Uno de nuestros aporreadores de hoy tituló su artículo: Todo apunta al voto castigo, y yo me pregunto: ¿a quién castiga el voto castigo?, pues seamos sensatos, nos castiga a nosotros, premia a los escuálidos pues les daría la oportunidad de acabar con todo (hasta el queso que hubiera en la mesa también se lo comerían), ellos bajarían el precio del petróleo voluntariamente para regalarlo al norte, inmediatamente pedirían a la Troika (que mal rayo la parta) un préstamo multimillonario para sostenerse, el dólar seguiría subiendo (sólo en Venezuela), pues sería una buena fuente para enriquecerse como ya lo han hecho, el préstamo, que recibirían más rápido que inmediatamente insisto lo venderían en el mercado paralelo y luego nosotros tendríamos que pagarlo, como están haciendo en Europa.
Nada de viviendas, las dadas serían justipreciadas y el que no pudiera pagar, pues pa'fuera y nada de protestas para eso copiarían la Ley mordaza. La nueva ley de alquileres de viviendas sería derogada instaurando la vieja ley pero con algunas reformas que la hicieran mucho más dura para los arrendatarios y provechosa para los arrendadores, pobres inquilinos. Todas las Misiones desaparecerían de inmediato, las escuelas y demás centros de enseñanza serían privatizados, después de todo uno de sus paladines: Piñera, bien dijo "no hay nada gratis en este mundo".
Los médicos cubanos, sino los encarcelan los despacharían a Cuba y los CDI y demás centros de salud atendidos por ellos serían de inmediato desactivados, para eso el gremio médico es uno de los más fuertes del país. Nos someterían por el terror utilizando los paramilitares que ya están metidos aquí y de los cuales, aunque tarde, estamos saliendo.
El sistema público de alimentación desaparecería y cubriríamos con importaciones (ya se igual que ahora) lo que venderían los automarcados y abastos al precio que quisieran, igual con los medicamentos en farmacias. La gasolina aumentaría a precio internacional y a llorar al valle.
El salario mínimo no aumentaría más nunca (recordemos que ya lo hicieron) y cuidado si lo rebajan (recuerden que Germán Otero, mi querido tío bajo el 10% del salario a los empleados públicos, recuerden hay que apoyar al empresariado (Mendoza y compañía). Los empleados públicos actuales, salvo los escuálidos que hay muchos, saldrían de sus puestos para reducir la nómina de los organismos públicos y sustituir algunos de los que pensaran en conservar (puestos) con sus amigos y familiares. El transporte público y los demás servicios públicos, electricidad, teléfono, aseo, que hoy son regalados, subirían a escala planetaria.
No habría real para mantener a nuestras orquestas que además no lo merecerían pues están integradas por "patas en el suelo", formarían una especial de niñitos bien. Los Stadium no alcanzarían para fusilarnos.
EN FIN Y LO PEOR NO VERIAMOS MAS NUNCA MAS NUNCA A CHÁVEZ, pues entiéndanlo, eso sería definitivo. Entonces ¿quiénes seriamos los castigados?