Cuando el secretario general de la OEA, Cesar Gaviria, entró en polémica con el presidente Chávez sobre la naturaleza de su papel en la Mesa de Negociación, quedó en evidencia el desgaste que había sufrido como facilitador y su fracaso en lograr un acuerdo entre las partes.
Paralelamente, el avance en materia electoral entre gobierno y oposición se producía en el propio palacio de Miraflores.
Allí se dieron cita el pasado sábado 11 de enero el presidente Chávez, José Vicente Rangel, Baltazar Porras, Ovidio Pérez Morales, Eduardo Fernández y Teodoro Petkoff, y entre las soluciones a la crisis discutidas, la enmienda constitucional recibió el mayor consenso, por lo que anfitriones y visitantes salieron del encuentro muy optimistas.
En momentos en que la Mesa de Negociación y Acuerdo parecía naufragar, llegó al país el premio Nóbel de la Paz, Jimmy Carter, quien ya había sido desacreditado públicamente por el ala radical de la oposición. No obstante, la sorpresiva reunión que realizó con el magnate Gustavo Cisneros al llegar a suelo venezolano, permitió que los mas reaccionarios pusieran sus barbas en remojo y permitieran la intervención del ex presidente estadounidense.
Una vez en acción, Carter hizo lo que debió haber hecho Gaviria desde hace tiempo, cuyo papel fue limitado por su obvia afinidad e identificación con la oposición. Carter "agarró el toro por los cachos", y dictando clases de cultura política, dejó por sentado que la única salida electoral posible es la que pueda ofrecer la Constitución Nacional, posición defendida por el gobierno nacional desde que se inicio el sabotaje criminal contra la industria petrolera, y contra micro, pequeños y medianos empresarios, y los sectores mas pobres de la sociedad. Carter se pronunció a favor de un referéndum revocatorio para el 19 de Agosto, o una enmienda constitucional que recorte el mandato presidencial, lo cual tendría que ser aprobado por el pueblo venezolano en referéndum. De esta manera quedan sepultadas las pretensiones golpistas de un sector de la oposición que pretendía utilizar el referéndum consultivo para revocar el legitimo mandato presidencial. Al respecto Carter fue claro, "todo el mundo sabe que el referéndum consultivo no es vinculante", lo cual le deja con los crespos hechos a quienes intentaban utilizar un resultado de por sí fraudulento para marchar hacia Miraflores y derrocar al legitimo gobierno de Hugo Chávez. Si los simpatizantes del gobierno no acudirán a votar en un referéndum ilegitimo que forzosamente quiere realizar la oposición el próximo 2 de febrero, ahora que Carter sentenció de manera inequívoca su irrelevancia, la oposición, desgastada de tanta marcha inútil y agobiada por el sabotaje petrolero, tampoco acudirá a las mesas electorales.
Las propuestas de Carter también representan el decreto a muerte del paro y de la conspiración. Además deja a la oposición radical desnuda ante la opinión publica nacional e internacional, colocándose ante un dilema que podría decidir su futuro político. De negarse a la enmienda o referéndum revocatorio en Agosto, la intención golpista de la oposición quedaría al descubierto, pero de aceptar, el sector moderado tendría la oportunidad de tomar las riendas de la llamada Coordinadora Democrática.
En este contexto, la oposición radical comienza a reaccionar contra la propuesta de Carter, dejando por sentado la verdadera intención que subyace en su retórica politiquera. En entrevista con Unión Radio del 21 de Enero, minutos después de la rueda de prensa del ex presidente Carter, Julio Borges de Primera Justicia rechazó categóricamente la propuesta de enmienda constitucional porque “caer en el tema de la enmienda cuando estamos a 12 días de un referéndum consultivo lo que hace es debilitar esta salida electoral que es la única que tenemos en la mano”. Es decir, a pesar de haber quedado claro el carácter no vinculante del referéndum consultivo, Borges insiste en darle carácter revocatorio para salir del presidente Chávez. De esta manera, Borges reconoce el fraude de la oferta electoral al tiempo que expresa su carácter fascista y reaccionario al manifestar que la enmienda tiene "verdaderos problemas" porque permite a Chávez presentarse como candidato presidencial y deja intacta la composición de la Asamblea Nacional, Fiscalía, Contraloría, Defensoría del Pueblo y al Tribunal Supremo de Justicia, cuya disolución fue realizada por el breve gobierno dictatorial de Carmona bajo su anuencia y respaldo. Cabe destacar que a pesar de ser el único poder "en transición", Borges no incluya al Poder Electoral en su agenda golpista.
Así como Borges, la ultraderecha fascista tendrá que ver como evade su responsabilidad ante la patria una vez que quede claro el mecanismo pacifico y constitucional que le permita a Venezuela salir de la crisis política.
Fedecamaras, la CTV, los medios de comunicación privados y la mafia petrolera, así como los militares reaccionarios de la plaza Altamira, tendrán que hacer un gran esfuerzo por reintegrarse a la sociedad democrática. Carter agarró el toro por los cachos y dejó claro que los principios democráticos fundamentales están por encima del capricho golpista y de la percepción antichavista.