¡Honor a quien honor merece!

Casi al año de tu partida, Comandante Arauca

Quien imaginaba que te irías……..Recuerdo aquel viernes ya hace casi un año cuando me entere por mi buen amigo y sobrino tuyo; Lenin Pérez que estabas partiendo de este mundo. No lo creía, los hombres como tú nunca mueren.

Tu ejemplo sigue vivo y quien más que tú que sacrificaste toda la vida por esa lucha de quijote que siempre te caracterizó.

Dejaste una huella imposible de borrar en eterno combate contra los molinos de vientos como el gran caballero de La Mancha que siempre fuiste.

¡Haces falta Comandante! Pero dejaste una enseñanza con tu ejemplo, ese ejemplo de la batalla contra la tristeza y la muerte.

Llevaste tu lucha a favor de las etnias indígenas que quedaron desprotegidas con tu partida. Desde aquel momento en el año 61 en dónde; como lo dijiste en una entrevista; fuiste mandado por los dioses indígenas, como antropólogo, para trabajar por pueblos originarios.

Siempre con tu posición directa, radical y leal con tus principios, como cuando tu voz de protesta se alzó en contra del entreguismo de la lucha armada en la demanda oficial de rendimiento incondicional y entrega de las armas.

Toda su vida se lo dedicaste a la lucha por un mundo mejor, como te definieron un día; militante activo de la utopía universal, luchador incansable por los sueños libertarios para la emancipación definitiva y la revolución verdadera.

Cuando nos adentramos en el estudio de la lucha por la auto liberación de nuestra América es imposible no encontrarnos con tu delgada figura como un Quijote irreductible que ni después de muerto deja de brillar tus ansias libertarias de nuestros pueblos.

Fue brillante tu participación como militante, combatiente y dirigente político que con su ejemplo sembró el camino. Sufriste persecuciones, atropello pero nunca pudieron acallar tu voz rebelde que se pronunció por un mundo mejor. Siempre caminando por la senda revolucionaria; que aunque dura esa senda es el camino, sin apartarte nunca de ella con una gran autoridad moral y política.

Comandante de las Fuerzas Militares de Reserva Soberana como los fueron las FALN; como lo dijo un día; combatiente de la primera batalla contra el imperialismo siempre presto a defender tus ideas con pasión y claridad.

Tu figura nos deja un claro ejemplo de lo que debe ser un revolucionario, buen padre, buen esposo, buen amigo, buen familiar, consecuente con las ideas que pregona, constructor de utopías en defensa de los más necesitados.

Hoy al acercarse el año de tu partida podemos decir que no desapareciste sino que tu figura está cada vez más presente en las enseñanza de las generaciones nuevas para que sean como el Comandante Arauca:

¡Siempre presentes y siempre consecuentes!



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José Rosario Araujo


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