_Jelo, may blac.
_¡Eeeh, ese xvt&ñ*jhgfsfgrrr%, pájaro de mal po tierra, que animá son eso gato! (sic).
Querido compañero que vende quemaditos en el recoveco de una calle de la catacumba me dio la novedad:
_Pacheco tiene otra burra pero esa no la tengo todavía, es bien buena, a ver si la semana que viene te la consigo, es seguro que te vagustá pero la otra sí la tengo en MP3 (sic).
_Y qué tiene esa nueva que no tenga la vieja -indagué-.
_¡Muchachooooooooo, esta dice que echa pa´lante y pa´trá (sic),
_Eh, mi negro, es que pa´mové el esqueleto (sic también) cuando hay burra nueva la vieja no hace milagro.
Así que le compré dos quemaditos, uno del Carrao de Palmarito -portento de sonoridad a lo Placido Domingo- y otro de salsa vieja, que es otra cosa ya que las viejas están mandando, siempre mandan más que un dinamo nuevo y mejor no contradecir.
La música de Pacheco es de excelente factura pero las caracolas de Tambor Urbano son algo sumamente demasiado, expresan talento a mares y, por el estilo, doquier hay tanta música que revela idiosincrasia venezolana y, por algo ha de ser.
Respecto a Pacheco, http://www.aporrea.org/
Definitivamente somos un alegre pueblo y ese es un gran valor, cierto que atravesamos una severa crisis inducida por la oposición terrorista pero aún el pueblo no se deja arrancar sus banderas; escasea el café, el jabón, la sal incluso en ocasiones, pero la gente canta y baila -si lo sabrá este que soy- y no para de trabajar y luchar por la patria y eso es grande, me emociona, no me lo ha contado nadie, lo he palpado ahí.
Pero, volvamos al hueso, al tema de la música popular venezolana y os digo que a la Duquesa e institutriz de este que soy -yo mismitico- y por supuesto, a mí -valga la rebuznancia*- nos fascina toda esa música.
“La tristeza es inútil” - http://www.aporrea.org/ddhh/
Otan:
* Parafraseo de redundancia.