Más de un millón cien mil visitas han hecho los aspirantes a candidatos y candidatas de PSUV, a la Asamblea Nacional; en verdad impresionante, como impresionante deben ser el millón de quejas de quienes no les alcanza el tiempo ni la plata para hacer colas de cinco a ocho horas frente a los establecimientos comerciales de chino, españoles, portugueses y claro está: Bicentenario, Pdval o Mercal. No me mal interpreten, el punto es que el nuevo tejido económico del que hablaba mi comandante eterno, mutó de tal forma, que el bachaco o bachaquero ha vulnerado el bolsillo del venezolano de a pie, ha roto los paradigmas de la economía socialista y ha echado por tierra el legado de Hugo Chávez. Insisto, no me mal interpreten, cuando digo que es impresionante la cantidad de visitas a viviendas en los sectores humildes de nuestro país -en tan corto tiempo- obedece a que los candidatos y candidatas oposicionistas, hacen lo propio en sus recorridos por las zonas en las que la revolución chavista no ha sido efectiva como se desea; imaginemos un candidato (a) escuálido (a), hablando con un exchavistas o exrevolucionario (a): "Buueenas, estamos visitando a los habitantes del barrio Los Rieles, venimos de El Muertico y Chirere, para dar a conocer los cambios necesarios que debemos hacer, porque este Gobierno opresor y hambreador ha hecho de Venezuela un paraíso de la corrupción", acto seguido, el candidato (a) observa sobre la modesta mesa de la casa del elector: diez paquete de harinas Pan, seis de papel tualet, ocho kilos de jabón en polvo, toallas sanitarias y pañales desechables; el aspirantes no sabe que decir, incluso no sabe si reír o hacerse el loco (a), sin embargo el votante lo saluda con cordialidad y le dice: "que bueno que vino, yo siempre lo veo por el periódico o por el programa de televisión que tiene en el canal regional, espero que gane y cuando gane regrese por aquí, pero sin camionetón, escoltas o corbatas", el candidato (a) con cara de conejo prosigue su recorrido sin haberle dicho -que tampoco se lo iba a decir, que gracias al bachaqueo, el proyecto bolivarianista cada día merma y que de ganar hará todo lo posible por entorpecer la labor del presidente Nicolás Maduro, así como trabar los procesos inherentes a la legislación. En contra partida, las y los aspirantes revolucionarios, más allá de la conciencia socialista, tienen un reto ante si para promocionarse, como es desmarañar y dar respuestas viables a los problemas de carácter social, económico y político de los electores, en el entendido que los enemigos de la patria han transgredido lo más sagrado de todo venezolano: el amor por su patria. Otro aspecto con el que deben lidiar, es con nuestra normativa jurídica vigente, la cual es débil, frágil y franqueable; sin olvidarnos que la inmensa mayoría de quienes la administran no tienen claro el propósito ni su espíritu liberador. En esta etapa de la propaganda y de las vistas casa por casa, abordar, incentivar y fomentar la conciencia de clase y la conciencia social entre los votantes, sería lo más acertado, ¿quién sabe y de resultado?. "La inocencia no mata al pueblo/pero tampoco lo salva/lo salvará su conciencia y en eso me apuesto el alma".