El interés bancario marca las tasas de ganancia de fabricantes e intermediarios, ¿y la plusvalía, qué?

La literatura económica nos habla de una estructura básica o económica cuyas variantes tienen en común la propiedad privada de los medios de producción de las mercancías, y da como sobrentendida la propiedad privada de estas ya que obviamente serán sus dueños quienes las compren ya listas para su mercadeo o para su consumo final, tanto como bienes intermedios como terminados.

Resulta obvio que los distribuidores de la oferta son los fabricantes como primer eslabón de la cadena de intermediarios que suele tejerse hasta el detallista. Así, pues, no se discute la propiedad sobre las mercancías, pero, debemos aclarar que todos los miembros de las cadenas de distribución son capitalistas que han asumido la función del mercadeo en lugar de que esa distribución la lleve a cabo cada fabricante.

Ahora, bien, la teoría marxista, para explicar la fuente de las ganancias de cualquier capitalista, supone o parte de una distribución igualitaria de la plusvalía entre fabricantes, intermediarios y banqueros, de tal manera que la tasa media de ganancia que obtengan los fabricantes deberían compartirla equitativamente con los comerciantes y los financistas tanto de la producción como de la distribución misma. Aquí, compartir la tasa media significaría dividir la plusvalía entre intermediarios y banqueros, de tal manera que la tasa general de ganancia sea media para todo el capital involucrado en todo el proceso de trabajo de la fabricación, del mercadeo y del financiamiento del capital. Esa promediación es tendencial y operaría mediante la competencia entre fabricantes, intermediarios y banqueros, habida cuenta de que si la tasa de ganancia en alguna fábrica es superior a otras, hacia esa fábrica concurrirían los capitales que obtengan menores tasas, y este movimiento migratorio funcionaría entre fabricantes, entre intermediarios, entre banqueros y entre todos los capitalistas. Así lo dice la ortodoxia marxista.

Sin embargo, la realidad nos ofrece otro cuadro: Descubierta o inferida la tasa de ganancia que obtiene el fabricante, esta es asimilada por el distribuidor principal y por todos los demás intermediarios hasta llegar al detallista; la tasa del fabricante pasa a ser el mínimo de las de los demás capitalistas. Y es así cómo nos podemos explicar los abismales sobreprecios que termina imponiendo toda la cadena de intermediarios a los precios iniciales de las mercancías al salir de fábrica. Efectivamente, cuando comparamos los precios de fábrica o del campo con el precio del detallista pareciera que se tratara de uno o dos intermediarios los que se quedan con ganancias exorbitantes comparadas con los precios pagados al productor.

Por otra parte, como los distribuidores compran a un precio para revender a otro superior resulta lógico pensar y reconocer que la fuente de las ganancias de los intermediarios sea el mercado y no la plusvalía. Pero, no hay duda de que el interés bancario suele absorber una parte las ganancias de fabricantes e intermediarios quienes necesariamente se quedarían con una parte de sus "ganancias brutas", parte que perfectamente se terminaría igualando a la cobrada por el financista. Sólo de esta manera todo el capital recibe una tasa media o común para el capital fabril y mercantil.

De igual manera, la banca fija una tasa de interés (ganancia bancaria), luego esta sirve de referencia para determinar de antemano la ganancia del fabricante y la de los intermediarios.

En este sentido, la distribución de la plusvalía amerita toda una nueva consideración capaz de explicar con mayor contundencia cuantitativa cuál es la fuente de las ganancias de fabricantes, comerciantes y banqueros, y así enterrar definitivamente la idea de que lo sea el mercado.

Adelantamos que cuando los intermediarios obtengan tasas de ganancia superiores a la de los fabricantes que son sus proveedores, estos perfectamente se meterían a comerciantes, y viceversa. Igualmente, es lo que ocurre con la banca: si esta obtiene tasas de interés inferiores a las tasa de ganancias de sus clientes, se meterían a fabricantes o a intermediarios. Estas competencias coexisten y van arrojando luz acerca de la verdadera fuente final de las ganancias.

28/07/2015 06:39:46 p.m.



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Manuel C. Martínez


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