Ha declarado el Ministro del Interior el Mayor General Gustavo González López en reunión con el CICPC que “hay un coctel diabólico de narcotráfico y paramilitarismo, con uso perverso de la política”
Con el respeto que se merece el Mayor General me atrevo a recomendarle que más que denunciar ese “coctel diabólico” le corresponde a su Ministerio enfrentarlo y derrotarlo, ya está más que diagnosticada la realidad, se trata de “transformarla”, como diría Carlos Marx.
La lucha contra ese “coctel” debe suponer un frente de hombre y mujeres, del mundo militar y el civil, tanto visibles como invisibles (cuerpos de inteligencia), que más allá de respuestas policiales convencionales tenga la capacidad de responder contundentemente las acciones delictuales que adelantan el paramilitarismo aliado con las mafias del narcotráfico, de lo contrario la sociedad será devorada por ese coctel.
Hemos sabido que Freddy Bernal sale de las responsabilidades que tenía frente a la Comisión de Reestructuración Policial y pasa a la batalla electoral que se avecina con la elección de Diputados; no obstante, debe dársele continuidad al proceso de “adecentamiento” de las policías del país que arrancara el Diputado Bernal, incluyendo por su puesto al CICPC, cuerpo que padece graves vicios.
Buena parte de las bandas organizadas y grupos parapoliciales que operan en distintas regiones del país, ejemplo la banda “el picure” en regiones del Guárico, han penetrado los cuerpos policiales de tal forma que se hace imposible combatirlos con acciones policiales convencionales.
Recientemente vimos como en los Valles del Tuy estos grupos cometieron una cruenta masacre y en operación policial posterior, terminaron cayendo varios delincuentes involucrados en el hecho y un efectivo militar de la comisión que los enfrentó.
No puede el Estado, a través de los cuerpos de seguridad, seguir dándole respuestas convencionales a una problemática que tiene desbordada a la sociedad venezolana como consecuencia del “coctel diabólico” que denuncia el Ministro.
No podemos dejar de insistir en la denuncia de la “desaparición forzada” del dirigente revolucionario Alcedo Mora Márquez quien laboraba para la gobernación de Mérida y de dos personas más, quienes hasta el día de hoy llevan más de dos meses desaparecidos.
Carlos Luna Arvelo.