¿Es que le cuesta demasiado al partido de oposición en que se ha convertido la Conferencia Episcopal Venezolana, preguntarle a los curas que ejercen en los municipios en los que opera el Estado de Excepción, si es cierto que a los ilegales, que se han venido encontrando ocupando territorios en los que la leyes prohíben expresamente construir viviendas, se les han violado sus derechos humanos, o como afirma irresponsablemente el cura Lucker se les está sacando como animales y a patadas?
¿Han llamado acaso a Monseñor Mario Moronta para confirmar tales acusaciones por parte de medios como el Nazional aquí, y medios internacionales como Caracol, Semana, CNN entre otros?
Se desprende de sus declaraciones que no lo han hecho, otra vez cayendo en el terreno de la irresponsabilidad y confirmando que se aprovechan de una situación coyuntural que cada día se hacía más grave y que conspiraba contra la paz y eso sí contra los derechos humanos de la mayoría de los venezolanos que vivimos a este lado de la frontera con Colombia, lo que obligó a nuestro gobierno a tomar medidas absolutamente necesarias y que han demostrado cómo venían avanzando de manera peligrosísima mafias de todo tipo que prácticamente eran las que imponían su ley a sangre y fuego.
Personajes como estos, que lamentablemente como máximos representantes de nuestra iglesia, han venido demostrando, cada vez que pueden, cuán alejados de la realidad que vive nuestro pueblo están, lo que hacen es un gran daño a la propagación de la fe que debería ser su principal preocupación y no colocarse al lado de los más nefasto que en los últimos tiempos hemos conocido y soportado, con una oposición que como ha quedado comprobado no tiene escrúpulos y apela al crimen en su afán de tomar el poder.
Estos mismos señores que deberían quitarse la sotana y salir al ruedo en condiciones similares a las de cualquier político, no aprovecharse como lo hacen de los pulpitos para mentir como ahora lo están haciendo, cuando es bien sabido que en las acciones emprendidas por las autoridades, está presente la Defensoría del Pueblo, fiscales y lo que es más destacable, autoridades consulares colombianas, para garantizar, que no haya excesos que puedan conculcar derechos humanos y que a pesar de todo lo que se ha dicho en contrario, no se ha presentado ni una sola prueba, lo que hacen es mentir descaradamente, algo a lo que nos tienen acostumbrados.
La historia en estos 16 años de Revolución los ha colocado al lado de quienes lo que han logrado con sus acciones es hacerle mal a la Patria, en otras palabras se han confabulado con quienes tienen sobre sus conciencias crímenes horribles, sobre los cuales se han cuidado de no pronunciarse, a pesar de que con ellos si es verdad que se le han violado derechos a cientos de víctimas-
Igual que la derecha han ido de fracaso en fracaso, pero sin embargo persisten en su actitud negativa de no reconocer para nada algo como la Revolución, que con sus logros lo que hace es materializar las enseñanzas evangélicas, que obligan a los cristianos a ejercer todo lo que esté en nuestro alcance por la paz, la solidaridad, la equidad, contra la pobreza, por la vida y ellos que deberían ser la vanguardia, lo que hacen es apoyar explicita o tácitamente las guarimbas, los crímenes selectivos, el sicariato desdibujando la misión que tienen como supuestos representantes de Cristo y convirtiéndose por el contrario, en un malísimo ejemplo para quienes hemos abrazado la doctrina de nuestra Iglesia Católica, la verdadera, la que si respeta y practica los preceptos del legado del crucificado.
Es la realidad de una conducta con la que no se puede estar de acuerdo y a la que hay que criticar y enfrentar abiertamente, pues al hacerlo no solo estamos defendiendo nuestra Revolución que ha demostrado ser humanista hasta más no poder y por lo tanto cristiana, sino que al mismo tiempo se defiende la Iglesia que en manos de estos personajes, que pareciera viven en otra galaxia, estaría destinada a convertirse en una mera y simple secta que se coloca al lado del mal y sus perversidades.-
