Qué más quisiera yo, ante el candente hecho de que el Comandante en Jefe de la FANB y Jefe del Estado Venezolano, además de Jefe del PSUV y consecuencialmente, de la revolución bolivariana, Nicolás Maduro, ordenase aplicar un torniquete a la línea fronteriza venezolana con nuestra hermana República de Colombia, para parar la hemorragia que nos llevaba a la muerte, no otra cuestión que aportar densidad al debate del caso porque Santos Calderón nos estaba chupando la sangre.
Caín mató a Abel pero Caín no dejó de ser hermano de Abel. Colombia y Venezuela somos hermanos de nacimiento y nunca vamos a dejar de serlo como pueblos; mas, otra cosa es tratar de echar a ambos presidentes en una balanza.
Al parecer el Presidente Santos gobierna un tercio de Colombia y los otros dos tercios los gobiernan Uribe y La FARC-ELN respectivamente (ignoro en que proporciones y/o condiciones); en cambio a Venezuela la gobierna el Presidente Nicolás Maduro.
Valdría la pena comparar pelo a pelo la Constitución Colombiana respecto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela pero eso ya es cuestión de juristas y de leguleyos y, en consecuencia quede fuera del tema.
Mas, vayamos al grano, Maduro sí es colombiano porque nació en Caracas y Caracas es territorio de la Gran Colombia que, aunque fallida, sigue siendo una esperanza para todos los grancolombianos.
Santos también es colombiano porque nació en Bogotá, ciudad que si no me equivoco también formó parte de la Gran Colombia antes de que Santander precipitara la catástrofe, la desunión, y la convirtiera en pequeña tal cual es respecto a Colombia la Grande.
Maduro es probadamente bolivariano porque profesa por convicción y por mandato constitucional la ideología de Simón Bolivar el Padre de la Gran Colombia; en cambio, Santos calderón es probadamente santanderiano (o santanderino [yo no sé leer pero me escriben]) porque profesa el ideario de Santander de una Colombia pequeña, no grande, de ahí que ambos presidentes sí sean colombianos pero con la diferencia de que uno es grande y otro es chico; y que el compatriota Juan Manuel Santos no se vaya a desnegar, porque, como decía mi Celedonia cada vez que yo me jipateaba cuando el doctor Misinsky iba a ponerme una ampolleta:¡el hombre puja pero no llora!, queriendo significar que cada quien debe sostener sus verdades, sus conductas, con honor y gloria (sin guabineo).
Así que es obvio, dados los anteriores argumentos, que el citado tema fronterizo no se resuelva con que Maduro pacte únicamente con Santos sino que por lo menos consulte con el Secretario de Estado Norteamericano John Kerry -quien dirige a Uribe- y, llegar a acuerdos para la paz porque en verdad Uribe es quien domina la franja fronteriza colombiana contra Venezuela.
Colombia fue fundada en territorio orinoquense venezolano y, en consecuencia, históricamente todos nosotros somos colombianos, no puede entonces ofendernos el que se nos diga colombianos, todo lo contrario, nos enaltece, salvo la precisión.
Así que la MUD, que antes lanzó prejuicios infundados contra Maduro diciéndole ¡eres colombiano!, ahora vocifera que Maduro es contracolombiano; ¿y, entonces?
Para no meter más la cuchara en el asunto os dejo dos reflexiones de vieja data al respecto, indispensables para justificar lo antes esbozado aquí:
"Un espejo para mercedes" - retrato hablado de Santos (y etcéteras)- y, "la vida es mi universidad" -íd de Maduro- son reflexiones contentivas del pretendido condensado al que al principio de este resumen me referí y sin cuya vista sería incompleto lo acá leído: