“Convocados por el Asociación Venezolana de Ejecutivos (AVE), cuatro analistas, Ángel Alayón, Richard Obuchi, José María de Viana y Anabella Abadi, examinaron las implicaciones que tendría para Venezuela quedar fuera de la nueva economía en gestación y las trabas que actualmente impiden que el país comience a transitar hacia el desarrollo”. Que entienden estos expertos por la economía en gestación y cuales trabas se refieren estos analistas para que Venezuela transite hacia el desarrollo? Comencemos con el primero, Ángel Alayón plantea la incorporación de la sociedad venezolana al desarrollo mediante la tercera revolución industrial (la robótica industrial) y para ello plantea “que es vital reconocer que ´no hay ninguna experiencia histórica que diga que los ciudadanos de un país pueden prosperar sin la presencia de una inversión privada vigorosa¨. (Neoliberalismo del siglo XXI). Este caballero plantea de otro modo la situación del desarrollo, mejor dicho, que sin la inversión privada no hay desarrollo, que esto es vital, que la presencia del Estado por defecto no lo es, sin embargo la inversión privada requiere como ingredientes:
“El software de la economía” según Alayón, el software del desarrollo, entonces para no dejar fuera del juego al Estado (burgués, la nota es mía) como apalancamiento de la clase burguesa mediante leyes y soporte (el petróleo, en el caso venezolano, la nota es mía) sugiere: “La interacción entre el gobierno, el sector privado y las instituciones que sean capaz de crear un entorno que propicie la inversión, la innovación tecnológica, la estabilidad macroeconómica y la mano de obra altamente calificada”. ¿Qué tipo de Gobierno, que tipo de Estado propone el señor Alayón? Al parecer el tipo de gobierno que se oriente por su dogma de que la experiencia histórica no conoce otra forma de prosperar un país (desarrollo) que la llevada a cabo por la inversión privada, así un gobierno clasista, un gobierno en manos de los capitalistas que procure apoyo que como dice “propicie la inversión, la innovación tecnológica, estabilidad macroeconómica y mano de obra calificada”, esto quiere decir según nuestro parecer en nuestro caso, divisas para las empresas privadas, más inversión en la educación pública (sin costo alguno para la empresas privadas), créditos para las empresas privadas producto del ahorro en programas sociales, y también inversiones en infraestructuras como ahorro de las inversiones privadas.
Otro de los especialistas participantes en el evento, Richard Obuchi, profesor del IESA y economista, señaló: “que el país se ha estancado de una manera dramática, entre 1950-1978, Venezuela fue de las cinco economías que más creció en el mundo. Pero luego vino un período de muy pobre desempeño….” Aquí pone en evidencia que desde ya antes del Pacto de Punto Fijo y durante ese período aún después, podríamos decir 1978-1998, de acuerdo con el especialista “el desarrollo del país se estancó de manera dramática”, ¿Que hizo la democracia representativa, que hicieron los gobiernos adecos y copeyanos, cual fue el papel del estado capitalista venezolano como responsable de este estancamiento dramático del desarrollo?, No hay duda gestionaron un fracaso, el software de la economía, del capitalismo de estado no les funcionó, el apalancamiento del estado no sirvió.
Afirma Obuchi: “En contraste Brasil, China, Hong Kong, Indonesia, Bostwana, Korea, Malasia, Malta, Omán, Singapur, Taiwan, China y Tailandia crecieron a una tasa superior a 7% anual durante 25 años, con lo que lograron impulsar de manera muy importante su calidad de vida”. “Estos países tienen en común que se han integrado a dinámicas y oportunidades en el contexto global, gozan de estabilidad macroeconómica, las instituciones del mercado asignan los recursos, cuentan con gobiernos creíbles y hay inversión”. Estos espejos que nos coloca Obuchi como modelos de desarrollo que lograron impulsar su calidad de vida” considera que adoptaron políticas de desarrollo (de aperturas de inversiones privadas externas, la nota es mía), aplicaron programas de inversiones (estatistas, la nota es mía) además de gobiernos creíbles. Pero de acuerdo con su punto de vista, en el caso de la economía venezolana, según Richard Obuchi, “Desde su punto de vista, la falla en la economía venezolana va mucho más allá de la alta dependencia en los precios del petróleo”. Quiere decir que durante 1950 para no hablar de principios de siglo, la inversión privada ni el gobierno (dictaduras y democracias representativas) pudieron hasta 1978 e incluso hasta el periodo de 1998 romper el modelo de dependencia que fuese capaz de transitar hacia el desarrollo, por el contrario, nos llevaron hacia “el estancamiento dramático”, producto de la deuda externa y los prestamos internacionales.
Cuando dice Obuchi que pese a que el problema es “la dependencia del petróleo”, asimismo, “…Por eso tenemos una economía más dependiente de las importaciones y muy poco atractiva para las inversiones” (privada extranjeras) Al parecer muy poco ha hecho la inversión privada para romper este modelo de dependencia-importador, (la economía de Puerto) pero el asunto va más allá del modelo desarrollo dependiente del petróleo, mejor dicho que Venezuela no puede incorporarse a la III revolución industrial si no resuelve el problema del mercado, Obuchi dice que “Esto tiene que ver con el funcionamiento de instituciones económicas clave. Por ejemplo: un control de precios conduce a escasez y eso restringe el funcionamiento del mercado. Y, al no haber una asignación en la economía en base al valor de las actividades, alteras de forma profunda los incentivos y no creas un entorno que favorece la inversión y la productividad”. (Más neoliberalismo en el siglo XXI). Aquí se repite de nuevo los dogmas neoliberales, Obuchi espera que la liberación de precios (inflación) crea “los incentivos de la inversión y la productividad” como producto de políticas macroeconómica de un gobierno (privado, corporativista, la nota es mía) que apoye la inversión privada (capitalista) como los dogmas del tránsito al desarrollo para crear la economía en gestación, el engendro capitalista neoliberal al parecer como dice el refrán, “Dios los cría y el diablo los junta”.
Pero qué dice Anabella Abadi, (economista y analista de Entorno y Gestión Pública en ODH Grupo Consultor), si tenemos una economía dependiente del petróleo, con sector privado que genera 65% del PIB y emplea a 80% de los trabajadores”, pero que no genera productos de alto valor agregado, productos industriales competitivos en el exterior, una burguesía que no se ha incorporado a la tercera revolución industrial, que se resiste a invertir en el desarrollo, que es parasitaria financiera de las divisas del estado, -- quien produce mediante el petróleo, el 90 o más de los dólares que entran al país--, aquí, la economista Abadi dice: “el país está bajo un sistema con hegemonía del partido del gobierno, donde no se apoya a la propiedad privada, aumenta el peso del Estado en la economía y se recurre a la planificación centralizada”. Como vemos todos los expertos antes mencionados son defensores de las empresas capitalistas, son partidario de defender el sistema capitalista, de acuerdo Abadi, según “el reporte de competitividad del Foro Económico Mundial ubica a Venezuela como la décimo cuarta economía menos competitiva para hacer negocios y el ranking del Banco Mundial como la octava”. Quiere decir que para mejorar el posicionamiento de Venezuela en el ranking mundial, debe el gobierno, proteger la propiedad privada, acabar con la planificación centralizada, dejar el software de la economía en manos privada, sin embargo, queda abierta la pregunta, ¿Quién invertirá en la tercera revolución industrial, si a todas luces, los inversionistas privados no tienen tradición de desarrollo industrial, innovación, riesgo ni competitividad? Mejor dicho parafraseando a Ángel Alayón hay un hecho el que está demostrado que no hay ninguna experiencia histórica en Venezuela que diga que los ciudadanos y ciudadanas hayan prosperado equitativamente con la inversión privada, que ésta haya asumido el riesgo del desarrollo, por el contrario ha sido la inversión pública la que ha estimulado el desarrollo.
Pese a “la administración ineficiente de los recursos, el abandono de las señales de precios del mercado, los subsidios, a empresas públicas, escasez de mano de obra calificada y el desempleo” Venezuela ha invertido en el desarrollo en los últimos años más del 60% del ingreso petrolero en el desarrollo, (unos 800 millones de dólares. Para Obuchi, esto “no es inversión en el desarrollo”, según él, “este dinero impulsó el gasto público a niveles récord pero gastar no es lo mismo que invertir”, si es así, de acuerdo con el experto Obuchi, entonces ¿Qué significa invertir en vivienda, en educación, en salud, en infraestructura, soberanía alimentaria, Misiones para el desarrollo humano? ¿Inversión en gasto público, no es invertir en desarrollo social y humano?, Es aquí donde los dogmas neoliberales ciegan a estos caballeros y la dama, su posición contra el socialismo del siglo XXI los obnubila, el papel hegemónico del partido, del gobierno popular, la propiedad pública los predispone contra el socialismo, y lo que es peor desconocen el pensamiento bolivariano respecto de la hacienda pública.
Complementemos la visión de desarrollo dependiente de Obuchi al evaluar a ese sector privado que nos habla la experta Anabella Abadi, ---sector privado que genera 65% del PIB y emplea a 80% de los trabajadores---para José María de Viana, expresidente de Movilnet y miembro de la junta directiva de Digitel, señala que “Venezuela prácticamente sólo produce petróleo y, al contrario de lo que se piensa, es simple porque es un sistema de enclave”, quiere decir que tenemos una burguesía de enclave, dependiente del petróleo, que compra dólares baratos e importa productos caros, una burguesía que se cree del primer mundo y genera “productos pobres en país pobres”, (neo-colonias) incapaz de asumir el transito al desarrollo, de “producir productos complejos y costos” propio de los países ricos (industrializados). Entonces nos preguntamos ¿Cuál es el mapa del desarrollo? José María de Viana, expresidente de Movilnet y miembro de la junta directiva de Digitel, señala que “Gracias a que países como China e India han encontrado la senda del crecimiento en los próximos años, asegura José María de Viana, aparte de computadoras domésticas con la capacidad de procesamiento del cerebro humano, telecomunicaciones, energía solar, robots, alrededor de 2 mil 500 millones de personas aumentarán el consumo de bienes y servicios creando una gran oportunidad para los países que sepan insertarse en la tercera revolución industrial”.
Podemos decir también que gracias a la cooperación con China, Rusia e Iran, Venezuela también encontró la senda del desarrollo, halló su mapa, con la cooperación de estos países Venezuela ensambla computadoras, tabletas, celulares, electrodomésticos, fabrica tractores, autobuses, satélites, como dice Viana “adquiere en la práctica, el “saber hacer” de los procedimientos y la experiencia: No hay forma de aprender a producir si no produzco. Y esto requiere una toma de decisiones. Por ejemplo: que una sociedad se organice para producir vehículos de buena calidad. No hay forma de desarrollar productos de calidad si no tenemos un conocimiento productivo y ése es un proceso que no es corto. Es largo y requiere condiciones: que se quiera desarrollar eso progresivamente”. Ese es nuestro mapa de desarrollo, nuestro software, capturando “la innovación y la tecnología, esto pasa por captar talento”.
¿Pero que sucede en Venezuela que no termina desplegarse la tercera revolución industrial? Primero porque no tenemos un sector privado capaz de aliarse con el estado (el gobierno) sea cual sea, sin importar el signo político, apuntando al desarrollo, incapaz de innovar y producir, ser competitiva, segundo por disponer un estado complejo en la transición al socialismo, con las características que señala Abadi, la administración ineficiente de los recursos, subsidios a empresas públicas sin supervisión, escasez de mano de obra calificada producto de instituciones educativas que no se esmeran en la calidad, pero también una oposición destructiva que lejos de apoyar el desarrollo, lo frena, diríase que no está interesada en el desarrollo público global y equitativo, un desarrollo para todos y todas, por otra parte, tenemos también la situación del papel del imperio de los EE.UU que nos quiere hacer retrogradar el socialismo del siglo XXI, poner en riesgos los logros sociales de la revolución bolivariana, para ello decretó a Venezuela como amenaza a los EE.UU., pero ¿Por qué amenaza Venezuela los EE.UU, porque pretende éste frenar la revolución bolivariana?
De acuerdo con Christian Medina Macero, veamos algunas de las razones: “En lo Político, los acorrala la proliferación de la FE Popular Mundial existente sobre el Modelo que muestra la viabilidad de un MUNDO de Justicia, Igualdad y Paz; libre de Imperios y Mecanismos de Dominación. La Democracia Participativa cierra toda posibilidad de retorno de la Democracia representativa en Venezuela, le transfiere el ejercicio directo del PODER a la organización popular y la internalización colectiva de este deber y derecho le hace asumir al pueblo el ROL HISTORICO decisivo para la trasformación política, económica y cultural de la Patria”. “En lo Económico, les cambia la acostumbrada cultura imperial de imponer sus reglas, recetas y formas de negociación. La Transición al Socialismo parte de la necesidad de desatar a partir de un pueblo emancipado, todo su poder creador y productivo, de manera que rompa con la dependencia de la Importación y consolide el desarrollo nacional”. En lo Cultural, perdieron la posibilidad de manipular la Conciencia Colectiva, que lograban llevar a cabo por medio de trabas capitalistas que limitaban el acceso al conocimiento histórico acumulado por más de 500 años. La conciencia colectiva revolucionaria sembrada desde las gestas del Libertador Simón Bolívar y redobladas por el Gigante Inmortal Hugo Chávez, es la GRAN PESADILLA del Imperio en Decadencia”. Estos factores liberan o frenan el desarrollo, el imperialismo de los EE.UU procura retrogradar el modelo de desarrollo social socialista, “el plan de colonización de EEUU se pasea por la Invasión Militar, como vía para buscar acabar con el corazón del Socialismo, su Poder Popular”. En verdad parafraseando a Macero, el problema de EE.UU. no es el petróleo, simplemente, aunque esta materia prima es codiciada por representar la primera reserva mundial, el problema de este país es lo que puede hacer la revolución bolivariana a nivel del país y continental por su modelo, socialista y de cooperación que le restringe sus libertades imperiales en Latinoamérica y el Caribe, esto es lo que pone en guardia al imperialismo de los EE.UU. (las negritas son mías).
Fuentes:
1.-Víctor Salmerón, ¿Qué pasaría si Venezuela no se une a la tercera Revolución Industrial?, Prodavinci, 27 de marzo, 2015
2.- Christian Medina Macero, “Para EEUU, el problema no es el petróleo es el socialismo”, 28/03/2015, http://www.aporrea.org/imprime/a205248.html