El presidente obrero, Nicolás Maduro, ha sido muchas veces blanco de ataques por parte de los mismos chavistas que le hemos reclamado enfrentar la violencia opositora en la misma medida en que ellos la plantean, pero hay que admitir que caer en el juego de los golpistas sería una locura, un desastre de consecuencias impredecibles, por ejemplo, no se podía pisar el peine del llamado de arrechera de Capriles ni el de las guarimbas de Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma y Julio Borges, con todo y el dolor que producía ver caer a los inocentes muertos por ese sector anárquico queriendo doblegar a sangre y fuego la revolución bolivariana.
Debemos entender que los grupos que pretenden regresar al poder por la fuerza, y han fracasado en sus intentos de golpe, buscan una guerra civil, algo atroz, que nos invadan los gringos, pero los venezolanos no queremos drones ni matanzas de niños, mujeres; este pueblo quiere paz, sin embargo, los revoltosos insisten y logran muertos, para luego, con el apoyo de los medios de comunicación aliados, seguir aupando lo que ellos llaman la salida de Maduro e insistir en la intervención del imperio, como ocurre actualmente con la muerte del estudiante de bachillerato Kluiverth Roa.
En este caso, definitivamente hay que decirlo: mordimos el anzuelo, los opositores se salieron con la suya, lograron el objetivo y ahora el Gobierno bolivariano recibe un ataque feroz a través de los medios golpistas en Venezuela y el mundo, que buscan mediante mentiras y manipulaciones abonar el terreno para una sangrienta invasión norteamericana.
Culpan al Gobierno porque, en efecto, al estudiante de 14 años le disparó un policía, pero más que el policía los responsables son esos opositores que apuestan a la violencia, que manipulan a esos muchachos hasta enredarlos en esa loca aventura, según la cual, se plantean derrocar al Presidente mediante la arrechera, por supuesto, eso no lo dicen, de allí que usted amigo lector, amiga lectora, jamás leerá algo similar en los medios golpista nacionales e internacionales, que nunca van al hueso del asunto; no les conviene, se quedan en lo superficial. El uniformado de la Policía Nacional disparó y la gente pide la renuncia de Maduro, más nada. Nunca dirán que la raíz del problema son ellos, su ambición de poder, su golpe continuo, su guerra económica, su quema de preescolares, de universidades, bibliotecas; sus asesinatos selectivos, sus incendios a camiones cargados de medicinas, de alimentos, su participación en la Operación Jericó…
De modo que ante toda esta situación, tanto la fuerza pública como los chavistas en general ahora más que nunca, debemos tener presente siempre los llamados de paz del presidente Maduro. Son exhortos específicos a desbaratarles el plan a los golpistas y está demostrado que funciona. De esa forma ha neutralizado todos los hechos que en ese tenor se han presentado a lo largo y ancho del territorio nacional.
Otra cosa es que los responsables nunca exponen el pellejo en los disturbios, y caen los inocentes, pero los verdaderos culpables jamás, tampoco exponen a sus hijos, esos están bien cuidaditos en, algunos casos en el exterior, como los vástagos de María Corina Machado; mal están los imberbes que se dejan manipular lanzándose al ruedo de la violencia y son lamentablemente asesinados.