Ejercicio democrático
Sin dudas la jornada del 28 de junio fue memorable, como se esperaba el pueblo chavista venezolano, ejerciendo su pleno derecho democrático, concurrió de manera entusiasta y masiva a los centros de votación, para elegir a los candidatos y candidatas del PSUV a la Asamblea Nacional, de los 87 circuitos electorales en que está configurado el territorio nacional. Más de tres millones cien mil votos, concretamente 3.162.400, fueron depositados en las urnas electorales que el CNE dispuso a lo largo y ancho del país.
Como nunca antes en un proceso electoral interno de partido, se había observado una participación tan numerosa, disciplinada y organizada como la que todo el país presenció este último domingo de junio.
Fue un acto emotivo, democrático y participativo en el que, sin ninguna presión y condicionamiento, el pueblo chavista se expresó por los candidatos y candidatas de su preferencia, teniendo la oportunidad de hacer su selección de un amplio abanico de opciones caracterizado por su idoneidad y competencia; fueron seleccionados y seleccionadas quienes gozaron de la aceptación de las mayorías, como debe ser en un proceso libre y democrático.
Fue una experiencia sin par en la historia política del país, en la que los y las jóvenes y las mujeres participaron, en paridad, en igualdad de condiciones con los candidatos mayores de 30 años, todo ello en correspondencia con el espíritu y letra de la CRBV y con el llamado del CNE a que las agrupaciones políticas cumplan con el precepto constitucional de la equidad de géneros; más igualdad y más democracia imposible en el presente contexto histórico del país.
Oposición misógina y antidemocrática
Por cierto, es pertinente destacar que esta vocación democratizadora del PSUV no tiene comparación con la acendrada tendencia de la coordinadora opositora, la MUD, que en sus falsarias internas, que no primarias, del 17 de mayo, practicó un patético criterio elitista, al cobrar 150 mil bolívares a los aspirantes a candidatos a la Asamblea Nacional, una concepción misógina con relación a la mujer al limitar de hecho la participación de las féminas, apenas 11 mujeres, en la escuálida consulta, y una visión anquilosada en cuanto a la participación, o mejor exclusión, de los jóvenes, en esa esmirriada contienda, que se desarrolló en sólo 33 circuitos en la que apenas sufragaron un poco más de 500 mil personas.
Es tal el divorcio de esta dirigencia opositora elitista, misógina (fobia a las mujeres), anquilosada y, por demás, antidemocrática con las tendencias democratizadoras que despuntan en la sociedad venezolana, que se empeña en mantenerse de espaldas a esa realidad incontrastable; tan es así que el Chuo Torrealba junto con otros voceros de la mentada MUD se apresuró a calificar la resolución del CNE en cuanto a la participación electoral equitativa de la mujer, que, sin lugar a dudas, se corresponde con la relación proporcional (52%) que tiene la mujer en el conjunto de la población venezolana, como una maniobra para perturbar sus acuerdos candidaturales, cocinados, por supuesto, cogolléricamente; siendo el mejor y más categórico mentís, a tal planteamiento, la denuncia que formularan las propias miembras del Frente Nacional de Mujeres, adscrito a la oposición, que catalogan la exhortación del Poder Electoral Nacional como un gran avance político y social que ellas mismas han venido impulsando desde hace varios años, enfatizando, las denunciantes que esperan que los dirigentes opositores no se les ocurra llenar las cuotas que les corresponden, con sus esposas. Fin de mundo caballero.
Cuidado con el triunfalismo
Evidentemente, que estos resultados de las primarias del 28J son ampliamente auspiciosos para el chavismo y marcan una tendencia favorable de la sociedad venezolana a garantizarse una Asamblea Nacional afín con el Poder Ejecutivo y en sintonía con el Plan de la Patria diseñado por el Comandante Chávez, es decir, con el proceso de democratización progresivo del país, con la distribución, cada vez, más equitativa de la riqueza nacional y con el impulso sostenido de la integración nuestroamericana, como condicionante para la construcción de sociedades soberanas y humanistas, en las que el centro de atención esté concentrado en el ser humano y no en el capital, como es lo característico en las sociedades signadas por el capitalismo.
Pero, estos presagios no deben conducir a asumir una actitud triunfalista, en la creencia de que todo lo que habría que hacer ya está consumado para alcanzar un Parlamento Nacional armonizado con el Gobierno Bolivariano y con los intereses del pueblo, por lo contrario, hay que saber mantener una actitud militantemente comprometida con el reto que significa evitar que la Asamblea Nacional tenga una composición política en la que la derecha opositora alcance la mayoría parlamentaria, pues, por su naturaleza comprobadamente antidemocrática optaría, siguiendo las directrices de sus amos imperialistas, en las primeras de cambio, por obstruir el funcionamiento del gobierno, propiciar el derrocamiento del Presidente Maduro y, en consecuencia, provocar la ruptura del orden constitucional.
Alerta con el paramilitarismo
Igualmente, en esta etapa previa a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, hay que mantenerse alerta ante las acciones desestabilizadoras que viene emprendiendo la lacaya ultra derecha opositora, pues, en su desesperación al observar los previsibles resultados que han de surgir de la próxima contienda electoral se plantee apelar al expediente de desencadenar una ola de violencia profundizando la guerra económica que le tienen declarada al pueblo venezolano y activando las células paramilitares que en los últimos tiempos han venido sembrando en zonas populares del país, y muy, especialmente, en el estado Miranda que es el foco principal de la subversión en la región central del país. Así que ojo avizor, que, como reza el dicho popular, guerra avisada no mata soldado.