La incertidumbre de las certidumbres, la esperanza de la desesperanza

Al parecer Hernán Luis Torres Núñez (HTLN) en  “El socialismo que yo quiero. ¿Será posible?, (en Aporrea, de fecha 03-11-2014, http://www.aporrea.org/imprime/a197730.html.) en su artículo no sabe dónde verdaderamente termina la línea divisoria entre capitalismo y socialismo, es la incertidumbre de las certidumbres, en donde se termina esa línea de la pérdida de la esperanza en el socialismo.

Es por todo conocido la entrega masiva de viviendas a miles de familias venezolanas, más de 700 mil viviendas, pero falta aún por entregar más, antes era la incertidumbre del capitalismo que no lo logró durante la IV República y no podía lograrlo, dado que jugaba con la ley del mercado, oferta y demanda, el cual creaba las incertidumbres sociales, por eso afirma HLTN que el ve la “Certidumbre que podré acceder a una vivienda digna, una aspiración que todos tenemos en la vida pero que hoy es prácticamente imposible dado el nivel de remuneraciones promedio que existe”. En verdad los niveles de remuneraciones que se tienen impiden el acceso a la vivienda, pero las viviendas que cede “el socialismo que abrazamos” no las mercantiliza, la cede para ejercer el derecho a la vida, a dar techo a la familia más necesitadas, tal vez él no lo vea, pero miles de familias lo han visto con sus propios ojos, muy distinto a los sin techos de España, por eso más que incertidumbre terminaron desahuciados de sus viviendas.

El socialismo tiene mucho por hacer, la vieja cultura capitalista aún hace estragos en el viejo modelo de mentalidad,  la burocracia tiene la obligación de servir, por ejemplo de sumarse a la “Certidumbre que si mi carro cae en un hueco la municipalidad me indemnizará, está bien - si es algo muy fantasioso- cuando no tengo la certidumbre que la municipalidad recoja la basura de las calles todos los días, sería como mucho pedir. Certidumbre que nadie se robará ni un bolívar de mis impuestos, esto si es soñar despierto, pero no podemos acostumbrarnos a que el robo de los dineros públicos sea lo normal. Certidumbre que cuando abra el grifo saldrá agua cristalina y potable, y no aire debido a algún plan de abastecimiento especial (o sea racionamiento). Certidumbre que cuando presione el interruptor tendré luz y no estar sometido a racionamientos de la energía. Certidumbre que en cualquier hospital seré atendido de inmediato y que mis familiares no tendrán que andar pegando carreras consiguiendo gasa, vendas, inyectadoras, medicinas”. Todo eso debe hacerlo posible el socialismo no sin lucha contra la vieja burocracia y los nuevos hábitos que nacen enlodados de capitalismo y que impiden que esas certidumbres sean ciertas para todos,, hoy siguen los ataques del capitalismo, impidiendo que la certidumbre de los derechos humanos y sociales se realicen.

A las tareas de construir un nuevo estilo de vida del socialismo hay que sumarle, el ordenamiento urbano, la planificación del transporte, para evitar los pensamientos pesimistas tales como “Siempre he señalado que debemos sacarnos el sombrero ante el venezolano por su capacidad de adaptación infinita a un ambiente hostil en todos los sentidos, que lo obliga a sufrir horas entrampado en un tráfico endemoniado, sentado en unidades de transporte desvencijadas que van vomitando un humo negro tóxico a diestra y siniestra, con un chófer que coloca la música a todo volumen. Un venezolano que si tiene la fortuna de un trabajo formal posiblemente gane un sueldo mínimo que apenas le alcanza para sobrevivir, y si es un trabajador informal, posiblemente deba soportar las inclemencias del clima, y enfrentar el peligro de ser arrollado en una autopista donde se dedica a vender chucherías. Un venezolano que todos los días corre el riesgo de ser asaltado y asesinado para quitarle un celular”. Necesitamos un ecosocialísmo capaz de superar todas estas contradicciones.


La incertidumbre del capitalismo y el nuevo modelo de transición al socialismo del siglo XXI, no niega que el socialismo trata de un nuevo modo de producción social, de un nuevo estilo de vida, que quienes hayan pensado lo contrario, han dudado del socialismo, del derecho a la educación, del derecho a la salud, del derecho a la cultura, del derecho al agua, del derecho a la electricidad, del derecho a la vivienda, la revolución bolivariana lo ha demostrado una y mil veces en la vida de los venezolanos, la renta petrolera ha servido para demostrarlo, solo que la agresión imperialista en los mercados internacionales han tratado de hacer retroceder la revolución social, retrogradarnos, llevarnos de nuevo a las cavernas de la incertidumbres del capitalismo, al socialismo que no quiere Hernán L. Torres N. seguramente ese socialismo socialdemócrata que coquetea con el capitalismo, sin darle poder al pueblo.

Fuente:

1.- Hernán Luis Torres Núñez, “El Socialismo que yo quiero ¿Será posible?”, 03/11/2014, http://www.aporrea.org/imprime/a197730.html.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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