Luego de la última dictadura militar en Venezuela, surgió en el país una serie de dilemas teóricos que se plasmaron en todo el período 1970- 1980, para abrir debates ideológicos- políticos que llevaron a muchos ciudadanos a una reflexión colectiva que núcleo a políticos e intelectuales para construir un campo fructífero para el intercambio y discusión en torno a la noción de democracia. Fue un proceso de revisión de ciertas ideas, cuya experiencia convalidó el paso hacia la transición democrática protagónica liderizada por un único líder, pero, con semblanza en miles de hombres y mujeres que aceptaron una relación real entre socialismo y democracia y, así romper con un pasado antagónico que entristeció las páginas de nuestra historia con sangre.
De allí, la importancia del dualismo entre democracia formal y democracia sustantiva, la segunda es el punto de partida de un Proyecto que particulariza el Estado de Derecho y nos lleva al desarrollo social, sin individualizaciones o sectorizaciones ideológicas.
Es el Proyecto Bolivariano, que tiene como fin la percepción social de los pueblos, donde cada comunidad es garante de sus propias posibilidades de desarrollo. Pero, exige una sola condición, el Estado Socialista debe romper y desatar el nudo gordiano del capitalismo y reivindicar al sujeto en su pleno derecho a la igualdad.
Hugo Chávez Frías, superó los presupuestos de una izquierda dogmática y, le dio eficacia a la historia política en nuestro país y permitió analizar y revisar sus propias concepciones políticas a cada individuo. Lo que implica, que debemos construir la Venezuela del futuro con el concurso espiritual y el esfuerzo humano del pueblo.
Hay que romper con la democracia: liberal- representativa- burguesa- mercantilista y capitalista. Esta concepción jacobina de la democracia es un disfraz burgués y frena el curso histórico del país y cualquier procedimiento para la teoría de las decisiones.
Existen argumentaciones suficientes para pensar en la democracia, solo se debe hacer un sentido a la historia. Estamos en la construcción de una democracia social avanzada que requiere un profundo estado para darle validez y ampliar sus derechos irrenunciables, estamos construyendo ciudadanía, entendida como proceso y construcción de principios. La reflexión sobre democracia, nos da los primeros pasos en el intento de pensarla como un orden que requiere ciertas normas y procedimientos para su funcionamiento, pero, que es también el resultado de procesos en las que, los sujetos colectivos son capaces de desafiar las estructuras de la institucionalidad y sus límites.
La articulación, participación, demanda y reclamos del pueblo, nos da en definitiva, el derecho para luchar en un marco estructural adecuado que nos lleva hacia la patria socialista y el poder de poderes, La Comuna, como una página abierta del despliegue de nuevas orientaciones políticas.
El sufragio universal, como local en Venezuela simboliza un avance para el pueblo al votar por un Proyecto que capitaliza una jerarquización democrática que simboliza la lucha de clases contra las contradicciones económicas del capitalismo.
La política es revolución, es la tradición marxista que hegemoniza la intervención humana en la construcción del país, bajo el enjambre de un nuevo paradigma: el Socialismo del Siglo XXI, cuyo líder Chávez Frías abrazó en el transcurso de sus experiencias políticas, como lo fue, un teórico del avance izquierdista en Europa y América Latina.
Por lo tanto, estamos en la etapa final de una estructura quebrada, donde las versiones de la democracia no dio resultados favorables al régimen adeco- copeyano.
El gobierno corporativo de Estados Unidos, sigue con sus mentiras hacia Latinoamérica, siendo un Estado terrorista alimenta sin escrúpulos organizaciones que buscan sabotear mediante el chantaje a la institucionalidad de algunos países del Sur, como Venezuela y Argentina. Buscan acelerar el mercado de valores para crear caos y utilizar el dólar en una visión de manipular y engañar a mucha gente.
Los gobiernos de América Latina están dispuestos a aliarse con los chinos y los rusos, como lo vienen haciendo, con el fin de crear una sola fuente de poder político, luego de debatir ideas de manera conjunta.
La oposición o movimientos sin conciliación al gobierno Bolivariano, tiene un pasado violento y autoritario que busca destabilizar el país y generar condiciones para una amargura sustantiva, de allí, que la acción asumida por La Asamblea Nacional contra María Corina Machado, reivindica la voz de un género que sufrió la muerte de sus familiares en la pasada guarimba
Y lloró. Es una lectura representativa para quienes desean recuperar la dimensión polémica del otro sentido democrático, la barbarie.
El Estado de Derecho. Es la expresión pura de la democracia y en La Constitución Bolivariana, tenemos el acontecer nacional y las reglas que habilitan las acciones políticas del país.
Frente al caos y la incertidumbre, debe haber prisión para quienes violentan la ley del Estado Bolivariano de Venezuela.
No hay telón de fondo, solo una idea política y un Legado para construir un país hacia la esperanza.