Pildoritas 49 (año VIII)

Quienes deberían leer nuestras angustias no lo van a hacer, ni estas ni las de Nicmer Evans, si no otro gallo cantaría

Nuevamente el presidente, no es la primera vez, anuncia al país la radicalización, así llama esta vez posibles medidas contra una guerra económica que a todas luces, por los resultados que cada día acogotan más a la familia venezolana y conllevan a que ya , sobre todo quienes dependen de una salario mínimo, que conforman la mayoría, sientan como se les aleja la posibilidad de lograr ser beneficiarios del objetivo estrella del socialismo que es el logro de una mejor calidad de vida con la mayor suma de felicidad e iguales oportunidades.

En otras ocasiones, con expresiones como la de que "voy a utilizar mano de hierro contra quienes a través de la guerra económica buscan derrocar el gobierno" y vemos como no se pasa de unas cuantas incautaciones de productos acaparados, unas multas, algunas detenciones pero los productos siguen escaseando, y los que hay en los anaqueles aumentan sus precios, casi que a diario y rubros como la papa, le cebolla, el pimentón, la zanahoria para solo nombrar algunos, pues son todos los del área vegetal, rápidamente van por el camino de dejar de ser una alternativa para la dieta diaria ya que los cárnicos son prohibitivos para el común de la gente incluso el atún que ha desaparecido de los mercados.

No se diga del área de los medicamentos, me imagino que la mortalidad habrá, por fuerza, aumentado, pues muchos fármacos indispensables para la prolongación de la vida de pacientes crónicos no se consiguen.

Tener un vehículo ya se hace imposible, pues el mantenimiento es tan oneroso que muy pocos propietarios pueden hacerlo, porque un repuesto, de los más económicos que hace apenas una año costaba cientos de bolívares hoy vale miles y la mano de obra no se baja de 2 mil por el simple cambio de una pieza. Pintar una parte de un vehículo por ejemplo un parachoques, un parafango etc. cuesta 6 mil bolívares.

Las colas, cuya desaparición prometió el nuevo Superintendente de Precios Justos, más bien se han incrementado, el bachaqueo interno y externo no para, el dólar simadi cada día aumenta y a todas luces se consolida.

Si el presidente afirma que hay empresarios a quienes se le entregaron dólares para importar rubros necesarios y no los trajeron y en cambio desviaron las divisas al mercado paralelo, ¿qué pasó con la fianza de fiel cumplimiento, por qué no se le hizo seguimiento a cada dólar como se anunció?; ¿Por qué no se tomaron medidas contundentes contra los raspa cupos y se esperó tanto tiempo lo cual contribuyó al desangramiento de la reservas monetarias y a la crisis económica?

Es difícil pues tener fe, ya hemos soportado estoicamente los ataques inclementes de una bien planificada estrategia para, por la vía del estómago, de la falta de medicinas, del encarecimiento desmedido de todo lo que el ser humano requiere para subsistir, cuestiones que en otros países ya habrían sido causa de estallidos sociales, aquí aún el pueblo resiste, abriga una esperanza que habría que preguntarse hasta cuándo va a mantenerse.

El pueblo está claro eso sí de dónde vienen sus angustias, cuál es el origen y cuando ese pueblo, Dios quiera que no, se rebele y despierte, que ese mismo Dios nos agarre confesados, porque aquí rodarían cabezas de los verdugos que hoy se aprovechan de una especie de paciencia de Job de los venezolanos y de la falta de efectividad de las medidas oficiales para matarnos de hambre.

Este año, por electoral, va, como hasta ahora se está viendo y sintiendo, a ser clave para el incremento de la guerra económica, ya lo estamos viviendo, de otra manera no se explican las razones por las cuales, los golpes del enemigo al bolsillo y al estómago de los venezolanos cada día se sienten con más fuerza.

Aquí en aporrea, colaboradores como este escribidor, nos hemos cansado de hacer recomendaciones, hoy nomás aparece un artículo de Nicmer Evans que ojalá fuese leído por el Presidente Maduro, pues fue escrito especialmente para él y ojala no sirva para decir, después que se nos ha pedido hacer críticas constructivas, que lo que somos es divisionistas e incluso contrarrevolucionarios.

Lo que nos hace escribir estas cosas, que son el día a día de las vivencias negativas, que nosotros como pueblo también padecemos, es el deseo porque el legado del gigante no se pierda, no se diluya entre las manos y la complicidad de funcionarios que con su actitud lo que hacen es allanarle el camino a los enemigos de la Patria, para se les haga fácil lograr sus objetivos, que no son otros que cumplir la misión que los amos del Norte le han encomendado, para de nuevo convertirnos en Colonia y en su patio trasero.

Sin embargo, estimulados por el legado de Chávez y pidiendo su intermediación ante el Todopoderoso, esperemos que aun quede, aunque sea un resquicio de luz que nos permita superar esta terrible etapa que vive la Patria y se pueda lograr, que el poder de la Ley, sea más fuerte que el poder del capital, que por ahora pareciera nos tiene acorralados y hacia una suerte incierta.-



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Saúl Molina


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