"El fútbol es el reino de la lealtad ejercida al aire libre"
Antonio Gramsci
Hace poco recordábamos la ocasión en la que el comandante Hugo Chávez le regaló a Obama el libro Las Venas abiertas de América Latina, esta gentileza del líder bolivariano, convertida en aquella oportunidad por los medios en un revuelo sensacionalista, quizás sirvió para que algunos desprevenidos se enteraran, aunque lamentablemente con quinientos años de atraso, que nuestros pueblos aún están siendo saqueados descaradamente por los imperios, y para que otros , que por interés intelectual o por aburrimiento andaban husmeando librerías, tuvieran la ocasión de acercarse y conocer la extraordinaria obra del uruguayo Eduardo Galeano, obra que incluye, entre otros títulos, un texto sencillamente genial como es El fútbol a sol y sombra..
En este libro de pequeñas crónicas, cuentos y relatos se pone de manifiesto la maestría de Galeano para narrar y describir los acontecimientos del fútbol utilizando con precisión y sin excesos la poesía, la ficción, el humor, la ironía y todos los recursos literarios, entre ellos la metáfora del fútbol, que el uruguayo utiliza con la genialidad de pocos.
Podemos decir que El fútbol a sol y sombra es uno de los más hermosos y más grandes homenajes que desde las letras latinoamericanas y mundiales se le han brindado al deporte rey. Es un joya literaria que cautiva desde la primera a la última página por su estética y por su elocuencia, pero sobre todo porque sale del corazón y la lucidez no sólo de uno de nuestro mejores escritores contemporáneos, sino de un apasionado, loco y delirante que muere y vive por el fútbol..
Tuvimos la suerte de adquirir ese libro hace ya algunos años durante una pasantía que hiciéramos por Tenerife, España, donde este tipo de producciones dedicadas a la literatura deportiva es más frecuente y se consiguen con mayor facilidad.
No obstante, el libro de Galeano lo hemos visto en algunas librerías de Caracas y también de Valencia. No tenemos la más mínima duda que el gesto que tuvo el ex presidente Chávez con Obama propició que muchos lectores se preocuparan por conocer la obra de Galeano y que a través de ella llegaran al Fútbol a sol y sombra.
Para quienes estén interesados en acercarse a ese subgénero conocido como el periodismo literario no deberían dejar de leer El fútbol a sol y sombra, inscrito, sin lugar a dudas, entre los mejores textos que se han escrito a caballo entre el periodismo y la literatura, o en lo que llamó el norteamericano Tom Wolffe el Nuevo Periodismo.
Además de Eduardo Galeano, muchos intelectuales latinoamericanos han tenido al fútbol como un tema, o como una metáfora recurrente en sus obras. Pudiéramos hablar de Mario Bendetti, Gabriel, García Márquez, Augusto Roas Bastos, Brayce Echenique, Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Oswaldo Soriano, entre otros que ahora mismo se nos escapan.
Así como en Las venas abiertas de América Latina Eduardo Galeano denuncia el saqueo y la expoliación que han sufrido por muchos años los pueblos de América Latina por parte del capitalismo salvaje, en El Fútbol a sol y sombra también señala como las corporaciones económicas y la industria del espectáculo ha transformado al fútbol, más allá de su estética y su riqueza cultural, en un mero divertimiento donde lo más importante no es el aspecto lúdico sino la producción de riqueza. No en vano dicen por ahí que la FIFA produce más dinero que cualquiera de las más grandes empresas petroleras del mundo.
En el texto el escritor uruguayo critica como el fútbol puro, incontaminado, romántico y artístico ha transmutado en un fútbol mecánico, utilitario y positivista que dejó de rendirle tributo al arte y a la libertad de jugar para rendirle tributo al negocio desmedido.
Al respecto escribe Galeano que "La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza, que nace de la alegría de jugar porque si. En este mundo de fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil y es inútil lo que no es rentable ".
Más adelante refiriéndose a la pérdida de libertad, imaginación y creatividad que han sufrido los futbolistas para jugar, agrega Galeano que: "Por suerte todavía aparece en las canchas de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad".
No sabemos si el presidente Chávez se enteró de la existencia del Fútbol a sol y sombra, pero de haberlo leído seguramente lo hubiera apreciado tanto como Las venas abiertas de América Latina,. entre otras razones, porque , a pesar de ser un libro sobre fútbol, Galeano deja en él la impronta de su compromiso político y revolucionario. El texto también es un pretexto que utiliza Galeano para denunciar al neoliberalismo, a los oportunistas, a la burguesía y a la derecha depredadora que se sirve de la pureza del fútbol para engañar a la gente:
"Muchos años después, ya en los finales de siglo, el dueño del club Milan ganó las elecciones italianas con una consigna ¡Forza Italia !, que provenía de la tribuna de los estadios . Silvio Berlusconi prometió que salvaría a Italia como había salvado al Milan, el superequipo campeón de todo, y los electores olvidaron que sus empresas estaban a la orilla de la ruina", escribe Galeano.
Desde hace ya varios años el fútbol ha estado dividido entre dos concepciones o dos maneras de percibir y practicar el balompié, por un lado están quienes defienden un fútbol cerrado en el que se privilegia la defensa. Este es un estilo pragmático y utilitarista que lo único que le interesa es el resultado y para ellos lo más importantes es ganar de cualquier manera. Especulando un poco, se pudiera decir que son los maquiavélicos del fútbol, para ellos el resultado justifica los medios. Podríamos decir que es un fútbol de derecha.
Mientras que por el otro lado, está el fútbol que promueve más al ataque que la defensa. Este es un juego abierto y libre, maleable, menos estricto y menos esquemático, que privilegia la creatividad, la versatilidad y la soltura del jugador. Es un fútbol de fantasía, irreverente y desenfadado, en donde juega un papel fundamental la genialidad de los jugadores, y la capacidad que tengan los mismos para tocar la pelota y hacer todo tipo de combinaciones, pases y dribles antes de llegar al gol. Este es el fútbol arte, el fútbol romántico, el que intenta no perder el aspecto lúdico, la imaginación, la pureza y la ingenuidad natural del juego. Reinventa las formas artísticas, y procura la estética y la belleza. Este es el que le gusta a Galeano, y no dudamos que también a Hugo Chávez.
Algunos entrenadores como el colombiano Francisco Maturana, Menoti y Jorge Valdano, han llegado a asegurar que "se vive como se juega". Un poco para subrayar que el fútbol tiene que ver con la idiosincrasia y la cultura de los pueblos, de allí que se hable de la " escuela argentina" o la " escuela brasilera" , pero, decimos nosotros, también que está conectado con la ideología, el carácter y la manera de percibir el mundo de cada individuo.
Sabemos que Chávez prefirió el béisbol, pero de haber optado por el fútbol estamos casi seguro que además de compartir gustos futboleros con Galeano, hubiera sido un extraordinario mediocampista zurdo, porqué no, a la altura de Rivelino o Maradona. Además, tenía todas las virtudes necesarias para serlo: liderazgo, inteligencia, creatividad, imaginación, velocidad, habilidad, destreza, sentido común, sentido de la oportunidad, carácter, disciplina, amor por la camiseta, y sobre todo, no le gustaba perder.
Nota: este texo está publicado en el libro: Chávez es Fútbol