En el Zulia lanzaron un pote de
humo, pero no para ocultar el hambre y la miseria, como lo quiso hacer ver el
gobernador, en su primera presentación a los medios de comunicación, luego de
recuperarse de una rinoplastia, restando importancia a las acciones del
Gobierno nacional en la región, como las misiones y la aprobación de los
proyectos de envergadura.
Así como
lo leen, arrojaron no un pote, sino una
inmensa fogata preconcebida, muy bien
preparada con intenciones sibilinas sobre la separación del Zulia.
Sin pretender hacer un análisis para llegar a lo que puede haber detrás de esta idea o a las verdaderas intenciones de sus promotores, es evidente que este globo de ensayo –si puede llamarse de esta forma- no tiene desperdicio para Manuel Rosales.
Primero,
porque este disparate desató una fuerte controversia que sube de tono en la
medida que muestran los dientes las pretensiones de separación. En estas
circunstancias, la delincuencia continúa asesinando a la gente indefensa como
lo sigue haciendo en nuestra narices y, obviamente, muchos se distraen y no
están pendiente de los muertos. Esto, en cierta forma, alivia esta carga que le
corresponde al Gobierno regional.
Y es que
no valdría la pena entretenerse en homicidios, secuestros, robos de vehículos,
porque la separación de la región significaría el desmembramiento, la muerte de
Segundo,
en el hipotético caso de que se hubiese impuesto tamaña locura, el Zulia
tendría como líder indiscutible al gobernador Manuel Rosales.
Como lo ven, el tema de la secesión –por donde se mire- es una estrategia que resulta redonda para Rosales. Tan redonda, que al desaparecer el humo, el gobernador tuvo a la mano un tercer plan de acción que todavía no le ha fallado : hacerse de víctima.
El Mandatario zuliano se
plantó frente a los medios y luciendo ahora una nariz respingona, intentó hacer
creer que era víctima de una componenda salvaje por parte del Gobierno nacional en la que querían mal ponerlo ante el resto del país.
El gobernador olvida que los venezolanos usamos lentes infrarrojos, para ver a través del humo. En medio de la oscuridad, lo vimos moverse, durante su discurso, de un lado a otro, vinculando el problema de la seguridad en el Zulia con la del país, para confundir a la población.
Tratando de mezclar el secuestro fronterizo, con el express, el urbano. Queriendo buscar alguna vinculación con los taxistas de la ciudad que matan para robarle el dinero del trabajo diario, con los paramilitares colombiano, en fin...hacer un tremendo enredo con el objeto de deslastrarse de esta agobiante carga delictiva.
No negamos la delincuencia en términos generales, pero se debe ser honesto y admitir que Venezuela tiene 24 estados y un distrito capital y cada uno presenta particularidades diferentes.
Aquí en el Zulia la delincuencia tiene
varias características, y una es su condición de estado fronterizo y, como tal,
requiere del concurso de las otras policías, de
Pero en esta región, hay una peculiaridad que se quiere evadir y atañe directamente al Gobierno regional: la corrupción dentro de la PR, hecho que a pesar de las cortinas de humo, los zulianos vemos con cristales especiales.
Y es que como ocultar las
irregularidades en la que se encuentran implicados efectivos de
De modo, que la PR no necesita de una cirugía estética, sino como mínimo, de una operación de corazón abierto. Y, ahora, el gobernador tiene el bisturí en la mano.
Periodista / albemor60@hotmail.com