No podemos menos que sentir sobresalto y preocupación cuando un grupo noble de revolucionarios, consecuentes luchadores sociales, poetas de vena fina como son los que integran el Colectivo La Mancha denuncian que por órdenes del Director de la Biblioteca Nacional, Sady Loaiza, el lunes 22 de junio funcionarios de esa institución rompen violentamente los candados y dispositivos de seguridad del acceso principal a la Librería Foro Libertador-La Mancha, ingresan violentamente en ella, sustraen los bienes propiedad de esta Cooperativa Editorial, tiran al suelo libros y revistas y procedieron a retirar cientos de libros y revistas editados por este colectivo y por otras editoriales, equipos de impresión, equipos digitales, audiovisuales, herramientas y materiales de trabajo, poniéndoles desordenadamente y sin ningún orden nada más y nada menos que dentro de la compactadora de basura de la Biblioteca Nacional. Es decir, el señor Loaiza consideró todo lo que fue sustraído de la Librería como basura. No tuvo la delicadeza –si conoce esa virtud– de poner los libros en cajas y guardarlos en un cuarto o depósito, no, sino en una compactadora de basura como lo revelan las fotografías tomadas por la gente de La Mancha y publicadas en su blog.
¿Por qué, quién se supone un intelectual, que dirige nada más y nada menos que la Biblioteca más importante del país donde está depositado todo el saber y el conocimiento nacional e internacional en libros, arremete con esa furia y esa saña contra un grupo de periodistas populares, poetas y directores de una librería, por demás del Estado como son las Librerías del Sur, como era la que regenteaba el Colectivo La Mancha?
¿Sabe Sady Loaiza, Director de la Biblioteca Nacional, que durante el brutal y criminal gobierno del fascista Hitler se hacían pilas enormes de libros que alcanzaban el tamaño de una montaña y se les prendía fuego, como uno de los mayores atentados al saber y la cultura?
Esa bárbara actitud contra la cultura y el saber fue condenada por la humanidad, pero no fue la única. Uno de los monstruos que junto con Francisco Franco derrocó la República en 1936, el criminal general Mola, uno de los dirigentes fascistas que aupó las agresiones a la cultura y la infeliz y famosa frase "¡Muera la inteligencia! ¿Viva la muerte!". Con éste esperpento de grito, irrumpirían algunos miembros de la Falange fascista ultraderechistas, en la Universidad de Salamanca, donde el rector Miguel de Unamuno daba lectura a un discurso. Quedando en los anales de la memoria española y universal aquella barbaridad.
Es muy grave lo que acaba de ocurrir y hay que parar la mano bárbara y vandálica de este personaje lleno de odio que no puede estar al frente de la dirección de la Biblioteca Nacional. Este ciudadano es un bárbaro, la negación de un intelectual, que actúa como enemigo del pueblo y acaba de cometer varios delitos amparándose en el poder que le da ser director de la Biblioteca Nacional.
¿Quién responde por los cientos de libros y revistas, por las computadoras, impresoras, etc., etc., sustraídas ilegalmente del espacio de la Librería del Sur que regenteaba el Colectivo La Mancha, hecho ocurrido en ausencia de sus administradores?
Nuestra solidaridad con los camaradas del Colectivo La Mancha a quién el Ministerio de la Cultura le entregara el año 2012 esos espacios, reconociendo en ellos al Poder Popular.
Condenamos ese acto brutal, impropio de un proceso político revolucionario como el que vivimos. Esa acción tira por tierra lo que el Ministro para la Cultura intenta construir en paz, con el apoyo del pueblo. No sólo condenamos la brutal agresión sino que agregamos que la permanencia de Sady Loaiza al frente de la dirección de la Biblioteca Nacional debe cesar, un personaje de esa estatura, que tiene esas reacciones propias de la intemperancia de los dirigentes derechistas, fascistoide, que agrede a grupos de luchadores sociales y promotores de la cultura en una de sus vertientes más significativas como es la difusión y promoción del libro como los camaradas de La Mancha.
El camarada Ministro de la Cultura Reinaldo Iturriza debe tomar cartas en el asunto, lo ocurrido es muy grave y no pueden dejar pasarse los diferentes hechos que se deben investigar a fondo: violación de un espacio (la librería) que si bien es de la Biblioteca Nacional, era administrado legalmente por un Grupo de Activistas de las Cultura a quienes se los entregó ese Ministerio. Hay agavillamiento porque el grupo de trabajadores, utilizando presuntamente cizallas violentó los candados. Hay violencia al irrumpir en un local cerrado, generar desorden tirando al suelo libros y revistas en ausencia de sus administradores. Hay sustracción indebida de bienes ajenos al sacar las pertenencias del local sin la presencia de sus administradores. Presumiblemente no hay un acta que certifique lo que se sacó de la librería ni la presencia de autoridades del Ministerio Público ni de la Defensoría del Pueblo que avalen la misma.
Llamamos al universo de la cultura y de los medios alternativos y comunitarios a solidarizarse con los camaradas del Colectivo La Mancha, denunciar la agresión de que han sido objeto por parte del Director de la Biblioteca Nacional y solicitarle al Ministro de Cultura que se les dé una satisfacción a los compañeros de La Mancha y se destituya al director Sady Loaiza.
