Cada mensaje pertenece a un sistema y va de extremo a extremo entre dos puntos, en el mejor de los casos; y cuando va del pueblo a alguien supuesto o no líder o viceversa se da un feedback positivo o negativo según la cuenta tal como lo dirían Juana y Emilia.
Tú fíjate bien, a Maduro le tiraron un mango, pues bien el mango sirve para matar dos pájaros, es decir, que si tú le zampas un mangazo a una persona y le haces un chichón, dicha persona puede comerlo, con lo cual aprovecha la contentiva emoliente propiedad terapéutica de ese fruto maravilloso. No parece ser en el caso, tratar de golpear al Presidente, no, sino que por bien el pueblo, que tiene su sistema propio de comunicación y no precisamente el que los medios de comunicación escuálidos tratan de imponer, sabe muy bien que a Maduro le han dado coñazos tras coñazos desde que asumió la Presidencia de la República y, a saber, he ahí que no habría que exprimir la imaginación para descifrar el mensaje: ¡Maduro, cómete este bicho que es bien bueno para diluir golpes.
Y, vuelve aquí otra acepción de matar dos pájaros con una sola pedrada, es que el pueblo aprovecha lo de la emoliencia para demandar una “ayudaita” porque el rancho se le está cayendo encima y necesita una casita bella que tenga rosas y claveles al entrar / donde se cojan con la mano las estrellas / donde se duerma con el ruido de la mar (el camarada Cristóbal dixit).
Y puesto que las casas de cartón las hizo proliferar Ramos Allup cuando él estuvo al mando de Venezuela durante cuarenta años, luego el pueblo le lanzó tomates durante una reciente visita que éste hizo a Anzoátegui, lo que quiere decir ¡Toooma tu tomate, embusteroso!
El tomate sirve para fortalecer la memoria y de paso cura la cefalea, así que al lanzarle tomate a una persona eso significa: cómete ese bicho para que recuperes la memoria y recuerdes tus maldades contra el pueblo. Equivale además a lo que en ciertos países árabes es lanzarle un zapato.
En cuanto a Capreko, es vox populi que él anda flako y demakrado, tal vez anémiko por tanta dieta y etc y aunque tal, flacuchento, cae pesado como un plomo, de ahí que seguramente (cuando aparezca en público) le lancen un pepino que, por lo demás, es antihemorrágico.
No vaya a ser que el Vampiro le tenga ganas (quítate tú para ponerme yo) y acabe de secarlo.
¡De todo hay en la viña!
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