Los artistas deben aprender; hasta hace poco yo me solazaba al oír algunas canciones del panameño Rubén Blades -“Tiburón”, “Cipriano Armenteros”, “Plantación adentro” y etcéteras.
Pero me percaté de la falsedad del ique -dizque-artista cuando supe que él iba tras mendrugos a cambio de renegar de su “arte”.
Hoy a mi modo de ver, Rubén Blades no es menos ni más que un muñequito con hilos.
Por cierto, valga recordar la letra de “Falsaria”, supuesta derivación o plagio de “Doble inconsciencia”, del trovador cubano Manuel corona: “ … con qué te vendes eh …/ … aunque tengo poco oro y poca plata… / … en materia de precios soy un necio / …espero que te pongas más barata… / sé que algún día bajarás de precio…”
Cuánto paga “El Tiburón” a Rubén Blades por atacar al gobierno de Nicolás Maduro, no es cosa que nos quite el sueño a los venezolanos, pero cuanto desprestigio le cae a su cancionero falsario es lo que está por ver.
Pero, al grano: hace poco al marcharme dejé sobre el pipote de basura unos discos del citado panameño, obviamente para botar, y no obstante ahora los veo de nuevo porque una mano piadosa creyó que yo los había dejado ahí por error, por lo que los recuperó y prefirió dejarlos.
Serán suyos la próxima vez si acaso los quiere llevar porque valga la verdad están en buenas condiciones de audio aunque no de otra cosa.