Por ahora seguir luchando

Es 4 de febrero de 2015, hace 23 años de aquel suceso que sin duda transformó esta tierra; encaminó al país hacia un destino mejor; significó el paso firme para revolucionar el continente y sin temor a errar, gran parte del mundo. Hoy no sólo en Venezuela experimentamos el cambio que viene de ese hecho, nuestras naciones se hermanan en espacios soñados como Alba, Unasur, Celac, entre otros. Y en lejanas fronteras, países como Grecia y España en Europa, también sienten aires de libertad y esperanza.

El trágico "sacudón" de 1989, que cobró la vida de miles de personas a manos de las fuerzas represivas del gobierno de Carlos Andrés Pérez, fue literalmente un parto. Ese terremoto social, producto del hambre, la miseria y la desesperanza, fue savia para el levantamiento militar que protagonizaron aquellos hombres y mujeres, militares y civiles, quienes se jugaron la vida para saciar la sed de justicia de un pueblo masacrado, humillado, excluido, olvidado.

Ese día algunos desafortunados murieron para liberar la esperanza que había sido enclaustrada durante cuatro décadas del "pacto de punto fijo". El espíritu del 23 de enero de 1958 brotaba de las catacumbas.

Entonces el país, desde 1989 no abandonó las calles. Los y las estudiantes se mantuvieron luchando por los derechos a la educación gratuita y obligatoria; enfrentándose a la muerte, a la cárcel, a la persecución constante. Los campesinos y campesinas, resistieron el despojo, el hambre y dieron cara a la muerte; la clase trabajadora, traicionada, víctima del robo de sus prestaciones sociales siguió la lucha.

Muchos peleaban en la calle convencidos de que había que hacerlo con o sin la certeza de llegar a lograr transformar la realidad. Pero el 4 de febrero de 1992 -que junto con el sacudón partió la historia en dos -el rostro y la voz de un hombre del pueblo hecho militar, fueron los dedos que estrujaron los ojos de millones. Un amanecer de golpe abría brechas. Y así fue. Apenas seis años después, el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías cumplió su promesa del por ahora. Se hizo presidente, pero primero se hizo esperanza y luego líder; conductor de un proceso duro, pero que ha sembrado en 15 años lo que no se hizo en décadas.

Esta Patria está pariendo con amor, se está poniendo bonita como lo soñó Alí Primera, la ayudó Chávez cuyas palabras de esa tarde soleada aún nos alientan, pero está en peligro, ella y su cría.

La Patria hoy transformada, confrontada en sí misma por la resistencia de unos a perder privilegios o compartirlos con la mayoría, está amenazada. Su soberanía y libertad, acechada por la furia extranjera, voraz enemigo de todos los pueblos del mundo, por lo que hay que invocar la resurrección del espíritu de nuestras batallas de la gesta independentista; del 23 de enero de 1958; del 27 de Febrero de 1989; del 4 de Febrero y 27 de noviembre de 1992 y del 13 y 14 de abril de 2002.

Hoy, en el primer 4 de febrero sin Chávez físicamente, el por ahora debe ser un canto colectivo, un por ahora y un para siempre que vincule eternamente al pueblo y al líder que supo interpretar los anhelos de los pobres y que limpió el terreno para vencer el estigma de la traición y la condena de la muerte.

Nos toca a todos y todas tomar las riendas de este proceso y a los líderes hacerse cada vez más del pueblo. Juntarnos como un escudo para reducir a las fuerzas enemigas y defender el terreno que hemos conquistado, perder es traicionarnos.



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Hindu Anderi


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