaciones podríamos entender mucho de ese comportamiento acá aludido; aquí en Venezuela el campo de batalla es la cabeza de la gente, no sé si tú te fijaste en los detalles del spot (receta) de María Machado que Diosdado presentó hace poco y en el que hace fondo un anaquel vacío excepto por un pote de diablo rojo, destapador de cañerías, que destaca a manera de verdadero coprotagonista en la macabra escena; y es que ahí se pretende achacar al gobierno revolucionario toda la culpa de la acentuada escasez de productos de la cesta básica y, por añadidura, etcétera servicios.

La desnaturalizada escualidad no muestra el menor atisbo de escrúpulo a la hora de atacar al pueblo para que éste se arreche y desemboque en un gran estallido social que abra la compuerta para que el tiburón que merodea nos engulla de una sola ñascá, por eso y por mucho más nosotros tenemos que estar como Argos.

Ahora bien, francamente yo no estuve para ver los aludidos dos programas sucesivos de José Vicente con León y con Schemel pero acá "los parroquias" sí; yo no sé leer pero me escriben.

Al parecer José Vicente exprimió al Luis Vicente León, lo puso a hablar más de la cuenta y cada vez que éste avanzaba en su pretensión de defenestrar a la revolución a la vez que exaltar el neoliberalismo económico, se hundía en la frustración de no convencer.

Infiero que si José Vicente puso en evidencia non sancta a Luis Vicente León fue porque básicamente no sólo le formulo preguntas apropiadas sino que lo hizo en perfecto orden, hasta dejarlo en cueros ante el público.

José Vicente pudo pensar seguramente que Luis Vicente León meaba fuera del perol, pero se mantuvo circunspecto y atizó la candela como sí nada, tal vez para sus adentros sintió la emoción de cuando tú largas el sedal con una carnada en el anzuelo y sientes un tirón.

¡Raspao!

Luego, el siguiente domingo le tocó el turno a Schemel quien salió eximido ya que por donde lo buscaron lo encontraron.

Uno no pide que alguien sea chavista para reconocerle sus méritos, lo que nosotros los trabajadores pedimos es que haya honestidad; otras veces, no ahora, he observado a Schemel y me parece un buen científico, ecuánime, convincente y él pareciera poner el énfasis en lo esencial, esta apreciación de mi parte ha sido corroborada por los muchachos.

¡Una canaimita!

Ojalá Schemel no se eche a perder pero al Schemel lo que es del Schemel y al Luis Vicente lo que es del Luis Vicente, aunque a éste le duela.

Para algunos compañeros, Luis Vicente León es un ignorante de la realidad venezolana, tesis que yo no comparto del todo, para mí él no es tan bobo, lo que pasa es que él es un operador político de la ultraderecha que puja por restaurar el neoliberalismo chupasangre y eso le da billetes.

Aquí no se trata de pretender tumbar el gobierno de Maduro, no es una simple cuestión de gobierno sino una cuestión de sistema, o socialismo o capitalismo.

Y por otro lado, la cosa no es propiamente contra Maduro sino contra Chávez, ellos quieren a defenestrar a Maduro para alegar que Chávez se equivocó cuando designó a Maduro para que liderara la revolución.

Cuando en la información el conocimiento no está de por medio, estamos jodidos, los sedimentos de la información sesgada se transforman en miedo y el enemigo lo sabe, si la información no contribuye para avanzar hacia el conocimiento de la realidad sino para confundir, eso es criminal, los riesgos de no contar con información equilibrada hacen que el pueblo desemboque en una confrontación desoladora, la llamada "guerra de perros".

No debemos echarnos las bolas al hombro sino avanzar con butría en pos del desiderátum revolucionario, una conciencia popular superior, todavía nosotros no estamos en posesión y ni siquiera cerca de ese objetivo pero eso es lo de menos si consideramos que al respecto estábamos en tamaño abismo, estudiar la realidad a profundidad y aprehender el conocimiento que de ello emane no es cualquier liviandad, y tampoco basta siquiera llegar a conocer suficientemente la realidad, es indispensable saber hacia dónde se mueve ésta.

Nosotros no estamos en el socialismo que soñó el Comandante Supremo Hugo Chávez pero nos movemos hacia ello y eso es lo fundamental.

Digan lo que digan los cagatintas, nosotros estamos en proceso y hemos dado grandes pasos en el camino correcto, que estemos lejos es otra cosa, eso sí, hay que prestar importancia a la naturaleza de las informaciones, cuando una información deforma lo que debe ser descarrila a muchos ya que les restringe el campo perceptivo, nunca obviemos que la realidad no es algo estático sino relacional, en evolución, vivo, y el camarón que se duerme termina en un sartén; hay que estar mosca.

Yo lamento no haber podido ver recientemente programas de calidad como el citado y tampoco podré hacerlo en lo inmediato porque ahora mismitico zarpo para el "monasterio" a expiar mis leves pekadillos pero ojalá muchos puedan hacerlo con criterio abierto, esto es lo más fecundo para el foro.

Por otra parte, por si poco fuere, no pueda yo estar acá el 24, he pedido a mis compinches que estén pendientes de recibir y guardarme intacto el regalo que pedí y que de seguro el Niño Jesús me traerá, una Negra Fea de esas que Osmel Souza desprecia.

No le pido riquezas ni títulos nobiliarios al Señor Niño, no que no, tampoco exijo que mi regalo venga con la boleta escolar con 90 en Konducta, 60 en aplicación y 90 en urbanidad, sólo demando que la citada afortunada sepa hablar y escribir latín, hebreo antiguo y esperanto, sólo eso.



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Guillermo Guzmán


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