Quiero aquí apoyar y promulgar las palabras de Edgar J. Serrano, quien recientemente escribió un excelente artículo en Aporrea titulado, "¿Cuántos conucos tienen sembrado nuestros intelectuales revolucionarios?"
Ver: http://www.aporrea.org/ideologia/a200826.html
Creo que es el mejor artículo que he leído en la reciente historia de Aporrea, y se lo recomiendo altamente a todos, especialmente a los que dicen ser intelectuales "Revolucionarios."
Edgar le da directamente en la cabeza del clavo sin utilizar palabras superfluas, sin justificar sus palabras, sin excusas, y con toda la sinceridad frente a un fenómeno muy real, el cual muchísima gente, chavistas incluso, se niegan a enfrentar, es decir, el tema del HACER versus el HABLAR.
Edgar dice lo siguiente:
"Escribiré poco para decir mucho … Impresiona leer la cantidad de artículos en "Aporrea" cuyos autores/gurúes se declaran revolucionarios muy rojos rojitos y gritan, lloran y hasta patalean porque bajo la Revolución Bolivariana el fenómeno del desabastecimiento es insoportable e inaceptable … no preguntes cómo puede la Revolución acabar con el desabastecimiento; pregúntate mas bien qué estás haciendo TU para acabar con el desabastecimiento … Como yo no estoy haciendo un coño de concreto contra la plaga del desabastecimiento, me quedo como muerto y no mando a cantar a nadie. Cuando tenga mi conuco chillaré, lloraré y daré pataleos bien motivados... porque algo estaré haciendo y no solo diciendo … ¿En qué modo concreto ustedes se están activando para combatir el desabastecimiento que vive el país? Así, claro y raspao, porque el resto es paja loca."
Ver: http://aporrea.org/ideologia/a200826.html
Bueno, ahora, no porque mi esposa y yo seamos "más mejores" Revolucionarios, pero desde hace tiempo hemos estado HACIENDO, hasta que se burlan de mí (no tanto de mi esposa), porque tratamos de reciclar todo los posible y minimizar nuestro consumo de bienes materiales.
Como todos, no somos perfectos, pero tratamos de cumplir con nuestras palabras, es decir, HACEMOS lo posible para cumplir con lo que HABLAMOS, para cumplir con nuestro deber Revolucionario.
Cada bolsa plástica vacía que tengamos y que esté en buena condición, las de las caraotas, arroz, azúcar, etc., las lavamos y las guindamos afuera para que se sequen para enseguida HACER otra cosa con ellas. Por ejemplo, mi cartera es una zip-lock pequeño que anteriormente contenía condimentos.
Reciclamos los platos, vasos, cucharas, cuchillos, y tenedores de plástico desechables, e utilizamos los empaques de plástico "blíster" para utilizar como moldes para HACER helados. Utilizamos las botellas plásticas tipo alcohol, cloro, etc., para HACER fregadores de ollas que duran años en vez de semanas, como son los "brillos." HACEMOS muebles con pedazos de madera que encontramos por allí, y los construimos sin clavos, utilizando solamente pega blanca de madera.
No tenemos televisor, ni cable, ni señal satelital, y tampoco vamos al cine.
En vez de pasar el tiempo hipnotizándonos con porquerías prefabricadas televisivas, HACEMOS otras cosas. Sembramos, cosechamos, construimos, escribimos, estudiamos, discutimos, montamos proyectos, etc. No apoyamos de ninguna manera a Hollywood, ni a los productores de las telenovelas que han infectado las mentes de mucha gente.
Tenemos una parcelita con muchos árboles de limon, naranja, cambur, guayaba, lechosa, y matas de orégano, albahaca, melón, patilla (sandilla), ají, y batata, y mucha yuca, tal vez alrededor de 100 matas.
Sembramos, cosechamos, y HACEMOS el mantenimiento diario de la parcela.
La parcela se encuentra en el interior de un sector frente al mar, pero lo suficiente cerca del mar para también pescar para comer. Los vecinos, casi todos chavistas, tienen sus siembras, y algunos tienen gallinas, patos, guineas, chivos y vacas, y compartimos las cosechas, o HECEMOS trueque.
Entre los vecinos compartimos herramientas, la limpieza del monte, y cuidamos nuestras casas y la salud y el bienestar comunal. También HACEMOS la reparación de las líneas caseras de electricidad y de agua, y el mantenimiento de los senderos del campo sin esperar que "el gobierno" venga a HACERLO.
Mi esposa y yo HACEMOS agua caliente al pasar el agua por una manguera agrícola negra sobre el techo, y enseguida hacia la ducha.
Nunca compramos cosas de marca, y nunca compramos productos de origen gringo o extranjero a menos que sea absolutamente necesario, es decir, tratamos, de HACER lo que la Revolución requiere de un verdadero Revolucionario, de ser fiel a lo endógeno, y no al imperio.
Tampoco tomamos whisky importado, así como a tantos intelectuales les gusta HACER, especialmente mientras que se masturban intelectualmente entre ellos mismos, para ver quién va a HABLAR sobre qué tipo de paja, como, donde, y cuando.
Gracias a Edgar por recordarnos que una cosa es HABLAR y otra cosa es HACER.